Obituario
Muere Sidney Poitier, la estrella negra que vino a cenar
Fue el primer actor estadounidense negro realmente popular y aceptado por el público blanco, gracias a sus trabajos en ‘Adivina quién viene esta noche’ y ‘En el calor de la noche’
Quim Casas
Periodista y crítico de cine
Profesor de Comunicación Audiovisual en Universidad Pompeu Fabra y docente en ESCAC, FX, Cátedra de Cine de Valladolid y Museu del Cinema de Girona. Autor de diversos libros sobre David Lynch, David Cronenberg, Jim Jarmusch, Fritz Lang, John Ford y Clint Eastwood. Miembro del Comité de Selección del Festival de Cine de San Sebastián.
Hay dos películas significativas en la carrera de Sidney Poitier, actor fallecido este viernes a los 94 años. Ambas las hizo en 1967. En una, ‘Adivina quién viene esta noche’, de Stanley Kramer, encarnó al novio afroamericano de una chica blanca de buena posición, cuyos padres, interpretados por Katharine Hepburn y Spencer Tracy, son de apariencia liberal, pero quedan en estado de shock cuando su hija les presenta a un novio ‘de color’. En la otra, el thriller ‘En el calor de la noche’, de Norman Jewison, Poitier asumió el papel de un inspector de policía que debe resolver un caso de asesinato en una racista localidad del sur. En ese año de gloria para el actor, protagonizó también otra de sus películas más destacadas, ‘Rebelión en las aulas’, de James Clavell, en la que la tensión racial se trasladó a un instituto del East End londinense: Poitier fue aquí el profesor de raza negra que debe ganarse el respeto de un alumnado esencialmente blanco y rebelde.
Tres años antes, por ‘Los lirios del valle’, Poitier había ganado el Oscar; era el primer actor negro en conseguirlo, y pasarían casi cuatro décadas hasta que otro intérprete afroamericano, el Denzel Washington de ‘Training day’, lo lograra de nuevo. Es un detalle ilustrativo del segregacionismo en Hollywood, pero también revelador de lo que había conseguido Poitier en la década de los 60: ser prácticamente el único actor negro aceptado por las plateas blancas. De hecho, la idea que se estaba comunicando con ‘Adivina quién viene esta noche’ es que Poitier era de los pocos negros que unos padres blancos podrían aceptar como futuro yerno.
Todo lo contrario
Poitier se integró en la industria de Hollywood con cierta facilidad porque representaba todo lo contrario que, en 1967, podían representar las luchas más radicales por los derechos civiles, los Panteras Negras, Angela Davis, Malcolm X, el cine ‘blaxploitation’, la música de Sly & The Family Stone, las bandas sonoras funk, las vinculaciones del activismo afroamericano con el islam o la negativa de Muhammad Alí de alistarse durante la guerra de Vietnam. Fue su opción. Creía en una integración pacífica y no le fue nada mal, convirtiéndose en el actor de raza negra más popular en los años 60 y 70.
En todo caso, hay que valorarlo por sus interpretaciones. Y la que hizo del policía Virgil Tibbs de ‘En el calor de la noche’, con caliente banda sonora de Quincy Jones, es muy buena. Tanto que encarnó al personaje en otras dos películas, ‘Ahora me llaman Sr. Tibbs’ (1970) y ‘El inspector Tibbs contra la organización’ (1971), en las que el foco dejó de ser el asunto racial para desplazarse al narcotráfico, la prostitución y la corrupción del sistema.
Aunque natural de las Bahamas, Poitier nació en 1927 en Miami durante una breve estancia de sus padres en la ciudad de Florida. Debutó en cine a finales de la década de los 40 y tuvo su primer papel importante en ‘Semilla de maldad’ (1955), de Richard Brooks, otro relato sobre las tensiones entre profesorado y estudiantes en un instituto conflictivo, con Poitier situado al otro lado de la barrera: aquí es un taciturno e inteligente alumno. Sus cometidos en ‘Donde la ciudad termina’ (1957), ‘Sangre sobre la tierra’ (1957), ‘La esclava libre’ (1957) y ‘Fugitivos’ (1958) –donde encarnó al prisionero que se fuga encadenado a un convicto blanco, Tony Curtis–, y el papel de Porgy en la adaptación de ‘Porgy y Bess’ dirigida por Otto Preminger en 1959, lo auparon al estrellato y llegó a participar en superproducciones como ‘La historia más grande jamás contada’ (1965), en la que dio vida a Simon de Cyrene, uno de los hombres que ayudó a Jesucristo a subir con la cruz al Gólgota.
El actor regresó a su personaje de ‘Rebelión en las aulas’ en una secuela de 1996 dirigida por Peter Bogdanovich, fallecido el jueves. Ganó otros premios al mejor actor, en el festival de Berlín por ‘Los lirios del valle’ y en el de San Sebastián de 1968 por ‘Un hombre para Ivy’, realizada a partir de argumento suyo. Dirigió nueve largometrajes más o menos desenfadados, entre ellos ‘Dos tramposos con suerte’ (1975) y ‘Hany Panky: una fuga muy chiflada’ (1982). Se retiró del cine en 2001, un año antes de que le concedieran el Oscar honorífico.
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