Obituario

Muere Dean Stockwell, actor de 'Terciopelo azul' y 'París, Texas'

El intérprete, fallecido a los 85 años, deja una dilatada filmografía coronada con singulares presencias en obras de culto

Dean Stockwell, en un fotograma de 'París Texas'

Dean Stockwell, en un fotograma de 'París Texas' / El Periódico

Quim Casas

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Hay muchos Dean Stockwell, pero todos son el mismo, y siempre extraños. Para muchos, el actor estadounidense, fallecido el pasado domingo a los 85 años, será recordado por su breve cometido en ‘Terciopelo azul’ (1986), en la secuencia en la que canta en playback ‘In dreams’ de Roy Orbison: con este filme, David Lynch devolvió a un primer plano a Stockwell y Dennis Hopper, dos actores de similar andadura díscola y airada por las marismas del cine norteamericano. Para otros, Stockwell será siempre el almirante Calavicci, uno de los protagonistas de ‘A través del tiempo’ (1989-1993), curiosa serie de viajes por el tiempo por la que ganó un Globo de Oro. Hurgando en su dilatada filmografía, podremos recordar su primer papel protagonista cuando solo tenía 11 años, el del muchacho de los cabellos verdes en la película homónima de Joseph Losey de 1948, una alegoría contra la caza de brujas en la que el pequeño Stockwell luce una mata de pelo verde que le hace diferente y, por ello, peligroso para las instituciones.

Ya había aparecido antes, en 1945, en el musical ‘Levando anclas’, como la pesada criatura que cuida la joven de la que se enamoran Gene Kelly y Frank Sinatra. Viéndole como una especie de niño prodigio del Hollywood de los 40, nada hacía presagiar en lo que se convertiría su carrera. Aún niño apareció en filmes de aventuras como ‘El demonio del mar’ (1949) y ‘Kim de la India’ (1950). En los 50 intervino en pequeñas películas y series de televisión hasta lograr el primer papel relevante –premio en Cannes incluido– con ‘Impulso criminal’ (1959), relato basado en el célebre caso de Leopold y Loeb, los dos universitarios de familias adineradas que cometieron un asesinato por el placer de realizarlo. Stockwell era entonces ideal para personajes frágiles, contradictorios, que siempre escondían algo detrás de una apariencia de lo más normal.

En la década de los 60 compaginó también la televisión con el cine de serie B o independiente: ‘Pasaporte a la locura’ (1968), un drama criminal ambientado en el hippy Haight-Ashbury de San Francisco; ‘The Dunwich horror’ (1970), una producción de Roger Corman según la obra de Lovecraft, o ‘The last movie’ (1971), sicótica recreación de un rodaje en la selva peruana por parte de su amigo Dennis Hopper. Fueron tiempos de cine radical y de adicciones varias. Stockwell sobrevivió gracias a la televisión –en ‘Misión imposible’, ‘Manix’, ‘Bonanza’, ‘Colombo’– y se involucró en experiencias como ‘Human highway’ (1982), bizarra película de ciencia ficción dirigida a medias con el músico Neil Young.

Tuvo cometidos, presencias, en ‘Paris, Texas’, ‘Dune’, ‘Vivir y morir en Los Ángeles’, ‘Terciopelo azul’, ‘Casada con todos’ –su única nominación al Oscar–, ‘Tucker’ y ‘El juego de Hollywood’: pequeños papeles para una gran filmografía.