Salud mental

¿Qué lecciones se pueden sacar de la tragedia de Verónica Forqué?

El suicidio de la actriz, que sufría depresiones, aviva el debate sobre la salud mental y el peligro de la sobreexposición pública

Forqué

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Inés Álvarez

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El lunes España recibía una trágica noticia: la muerte por suicidio de Verònica Forqué, una actriz con una reputada carrera, que siempre había proyectado una imagen de dulzura y alegría. Pero en los últimos meses estaba en boca de todos por su desconcertante aparición en un programa de audiencia como ‘Masterchef celebrity’, el concurso culinario de los famosos, que basa parte de su éxito en mostrar a los participantes tal como son. Y Verónica Forqué ya no era la misma que en los años 80, como confesó a cámara otra de las concursantes, su colega Victoria Abril.

No era la misma, no, porque Forqué arrastraba un historial de depresiones y su desquiciante conducta había provocado un rechazo inicial de sus compañeros que acabó derivando en adoración. Y los jueces la acabaron mimando. La propia Carmina Barrios, que rehuía cocinar con ella, confesaba al día siguiente que por las noches le costaba dormir de la pena que le daba hacerlo. Pero hay un mundo fuera, que es el de las redes sociales, donde personas escondidas bajo el anonimato se ceban con el más débil. Y estos programas de 'reality', o que tienen una parte que muestra al famoso desnudo, les llenan las mandíbulas de vísceras frescas que devorar.

Cuando la vida duele

A la actriz le dolía tanto vivir que decidió dejar de hacerlo. Aunque en otras ocasiones había aguantado ese dolor. “Había intentado quitarme muchísimas veces la vida”, le contaba a Jorge Javier Vázquez en ‘Sálvame’ en diciembre de 2020. “Y me encontraba con las pastillas en la mano y me decía: ‘Pero Vero, si no las vas a tomar’. Era como una especie de ritual”. Dos cosas se lo impdieron. “¿Cómo te vas a tomar esto con tu madre de 90 años, a la que se le acaba de morir su hijo? Y por mi niña, sobre todo, porque ¡qué putada que una madre tan mona va y se suicide!”, decía entonces. Y concluía: “Hay gente desesperada que lo tiene que hacer, pero yo tengo siempre esa cosa de salir adelante. Y espero no perderlo”.

¿Qué es lo que le impidió seguir saliendo adelante? ¿Esa exposición mediática contribuyó a darle un empuje inicial para no esconderse y aprender a convivir con ello, pero acabó quebrándose definitivamente? ¿Desnudarse tanto públicamente provoca un mal irreparable en quienes no tienen las herramientas para sobrellevarlo? Porque las personas sanas pueden salir reforzadas. Tal es el caso de Tamara Falcó, para quien ‘Masterchef celebrity’ fue una oportunidad, ya que dejó atrás su imagen de hijita de mamá (Preysler) y beata para demostrar un talento culinario y comunicativo.

La 'influencer' serbia

Sin embargo, la  realidad está plagada de ejemplos de personas que no superan tener millones de ojos escudriñándoles. Justo un día antes de que Forqué se suicidara, la ‘influencer’ serbia Kika Dukic, con tan solo 21 años, se quitaba la vida a causa del ‘bullying’ sufrido por internet durante cinco años de su corta vida. Una más en la larga lista de jóvenes que posan con cuerpos perfectos y una aparente vida de lujo, pero que tienen una pobre inteligencia emocional.

Estas dos muertes se producen precisamente a escasos días de la celebración (el domingo, 19) de ‘La Marató de TV-3’, programa solidario que este año se centra en la salud mental. Uno de los participantes en el ‘teletón solidario’, que aporta el mensaje de la lucha contra la estigmatización de estas enfermedades, Roger Ballescà, psicólogo del Hospital Sagrat Cor de Martorell y miembro de la junta directiva del Col·legi Oficial de Psicòlegs de Catalunya, no entra a valorar este caso en concreto, porque desconoce el estado de la actriz y si fallaron los mecanismo de control de la productora, pero recuerda “la importancia de considerar la estabilidad emocional de una persona a la hora de incluirla en un programa que sabemos que será, aunque sea positivamente, un factor de estrés”.

Búsqueda de espectáculo

El doctor también hace hincapié en otro tema no menos preocupante: la utilización de estas personas por algunos programas. “Desde hace años, determinados medios de comunicación hacen espectáculo de personas que claramente muestran un cierto desequilibrio o inestabilidad mental, porque a veces pueden tener conductas extravagantes y peculiares. No se debería sacar rédito de ello. Tampoco a nivel de redes sociales”, denuncia. “Es un factor que no ayuda nada. No solo a la persona que es objeto de este espectáculo, sino al conjunto de la sociedad, ya que contribuye a estigmatizar la salud mental”, lamenta.

Y esto vale también para los casos cada vez más habituales de ‘influencers’ que, presionados por sus ‘haters’, se acaban quitando la vida. “En el mundo de las redes sociales y de los medios de comunicación masivos, hay un importante grado de pérdida de control y eso puede repercutir en que una persona que tiene una cierta vulnerabilidad se pueda romper. No son entornos especialmente amables, sino hostiles”, indica. Y confirma que en un suicidio la víctima no es solo la persona que muere. “El suicidio siempre lleva asociado un sentimiento de culpa importante en las personas que quedan y con las que han tenido una relación”, dice.

Riesgo vital

Surge la duda de si este triste final dificulta el mensaje que quiere dar ‘La Marató’ de que se puede salir adelante. “No lo dificulta. Lo que no podemos hacer es negar que las enfermedades mentales también tienen un riesgo vital: por suicidio, conductas de riesgo o trastornos alimentarios. La gente lo debe saber. Se debe hablar de saluda mental, porque uno de los problemas que tenemos es el estigma. En los medios se declara que una persona tiene un cáncer, pero no un trastorno. Y eso no ayuda”, insiste.

Ballescà saca algunas conclusiones de este triste suceso. “Es una noticia trágica que no debe desanimar a la gente. Se debe saber que los trastornos tienen una serie de riesgos, que hay que tratarlos bien, que hay que tenerlos en cuenta a la hora de seleccionar a personas que vayan a formar parte de un programa que implica un estrés importante y que debemos cuidar a quien presente señales de una cierta inestabilidad emocional”. Dicho queda.

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