Creación internacional

Castellucci se enfrenta al poder policial en el Temporada Alta

'Bros', la última creación del director italiano, es una metáfora sobre el poder protagonizada por una veintena de actores amateurs convertidos en policías.

Angelica Liddell bucea en el mundo del flamenco a partir de la figura y la música del cantaor Manuel de los Santos 'Agujetas' en 'Terebrante'

Bros

Bros / Stephan Glagla

Marta Cervera

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Temporada Alta estrena en España dos potentes piezas internacionales que acaban de ver la luz en Europa : 'Bros', de Romeo Castelucci (El Canal, jueves y viernes), y 'Terebrante', de Angelica Liddell (Teatre Municipal, viernes). Esta última se inspira el la música y la figura del cantaor Manuel de los Santos, 'Agujetas' pero no tiene nada de flamenco convencional: ni cante, ni baile y faralaes. Ambas son co-producciones del festival.

El espectáculo de Castellucci surgió a raíz de su encuentro constante con las fuerzas del orden en París en la época en la que los chalecos amarillos se manifestaban cada fin de semana muy cerca de donde residía. "Habla del poder inaudito del uniforme: cuando lo vemos nos hace sentir inferiores y culpables", explica. "Antropológicamente, el título 'Bros' hace referencia a una fraternidad, a un grupo de personas hermanadas por un pacto oscuro". Y aclara: "La policía es una metáfora de la relación que nuestra comunidad con el ejercicio de la violencia dentro de la ley. No es una crítica a la policía. A través de ellos nos miramos a nosotros mismos". Castellucci, con una dilatada experiencia tanto en el teatro como en la ópera, define 'Bros' como "una pesadilla lúcida sobre el mecanismo de la violencia". El montaje se verá en el festival de Otoño de Madrid del 24 al 26 de noviembre.

Una veintena de figurantes, actores amateurs en su mayoría, protagonizan 'Bros'. Vestidos como policías salen a escena dispuestos a no hablar y a cumplir las órdenes que reciben, que solo ellos escuchan. "Deben actuar sin conciencia, evitando sentirse responsables, sin saber lo que hacen", explica el aclamado director italiano.

"No es que sea un sádico. La violencia es consustancial a la propia naturaleza del teatro. Asumir el mal nos ayuda a liberarnos".

— Romeo Castellucci

Castellucci, amante de escenas fuertes e impactantes, es consciente de la dureza de algunas de las imágenes que inlcuyen torturas, vejaciones, disparos... Es necesario, afirma: "El teatro ha de tener una función homeopática, ha de asumir el mal, de ser conscientes de él. Hay que poner las manos en la herida y en el mal. No es que sea un sádico. La violencia es consustancial a la propia naturaleza del teatro. Asumir el mal nos ayuda a liberarnos".

Realidad y ficción

Ideó el espectáculo antes de la pandemia, también antes del asesinato de George Floyd en Mineanápolis, aclara. "A raíz de aquello pensé en renunciar a hacer 'Bros'. Fue un momento de gran crisis personal: la realidad, una vez más, superó la ficción".

Quienes participan como policías en cada lugar son "gente anónima que llegan a escena sin hacer casting o audiciones". Este miércoles ha tenido el primer contacto con ellos y se ha limitado a dar algunas claves técnicas. "Actúan como autómatas y su misión es cumplir órdenes". Trabajar así confiere cierta "fragilidad" a la obra. "Son posibles los errores, los malentendidos y las ambigüedades porque no tienen ni siquiera conciencia del gesto: solo actúan sin tiempo para la reflexión ni para la conciencia. Eso, también es una metáfora". En principio la idea era que en cada función cambiaran los intérpretes pero el covid-19 lo ha impedido.

Como contrapunto Castellucci utiliza la figura del profesta Jeremías, interpretada por una veterano actor rumano a quien, como en los escritos bíblicos, nadie entiende. "Nadie capta sus palabras. No comunica, clama en el desierto". El Antiguo Testamento resuena en esta obra.

80 programadores

Esta semana unos ochenta programadores de ocho países que viajarán a Girona para descubrir nuevas propuestas. La programación combina producciones de artistas reconocidos internacionalmente con otros artistas locales y compañías de danza y teatro que vale la pena descubrir. Liddell, con muchos fans en Girona, ha explicado que su incursión en el flamenco responde a la su fascinación por la voz del Agujetas. "Me conecta al infierno, lo demoníaco, la hoguera primigenia y lo primordial. Él es el único pozo limpio o envenenado del que beber. En su voz está la edad del hierro, el origen". Y José Antonio Portillo, otro creador a quien el festival siempre ha apoyado presenta 'A pie', una interesante instalación sonora sobre el cerebro, la maternidad y la paternidad, en el Centre Cultural La Mercè. Allí ha instalado un enorme plafón de siete metros por tres con imágenes y dibujos de Carmen Puchol lleno de sorpresas.

'A pie', instalación sonora de José Antonio Portillo.

'A pie', instalación sonora de José Antonio Portillo. /