Estreno teatral
Lluís Soler entra en el mundo de Rothko con 'Red'
El veterano actor interpreta al referente de la pintura expresionista norteamericana en una obra de John Logan, guionista de películas como 'Un domingo cualquiera' y 'Gladiator'
El Teatre Akadèmia muestra la filosofía de este obsesivo artista a través de la relación con su discípulo durante la creación de unos cuadros para el restaurante más 'in' de Manhattan a finales de los años 50
Marta Cervera
Periodista
La visión del mundo del arte según Mark Rothko (Daugavpils, Letonia, 1903-Nueva York,1970) referente de la pintura expresionista abstracta norteamericana, amplía la paleta del Teatre Akadèmia con 'Red', una interesante obra de John Logan (San Diego, 1961), más conocido como guionista. La pieza -traducida por Jaume Coll Mariné- conecta con la intimidad del artista, con su filosfía y su compromiso artístico. El autor plasma el debate entre el maestro y las nuevas generaciones del pop-art enfrentando a Rothko con su discípulo. El duelo se estrena en Barcelona con el veterano Lluís Soler y el joven Ferran Vilajosana. "Es un personaje atractivo con el que comparto una educación muy ortodoxa, el judía, yo cristiana, de esas que marcan", cuenta Soler que se ha dejado bigote. Lo que más le admira de Rothko es "la fuerza y lucha para trabajar como pintor". Era metódico y obsesivo. "Si en un lugar no colgaban los cuadros como él quería, no hacía la exposición".
Homenaje a Elsa Peretti
"Elsa Peretti, mecenas del teatro, estaba encantada con esta obra que habla de arte y del proceso creativo. Lástima que no pueda verla", dice el director del montaje, el italiano Guido Torlonia que este año dedica toda la temporada del Akadèmia a la diseñadora de joyas fallecida en marzo. "La obra habla de la creatividad y del arte. Y de unos personajes que estaban en su órbita cuando ella trabajaba en Nueva York". Peretti, que empezó como modelo, fue una de estrecha colaboradora del diseñador de moda Roy Halston Frowick, más conocido como Halston, sobre el que Netflix ha realizado una serie protagonizada por Ewan McGregor.
Logan, entre cuyos filmes figuran 'Un domingo cualquiera' y 'Gladiator', se interesó por Rothko tras ver sus obras en la Tate Modern de Londres. Se empapó de la vida del artista y se centró en él durante un periodo determinado: cuando decide contratar a un joven asistente a finales de los años 50 para ayudarle a pintar unos enormes cuadros para un restaurante de lujo, diseñado por el arquitecto Philip Johnson y ubicado en un nuevo rascacielos creado por Mies van der Rohe, en Madisson Avenue. El 'Four Seasons' del Seagram's Building estaba destinado a convertirse en el lugar más 'in' de Manhattan. "Para Rothko era como pintar la Capilla Sixtina de su tiempo, un espacio diseñado por los dos arquitectos más importantes de su época", recuerda Torlonia. Pero el resultado no fue el esperado por el pintor.
Sus lienzos se basaban en la sobreposición de colores. Empezó utilizando colores muy claros y acabó con tonos muy oscuros. "Su mayor temor es que el negro, se comiera el rojo, color que para Rothko representaba la vida. Pero eso le acabó pasando".
Capilla Sixtina moderna
En aquel entonces Rothko también era un pintor famoso. Le pagaron 35.000 dólares por los murales, el equivalente actual serían varios millones. "El problema es que mientras Rothko imagina el edificio como una capilla de la modernidad, un espacio para la meditación, la sala donde han de ir sus cuadros está inundada de luz y no tiene nada de espacio para meditar", explica el director.
La obra, a través de cinco escenas diferentes, muestra la evolución del proyecto. Durante dos años él su ayudante confrontarán su visión sobre el arte y la vida en un antiguo gimnasio con las mismas dimensiones del restaurante que Rothko alquiló y convirtió en taller. "Hay muchos momentos de tensión pero también de reencuentro entre maestro y discípulo", apunta Vilajosana. Ese es el aspecto que tiene actualmente el Teatre Akadèmia donde varios lienzos en blanco. "Aunque parece que pintamos, no hacemos gran cosa más allá de mezclar pinturas", explican los intérpretes.
"Rothko era uno de los grandes pero en ese momento estaba muy aislado, estaba apareciendo el pop-art con fuerza, completamente diferenete a lo que él hacía. Se quedó solo, encerrado en su mundo. Pocos amigos tenía en los que confiar y pedir opinión", explica el director. "Para él era basura todo lo que hacía gente como Litchenstein y Warhol. Su visión era más mística. Para Rothko el arte ha de ir al alma de la persona."
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