Obituario

Fallece Almudena Grandes, la novelista que no quiso pasar página del franquismo

La autora de la serie de novelas sobre la posguerra 'Episodios de una guerra interminable' sufría un cáncer desde hace algo más de un año

Almudena Grandes

Almudena Grandes / Jose Luis Roca

Ernest Alós

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Almudena Grandes ha fallecido este sábado como consecuencia del cáncer que sufría desde hace poco más de un año. Según fuentes próximas a la escritora, la enfermedad ha tenido un desenlace inesperadamente rápido. El pasado mes de octubre, Grandes desveló que sufría esta enfermedad en un artículo publicado en 'El País Semanal':  "Todo empezó hace poco más de un año. Revisión rutinaria, tumor maligno, buen pronóstico y a pelear", escribió. La autora que desembarcó en las letras con 'Las edades de Lulú' y se despidió con una larga serie de novelas sobre la larga posguerra escritas desde la convicción de que “hay que pasar página de la guerra civil y la posguerra pero antes hay que haber leído la página”, decía hace solo mes y medio: "Prometo solemnemente que volveré a sentarme en una caseta para firmar mis ejemplares y mirar a los ojos de mis lectores, de mis lectoras". Lo escribió, pero no cuesta nada imaginarlo dicho con su voz grave y potente. No ha podido cumplir su promesa.

El año pasado, Almudena Grandes sí había podido participar en la inauguración de la Feria del Libro de Madrid. La autora de la serie de novelas sobre la posguerra española 'Episodios de una guerra interminable' explicó que, durante el confinamiento, dos semanas después de la declaración del estado de alarma, en cinco semanas armó una novela bajo la siguiente premisa: “¿Cómo sería la vida de una madre de una edad como la mía, con dos o cuatro hijos que no los vuelve a ver?». La editorial Tusquets, en la que ha publicado toda su obra literaria desde sus inicios, está a la espera de conocer cuál ha de ser el futuro de este original inédito situado en un escenario de pandemia.

Almudena Grandes, nacida en Madrid el 7 de mayo de 1960 y licenciada en Historia, se dio a conocer a los 28 años con la novela 'Las edades de Lulú', ganadora del premio de novela erótica La Sonrisa Vertical promovido, en el seno de la colección de la editorial Tusquets a la que siempre se mantuvo fiel, por el cineasta Luis García Berlanga. Colección (y género) que en los años 80 aún vivía un auge cuyo final fue certificado por la defunción de esta colección de tapas rosa de la que Grandes fue su gran superventas. El desarrollo erótico de Lulú a partir de la tierna edad de 13 años levantó cierta polémica entonces aunque quizá lo hubiera hecho más hoy. Fue llevada al cine por el director Bigas Luna.

Grandes, de convicciones progresistas, republicanas y feministas, autoproclamada "roja", pasó pronto a la novela social, cada vez más con elementos de vindicación de la recuperación de la memoria histórica. Tras 'Te llamaré viernes' (1991) y 'Malena es un nombre de tango' (1994), 'Atlas de geografía humana' (1998), 'Los aires difíciles' (2002), 'Castillos de cartón' (2004) y 'El corazón helado' (2007), que con su relato de las peripecias de dos familias encuadradas en los dos bandos de la guerra civil ya prefiguraba lo que vendría, su reivindicación de la herencia literaria de Benito Pérez Galdós pasó a ser explícita al emprender en 2010 una serie de novelas sobre la posguerra en España enmarcadas bajo el epígrafe 'Episodios de una guerra interminable'.

Grandes se avanzó a muchos en su reivindicación de los frescos históricos realistas de Galdós, revalorizados ahora en el centenario de su muerte. "Todo lo que le pasa a Galdós es como si me pasara a mí, un triunfo personal", explicaba hace poco.

Habrán sido finalmente cinco, de los seis volúmenes previstos por Grandes, los episodios publicados: 'Inés y la Alegría' (2010), una historia de amor en la que se mezclaban la invasión de los maquis en el Vall d'Aran y la cocina, 'El lector de Julio Verne', protagonizado por el hijo de un guardia civil implicado en la persecución de los guerrilleros antifranquistas en la sierra de Jaén en 1947, 'Las tres bodas de Manolita', sobre la pobreza de la posguerra, 'Los pacientes del doctor García' (2017), ubicado en el Madrid convertido en nido de espías tras la segunda guerra mundial por el que recibió el Premio Nacional de Narrativa y finalmente 'La madre de Frankestein" (2020)', en la que abordaba el destino final de Aurora Rodríguez, la madre de Hildegart Rodríguez, una chica de 18 años moldeada para convertirse en la mujer moderna ideal, que acabó siendo asesinada por su progenitora.

Quizá algunos vieron el formato narrativo de Almudena Grandes como anacrónico, pero con él tomó el viento de la renovada lucha de las últimas dos décadas por recuperar y honrar la memoria de los derrotados en la guerra civil. En una entrevista en este diario explicaba que su decisión respondía al "deseo de explotar un filón de historias espléndidas que aún no se han contado además del impulso moral de enseñar al lector contemporáneo cómo miles de mujeres y hombres se jugaron la vida para que hoy nosotros pudiéramos tener democracia y libertades".

Puestos a reivindicar a olvidados, su gato se llamaba Negrín, y no solo porque fuera negro.

Las reacciones de condolencia han sido inmediatas. Una de ellas, la del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que la definía como una escritora "comprometida y valiente, que ha narrado nuestra historia reciente desde una mirada progresista". La ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, se mostró "desolada" por la pérdida de Grandes y subrayó que representó la "conciencia" y la "valentía". "No hay palabras para retratar este dolor, no hay palabras para decirle adiós a Almudena Grandes. Ella sí tuvo palabras para todo, fue memoria, historia viva de este país. Ella representó la conciencia, la valentía, el coraje de vivir y contarlo. Nos fascinaste con 'Las edades de Lulú' y escribiste unos verdaderos episodios nacionales del siglo XX español. Estoy desolada por perderte y me siento privilegiada por haberte conocido. Descansa en paz, Almudena. Te seguiremos leyendo. Seguiremos disfrutando contigo", ha escrito.

También la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, se ha mostrado "consternada" por el fallecimiento de la autora. "Una magnífica escritora y mejor persona. Mujer referente donde las haya. Siempre en nuestra memoria", ha escrito. La ministra de Derechos Sociales y Agenda 2030, Ione Belarra, ha dado el último adiós a la escritora y ha mandado sus condolencias a la familia. "Almudena Grandes dejó historias que llenan nuestras estanterías y nuestra memoria colectiva. Comprometida y luchadora hoy nos ha dejado. Un abrazo enorme a sus familiares y amigos en estas horas tan difíciles", ha tuiteado. A sus palabras se ha sumado también la ministra de Igualdad, Irene Montero, que ha agradecido a Almudena Grandes haber escrito siempre "desde la mirada de las mujeres, desde la memoria histórica y desde la belleza de las palabras. Siempre con nosotras".

La presidenta del Congreso, Meritxell Batet, ha destacado a Grandes como "un referente de la literatura española contemporánea, una escritora grandiosa, una mujer a quien admiro y un ejemplo para generaciones enteras. Cuánto te vamos a echar de menos, mi querida Almudena", ha indicado. El ministro de Cultura, Miquel Iceta, ha indicado: "Hoy las letras españolas y los progresistas estamos de duelo. Mi más sentido pésame a Luis García Montero". El líder de Más País, Íñigo Errejón, también ha querido mostrar sus condolencias por la pérdida de Grandes, la "narradora de nuestras derrotas y de la dignidad". "Se ha muerto Almudena Grandes. Narradora de nuestras derrotas y de la dignidad. Del orgullo de ser de los nuestros. Que la tierra te sea leve, compañera", ha escrito.

Almudena Grandes estaba casada con el poeta Luis García Montero, actualmente director del Instituto Cervantes y candidato de Izquierda Unida a la presidencia de la Comunidad de Madrid en 2015. Un marco familiar que hizo que resultara una sorpresa la noticia de que la hija de ambos, Elisa García Grandes, se presentara este año como candidata en Madrid por Falange.

Sus veranos en Rota

En los últimos años Grandes, junto a García Montero y una enorme panda de orfebres de la pluma, pasaban juntos en verano y momentos propicios por el descanso por Rota, el pequeño paraíso que habían elegido en Cádiz. Allí tenían casa y allí se dejaban ver en sus playas -especialmente en Punta Candor- y calles junto a Felipe Benítez Reyes, Joaquín Sabina, Benjamín Prado, Miguel Ríos o el también fallecido ya Ángel González… Todos hablaban de sus cenas estivales, que terminaban haciéndose eternas entre debates de literatura, política o simplemente la vida, a veces mojadas en risas y a veces, en lágrimas, como han reconocidos algunos de ellos cuando han intentado describirlas en público.

Muchos de los mencionados tienen su propia calle en este pueblo gaditano de menos de 30.000 habitantes, donde está instalada la discutida base americana y donde combaten con fuerza los vientos, el poniente y el levante, que inspiraron una de las últimas y celebradas obras de Almudena: ‘Los aires difíciles’. Vientos que siempre han estado presentes en los versos del poeta de Cádiz por excelencia, Rafael Alberti, otro referente de este grupo de artistas que ahora pierde a Grandes, una de sus puntales.

“Las vacaciones más hermosas en mi vida las he pasado aquí, así que me siento un roteño más. Y todo esto empezó por querer vivir cerca de Felipe Benítez Reyes, que nos trajo a todos, así como de Luis García Montero, Almudena Grandes, y también de Miguel Ríos […]”, dijo hace unos años Sabina en el 2017, cuando fue homenajeado con su propia avenida en Rota, donde ya la tenían otorgada buena parte de sus colegas. Allí promocionaron las ‘Noches de Literatura en la calle’, donde junto a otros escritores y músicos se reunían al aire libre para rendir tributo a la literatura, también con Almudena al frente. // Gemma Robles