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Los secretos que esconde el rodaje de 'Black box'

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Eduardo de Vicente

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Uno de los géneros favoritos del cine francés es lo que denominan polar, dedicado a las temáticas policiales donde predomina la intriga. El joven realizador Yann Gozlan ha creado un filme similar pero con una particularidad, no hay policías. Se titula Black box y está protagonizado por su actor fetiche, Pierre Niney, con quien ya trabajó en El hombre perfecto (que recordaba mucho a las novelas de Patricia Highsmith sobre Ripley), Lou de Laâge (Las inocentes) y el veterano André Dussollier (Diplomacia).

El protagonista es un joven investigador del BEA (Bureau d’Enquêtes et d’Analyses) que se ocupa de intentar averiguar las causas que provocan un accidente aéreo. Para ello debe analizar a fondo su principal pista, la caja negra a la que hace referencia el título, pero el sonido no es fácilmente descifrable y tiene dudas sobre lo que ocurrió con un aparato que se estrelló. Intentará descubrirlo lo antes posible frente a la presión de su superior y de la prensa llegando a unas conclusiones que van más allá de lo que podía suponer. Es un filme tenso donde el sonido juega un papel muy importante y en el que el espectador se mantiene en vilo durante toda la película. Conozcamos sus secretos de la mano del director, Yann Gozlan.

-El plano secuencia inicial. “No teníamos presupuesto para hacer decorados y lo rodamos en un avión de verdad. De hecho es un falso plano secuencia, porque todo lo que se desarrolla en la cabina del avión se rodó en un simulador y en el momento en que se abre la puerta, se hace un corte y algunos días más tarde, rodamos en el verdadero avión. Poco más adelante, hay otro salto en una de las pantallas, ya que estábamos rodando en dos pisos y quería dar la impresión de que sólo había uno. Era una mezcla entre un decorado-simulador y el auténtico avión donde rodamos”.

-Rebelión de figurantes. “Tuvimos que repetir las tomas que pasan en el avión varias veces y, para rodarlas todas teníamos sólo tres días y, por suerte, fue bastante rápido. Fueron las secuencias más difíciles, porque era complicado rodar en el interior porque era estrecho y nos pisábamos los unos a los otros. Y como el avión estaba en el suelo, no volando, tuvimos que añadir las imágenes en los cristales de la cabina. Pero lo peor fue que, como no estaba en marcha, no funcionaba el aire acondicionado, y hacía muchísimo, muchísimo calor. Y como anécdota, te contaré que la gente estaba muy harta y que los extras amenazaron con irse por culpa del calor infernal que hacía. No fue fácil”.

El plano secuencia inicial combina tomas en un simulador y en un avión real.

El plano secuencia inicial combina tomas en un simulador y en un avión real. / 2425 FILMS

-El accidente que no se ve. “Se oyen los gritos, sin mostrarlos, porque yo siempre había pensado hacer un plano secuencia de lo que habíamos escrito. Desde el momento en que la cámara va hacia atrás, yo quería mostrar esa secuencia angustiosa y terminarla en la caja negra, que se encuentra al final en la cola del avión. El plano secuencia me permitía mostrar cómo se desarrollaba todo de forma muy precisa, casi geográfica, localizar diferentes personas en el avión y así mostrábamos de forma clara los diferentes elementos en el mismo espacio temporal, sin engañar con el tiempo. Al llegar al final del plano, terminando en la caja, es cuando se oyen los gritos de los pasajeros, y pensé que así era más fuerte y misterioso. Y además, yo no tenía los medios económicos para mostrar un gran accidente y tuve que buscar una idea, que fuera barata económicamente y eficaz desde el punto de vista cinematográfico”.

-El auténtico BEA. “Cuando fui a verles por primera vez pensaba que tendrían unos locales grandes, muy impresionantes, me esperaba tener unos expertos, encontrar algo así como la NASA y me encontré con una oficina normal y corriente. De acuerdo, había máquinas muy sofisticadas, pero había una diferencia entre el trabajo muy minucioso y especializado y el decorado, el entorno, muy simple”.

Las oficinas reales del BEA son menos espectaculares de lo que imaginaban.

Las oficinas reales del BEA son menos espectaculares de lo que imaginaban. / VERCINE

-Una cuestión de tiempo. “También me sorprendió el trabajo tan meticuloso de esta gente, por ejemplo descubrí cómo se abren las cajas negras. Está filmado y pude ver el video de cuando abrieron una, dos años después de un accidente, cuando se recuperó del fondo del océano, y pude ver cuan largo y fastidioso es, son horas y horas de trabajo para abrirla. Para la película, les pregunté cómo hacerlo en un par de minutos, no podía hacerlo en tres horas, y lo hice naturalmente en pocos minutos pero, en cambio, se pueden ver todas las etapas de la apertura de la caja de forma muy realista. Rodé en los locales donde se hacía y estuvo conmigo una de las personas que las abren, incluso aparece en esa escena y así pude asociar la autenticidad con el realismo e intenté que se viera, que se sintiera, en el filme”.

-El sonido. “No rodé en un laboratorio de sonido sino en un estudio, pero se ha reconstruido de forma idéntica, o sea que no era en el laboratorio, era un decorado, pero se parecía mucho a un laboratorio fónico. He querido ser muy realista, muy auténtico en todo lo que respecta a la tecnología. He tenido especialistas para que me corrijan, que me digan si esto es así o no. Pero, por ejemplo, el asunto de la gasolina o el por qué se estrelló el avión, suponen un problema muy serio para las autoridades y tenía que hacerlo todo muy real”.

El sonido es uno de los elementos más importantes de la película.

El sonido es uno de los elementos más importantes de la película. / VERCINE

-¿Qué es una caja negra? “Desde el principio quería introducir en el centro de un relato de suspense esas famosas cajas negras, de las que se habla siempre cuando hay un accidente, pero no sabemos lo que contienen, lo que representan, no se sabe, se habla mucho pero nadie lo sabe. Es un objeto fantástico con un punto fantasmagórico y tenía ganas de mostrar exactamente lo que son, cuál es la realidad, una realidad que me parece apasionante porque las grabaciones de las cajas tienen un sonido de muy mala calidad. Es muy difícil hacer una buena interpretación, hay diferentes opiniones entre los especialistas y lo encontré apasionante”.

-La sala de reconstrucción. “El BEA tiene un hangar donde hacen reconstrucciones de un montón de cosas. Ahora no lo hacen por el Covid pero sí durante mucho tiempo, cuando había accidentes de aviones. Por ejemplo hubo un atentado hace 15 o 20 años, con una explosión y reconstruyeron el avión. No todo el mundo puede entrar, pero se puede visitar”.

La sala de reconstrucción de los accidentes existe en la realidad.

La sala de reconstrucción de los accidentes existe en la realidad. / 2425 FILMS

-Similitudes con Impacto, de Brian de Palma. “Me parece una obra maestra. La verdad es que me gustó mucho cuando la vi. Era un adolescente y me encantó. Es una gran referencia pero cuando escribí esta película no pensaba en ella. Mi obsesión era plasmar el mundo de la aeronáutica de la manera lo más auténtica posible. Quería resumir toda la información que yo había aprendido de todos los especialistas e investigadores y de transformarlo en una intriga policial. Pero esta intriga está ligada a una problemática interesante, la dificultad de poder discernir lo que hay entre la verdad y el engaño. Parece que ahora todo se puede falsificar, la imagen, el sonido y esto crea una paranoia y es lo que yo quería reflejar en el filme, las fake news, los complots…

-El plano circular. “La escena en la que el protagonista escucha grabaciones y acaba rompiéndolo todo era muy importante, quería transmitir el agotamiento físico y mental del personaje. Su trabajo era escuchar y tenía que mostrar su fuerza, su talento, casi sus superpoderes y, al mismo tiempo, su debilidad, porque a veces entra en crisis. Su entorno es hostil, padece acúfenos (pitidos en el oído) y el ruido es muy importante para él. Pensé cómo llegar a conseguir agotarle y me pareció que era lo más lógico, hacerle escuchar y escuchar y escuchar esta grabación hasta volverle loco. Y eso había que plasmarlo visualmente en un plano circular, era necesario como encerrarle en un tubo, que girara, le encerrara, le apretara y era la mejor forma de enseñar la tortura mental, el nerviosismo y lo hundido que se encontraba el personaje”.

El protagonista sufre acúfenos, escucha pitidos en su oido.

El protagonista sufre acúfenos, escucha pitidos en su oido. / THIBAULT GRABHERR

-¿Por qué la caja negra no se destruye? “La caja negra tiene una aleación y es un objeto muy pequeño respecto al avión. Está hecha para que pueda resistir al choque, al fuego, al agua. Por ejemplo, ésta de la que hablaba la encontraron en el mar dos años más tarde del accidente. Está construida para que sea resistente, un avión tiene mecanismos, motores y no es tan sólido ni tan resistente como una caja negra”.

-Tensión musical. “La música era básica para trasladar el clima, el misterio. En la escena del hangar, entre los asientos, el personaje intenta proyectarse en lo que pasó durante el vuelo y la música ayuda a expresar esa atmósfera, de una forma mental. La banda sonora le da el tono, esa atmosfera tensa e inquietante que requiere”.