Tendencia dura

El cine se lanza a explorar la fuerza terrible de la maternidad

A partir del estreno de 'Petite maman', analizamos las diferentes maternidades mostradas por el cine actual

De 'Madres paralelas' a 'Lamb', pasando por 'Distancia de rescate' o 'Titane', varias películas ponen el acento en el poderoso hecho de parir y sus consecuencias

PELICULA PETITE MAMAN

PELICULA PETITE MAMAN

Beatriz Martínez

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En su última película, 'Petite Maman', Céline Sciamma plantea un cuento sobre la infancia tan sencillo como mágico. Una niña, Nelly, se encuentra en el bosque con su madre, Marion, cuando tenía su misma edad. A un lado de la cabaña que construyen juntas está el presente, al otro lado, el pasado. Entre ellas surgirá una empatía inmediata y cuando descubran la verdadera identidad de cada una, se establecerá un juego de espejos entre sus dos rostros, aparentemente iguales, pero totalmente distintos. La niña redescubrirá a su madre, logrará entender el porqué de su melancolía congénita, y la madre, aunque sea pequeña, se dará cuenta de la dimensión de lo que supone la maternidad, de la cantidad de traumas que se pueden traspasar a los hijos sin ser ni siquiera consciente de ello.

El choque entre ambas tiene algo de milagroso, porque sin apenas palabras, las dos se reconocen la una en la otra y, entre juegos infantiles, lograrán llegar a un estado de entendimiento, de empatía. Se mirarán y se comprenderán, con todo lo que eso significa. 

Este año el tema de la maternidad se ha situado en primer término en un buen puñado de ficciones. La maternidad herida, la maternidad obsesiva, la maternidad ansiada, la maternidad ausente, la maternidad y sus miedos. Un año marcado por 'Madres paralelas', en la que Pedro Almodóvar escarba en esta cuestión, la maternidad, como nunca lo había hecho a lo largo de su carrera. Sus protagonistas, que encarnan Penélope Cruz, Aitana Sánchez-Gijón y Milena Smit, pertenecen cada una a una generación con características muy diferentes. El peso de la herencia estará siempre presente, como una losa, pero tendrán algo en común: las tres están solas y han luchado (o lucharán) por salir adelante entre el instinto de sus entrañas y el peso de la sociedad en la que viven.

Entorno seguro

Almodóvar plantea un nuevo tipo de familia, más moderna, abierta, liberada de convencionalismos. Hay muchos tipos de madres, pero lo importante, al final, es que se cree un entorno seguro para que crezcan esos niños que se convertirán en adultos en el futuro. Y cuantas menos cargas arrastren, mucho mejor. Es el mensaje conciliador que desprende su imagen final. 

En otra de las grandes películas del año, 'Titane', Julia Ducournau plasma la maternidad desde la transformación del cuerpo de la mujer. La protagonista irá pasando por diferentes estadios, del odio a la reconciliación consigo misma, al tiempo que engendra una vida en su interior, sin saber que el hijo que tiene en su vientre, fruto de su fusión con una máquina, es una versión mejorada de sí misma que tendrá el amor y la protección que ella nunca tuvo. De nuevo, a pesar de la carga de violencia que alcanza la historia, el abrazo reconciliador de las últimas imágenes sirve para extirpar los traumas anteriores, para dar a luz a una especie más fuerte y sana, tanto a nivel físico como emocional. 

Contaminación inevitable

Y es que en muchas ocasiones resulta inevitable que los progenitores terminen contaminando con sus miedos a sus hijos. Es lo que ocurre en 'Distancia de rescate', adaptación de la novela de Samanta Schweblin por parte de Claudia Llosa. En ella se describe el hilo invisible que une a una madre a su hijo, y toda la serie de temores que encierra esa unión que puede romperse en cualquier momento. La fatalidad estará presente desde el momento en el que la protagonista escuche una historia que la trastoca y la obsesiona hasta tal punto que termina haciéndose realidad.

¿Se pueden controlar todos los detalles que ocurren a nuestro alrededor si esperamos poder salvar a nuestros hijos ante una desgracia? Es un sentimiento atávico, irracional, pero también peligroso a la hora de perpetuar nuestras inseguridades en nuestra descendencia. Porque, a veces, si se convocan nuestros mayores terrores, terminan por adquirir una forma propia. 

Dos películas de próximo estreno abordan la necesidad de ser madre de una manera extrema. En ambos casos, los dilemas morales que acarrean las decisiones de las protagonistas resultan cruciales para situarnos en una zona incómoda en la que ese sentimiento tan puro como es la maternidad se convierta en algo profundamente perverso.

Gestación subrogada

En 'La hija', de Manuel Martín Cuenca, se aborda el tema de la gestación subrogada de una forma poco convencional. Una pareja esconde a una adolescente embarazada que acaba de escapar de un centro de menores, para quedarse con su bebé. En 'Lamb' ganadora de la última edición del Festival de Sitges, una mujer, interpretada por Noomie Rapace, le arrebata a una oveja la criatura (mitad animal, mitad ser humano) que acaba de tener para convertirla en su hija alterando el orden natural de las cosas, algo que acarreará a la nueva familia consecuencias inesperadas. Ambas transcurren en parajes apartados del resto del mundo, como una forma de preservar un secreto imposible de comprender, aunque para esas mujeres adquiera una dimensión existencial. 

En todos los casos, se aborda la maternidad desde un ángulo diferente, poco explorado, que invita a reflexionar sobre las cargas que arrastran las mujeres a la hora de relacionarse con ese vínculo primitivo. No hay hojas de ruta para afrontar ninguna de estas historias. Todas se caracterizan por la libertad con la se aproximan al tema y, algo fundamental, la falta de juicios. 

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