Noche literaria

Sergi Belbel, del teatro a la novela confesional para ganar el premio Sant Jordi

El dramaturgo y exdirector del TNC logra con 'Morir-ne disset' el galardón mejor dotado de las letras catalanas, que recoge en la gala de la Nit de Santa Llúcia

Ricard Sunyol gana el Mercè Rodoreda de cuentos con ‘Declaració d'invencions’ y el mallorquín Antoni Vidal se alza con el Carles Riba de poesía con ‘Si entra boira no tendré on anar'

Sergi Belbel recibe el premio Sant Jordi en la Nit de Santa Llúcia

Sergi Belbel recibe el premio Sant Jordi en la Nit de Santa Llúcia / JOAN MATEU

Anna Abella

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Sergi Belbel ha vuelto esta noche a la que ha sido su 'casa' durante años, el Teatre Nacional de Catalunya (TNC), que dirigió entre 2006 y 2013. Pero no lo ha hecho como dramaturgo y director teatral sino como ganador del Premi Sant Jordi, el mejor dotado de las letras catalanas (60.000 euros), con su debut en la novela, 'Morir-ne disset', una obra "ludocriminal e impregnada de humor negro", según el jurado, donde sin ser un 'thriller' policiaco, el protagonista confiesa haber cometido 17 asesinatos. Belbel (Terrassa, 1963), que ha recogido el galardón en la gala de la 71ª la Nit de Santa Llúcia, la fiesta de las letras catalanas que convoca Òmnium, se vio obligado durante la pandemia a dejar de ejercer su profesión escénica con el cierre de las salas de teatro y se encontró con 18 horas libres cada día en las que se sorprendió escribiendo una novela "desde las entrañas".

En la Nit, que ha contado con el presidente de Òmnium, Jordi Cuixart, tras cuatro ediciones de ausencia por estar en prisión a raíz del juicio del 'procés', también se han entregado el Mercè Rodoreda de cuentos a otro debutante, Ricard Sunyol, el Carles Riba de poesía al mallorquín Antoni Vidal y el Folch i Torres de infantil a Carles Sala.

Asesinatos y venganza

En 'Morir-ne disset', Belbel, también filólogo y gran lector de novela, realiza un ejercicio autoficcional donde el protagonista, que no es él -"yo no mato personas, no he matado a nadie, me parece"-, admite haber matado a 17 personas entre 1981, con el golpe de Estado de Tejero, y los Juegos Olímpicos de Barcelona de 1992, retratando de paso los años del tardofranquismo y los primeros de la democracia. En este "relato confesional" hay mucho humor negro, porque "en estos momentos de pandemia el sentido del humor es esencial", opina el dramaturgo, pero también hay "dolor bajo la comedia".

Sergi Belbel, tras recibir el Premi Sant Jordi, en la gala de la Nit de Santa Llúcia.

Sergi Belbel, tras recibir el Premi Sant Jordi, en la gala de la Nit de Santa Llúcia. / JOAN MATEU

En 'Morir-ne disset' hay mucha ficción, pero también anécdotas reales. El protagonista, un inmigrante llegado del Sur de España que entabla amistad con un trabajador catalán en el Vallès, se toma la justicia por su mano, ya que cree que las 17 personas a las que mata son indeseables que se lo merecen y considera que el mundo está mejor sin ellas. En ello hay, por parte de Belbel, "algún pequeño deseo de venganza". Según el jurado, la novela, "inteligente, divertida y valiente", también "desacraliza, desde la sátira, la lengua y la literatura".

Debut en el relato

A Ricard Sunyol (Masnou, 1989), su debut literario, 'Declaració d'invencions', le ha valido el Premio Mercè Rodoreda de cuentos (dotado con 6.000 euros). Se trata de unos relatos posmodernos e iconoclastas, algunos surrealistas, con influencias tanto de la tradición estadounidense de David Foster Wallace como de Borja Bagunyà y Adrià Pujol. Sunyol ha utilizado una escritura lúdica y un humor absurdo que juegan con el lenguaje y las formas narrativas para tratar temas como la violación, el fracaso, la ficción televisiva contemporánea o las relaciones entre padres e hijos o amigos. El jurado ha reconocido la "originalidad de la voz y el estilo que atraviesa el conjunto de la obra" además de "la experimentación formal y sonora y el juego con el lenguaje".

Niebla entre versos

El Carles Riba de poesía (dotado con 3.000 euros) ha recaído en el mallorquín Antoni Vidal Ferrando (Santanyí, 1945) por 'Si entra boira no tendré on anar', donde, en opinión del jurado, la niebla del título parece dominar los poemas, "construcciones casi aéreas de tan delicadas, tanto en verso como en prosa".

Juvenil, desierto

Mientras que el Joaquim Ruyra de narrativa juvenil ha quedado desierto, el Josep M. Folch i Torres de literatura infantil (dotado con 6.000 euros) ha premiado la obra 'Capità Lluc', de Carles Sala i Vila (Girona, 1974), autor con una trayectoria de una cuarentena de libros que ya había ganado el galardón en 2009, además de otros premios como el Vaixell de Vapor o el Barcanova. Para el jurado, la obra ganadora, una historia de aventuras, "una 'road movie' infantil", según Tina Vallés, "da valor a la relación entre niños y abuelos" al tiempo que cuenta cómo los ancianos de dos pueblos construyen dos vehículos extraordinarios para que sus pequeños puedan conocer el mar. Estos emprenden el viaje con un joven capitán, Lluc, astuto, decidido, y ciego.

Las obras ganadoras del Sant Jordi, del Rodoreda y del Carles Ribas las publicará Proa el próximo febrero, mientras que La Galera editará en marzo el álbum ganador del Folch i Torres.

En la gala se han entregado además el premio Internacional Joan B. Cendrós al artista chino Ai Weiwei (dotado con 3.000 euros) y el Muriel Casals de comunicación a la plataforma Filmin.