Estreno

Rigola plasma la angustia del siglo XXI en 'Ofèlia'

El director utiliza el personaje de Shakespeare para una lectura poética y contemporánea de un mundo en descomposición con Roser Vilajosana como protagonista

Roser Vilajosana en un ensayo de ‘Ofèlia’

Roser Vilajosana en un ensayo de ‘Ofèlia’ / Heartbreak Hotel

Marta Cervera

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Tras varios montajes en espacios reducidos o con todo el peso de la obra centrado únicamente en la interpretación, Àlex Rigola amplía el foco. Convierte la escenografía en un personaje más en 'Ofèlia', su nuevo proyecto teatral, y utiliza el famoso personaje de 'Hamlet', la enamorada del príncipe de Dinamarca que enloquece y muere ahogada, para retratar la inquietud que atenaza al siglo XXI. "¿Qué mundo estamos dejando?". Esta pregunta resuena en esta creación que tiene como protagonista a la joven actriz Roser Vilajosana. "Vivimos en un sistema neoliberal que ha ido avanzando y ganando terreno hasta el punto de que hoy cada uno es su propio empresario y a la vez su propio esclavo", ha señalado el director en rueda de prensa, sin querer entrar en detalles y evitando los 'spoilers', antes de las primeras funciones este sábado y domingo en el Teatre El Canal de Salt, en el último fin de semana de la 30 edición del festival Temporada Alta.

La pieza no se centra tanto en el suicidio como en la angustia y la depresión de quienes se sienten a disgusto en su forma de vivir. La obra se hace muchas preguntas: "¿Por qué hoy el consumo de alcohol y drogas aumenta? ¿Por qué necesitamos escapar de un mundo que hemos creado? El suicidio es una forma de huida pero el alcoholismo, otra", dice Rigola.

El montaje juega con el sonido, las imágenes y el simbolismo. Nada que ver con los espacios minimalistas de 'Vania' y 'Who is me (Pasolini)'. La escenografía muestra aquí un bosque desierto, otoñal y nocturno. La única alma sobre el escenario es una joven en el interior de un 600. La obra tiene mucho de poema visual y la dramaturgia surge de un trabajo intenso de investigación sobre el suicidio, con muchas lecturas y pruebas. Al final todo queda plasmado en una especie de tapiz en el que se entrelazan realidad y poesía, amén de las palabras de Shakespeare, de textos de otros autores, diversas conversaciones y hasta un programa de radio.

El individuo y la sociedad

La propuesta se inicia con un ejercicio de hiperrealismo, pasa por otro, metafórico, que trasmite el estado emocional de la protagonista para adentrarse después en los porqués y en una posible resolución. El paralelismo con 'Hamlet', la obra original de Shakespeare, está muy presente. "Hamlet, el personaje, es un revolucionario y a su manera también sufre una depresión", apunta el director. "En nuestra sociedad vivimos algo parecido a lo que ocurre en esa obra': el individualismo se impone a la colectividad. Estamos más comunicados que nunca pero eso no nos sirve para relacionarnos entre nosotros", comenta Rigola. "Trabajamos en red pero no tenemos una red que nos proteja", ultima Vilajosana.

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