Crítica de cine

Crítica de 'La historia de mi mujer': la omnipresencia de la mirada masculina

La veterana directora húngara Ildikó Enyedi compone un ambicioso melodrama de época en el que se pone de manifiesto hasta qué punto un hombre puede ejercer una mirada castradora hacia una mujer para anularla por completo.

Un fotograma de la película 'La historia de mi mujer', de Ildikó Enyedi

Un fotograma de la película 'La historia de mi mujer', de Ildikó Enyedi / El Periódico

Beatriz Martínez

Beatriz Martínez

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'La historia de mi mujer' es en realidad la historia de un hombre y de cómo a través de sus ojos vemos a su mujer. Esa distorsión en el punto de vista es uno de los aspectos más interesantes que aborda la veterana Ildikó Enyedi en la que es sin duda su película más ambiciosa, un drama de época ambientado en los años veinte que adapta la novela de Milán Füst del mismo nombre, un texto denso el que asistíamos al monólogo interior de un capitán de barco que reflexionaba sobre sus miserias personales al mismo tiempo que intercalaba pensamientos existenciales sobre la vida. 

Enyedi reformula este dispositivo de voz interior para convertirlo en una especie de cuento moral dividido en siete capítulos que recorre la evolución de la pareja (unos estupendos Gijs Naber y Léa Seydoux) a través de un espacio íntimo que bascula entre la sensualidad, los celos y la represión. 

El resultado es una película larga, en ocasiones bella, en otras tediosa, siempre elegante y en cierto sentido, también reveladora a la hora de llevar a sus últimas circunstancias esa omnipresencia de la perspectiva heteropatriarcal en la sociedad pasada (y presente) capaz de anular todo lo demás. Un triste viaje por los tormentos del ego masculino en el que no hay espacio para los sentimientos de una mujer condenada a convertirse en una incógnita, en un fantasma.  

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