Critica de cine

Crítica de 'Spider-Man. No way home': mitología reconfigurada

Apenas hay rastro de la ligereza y el sentido del humor que distinguieron las otras dos entregas de esta saga del resto de películas de Marvel, y en lugar de eso el héroe se ve enfrentado a grandes decisiones

Un fotograma de 'Spider-man: No way home'

Un fotograma de 'Spider-man: No way home' / Marvel

Nando Salvà

Nando Salvà

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Quizá a modo de desafiante respuesta a quienes se preguntan por qué demonios se hacen tantas películas de Spider-Man, la tercera entrega de la tercera saga de acción real protagonizada por ese superhéroe desde 2002 eleva al cubo la mitología del hombre araña, incluyendo numerosos personajes de las dos sagas previas y ofreciendo así un nuevo ejemplo de la estrategia corporativa basada en los universos extendidos y las sinergias perfeccionada por Marvel.

La estrategia tiene una serie de efectos indeseables: por de pronto, llega a haber demasiados personajes entre los que repartir el tiempo en pantalla y demasiadas conversaciones expositivas, y por momentos la peripecia argumental puede llegar a resultar francamente aturullada; asimismo, apenas hay rastro aquí de la ligereza y el sentido del humor que distinguieron las otras dos entregas de esta saga del resto de películas de Marvel, y en lugar de eso el héroe se ve enfrentado a grandes decisiones, grandes pérdidas y momentos de emotividad solemnne.

Por otra parte, el director Jon Watts se muestra mucho más diestro tras la cámara que en sus dos películas previas sobre el personaje; sus secuencias de acción son rápidas y vistosas, y la narración avanza ágil a pesar de las dos horas y media de metraje. Y, pese a todo el ruido del que su protagonista se ve rodeado, en todo caso ‘Sin camino a casa’ demuestra entender cuál es la verdadera esencia de Spider-Man. Lo que lo dota de su carisma no son sus superpoderes ni el diseño de su traje sino el hecho de ser un chaval tímido y torpe, que insiste en tomar una decisión equivocada tras otra, y que siempre hace lo imposible por reparar sus errores.

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