Estreno de cine

Ridley Scott traslada el MeToo a la Edad Media en 'El último duelo'

El filme protagonizado por Matt Damon, Adam Driver y Josie Comer se estrena en España este viernes, 29 de octubre

"Según las leyes de la época, la violación era considerada no un delito de violencia contra la víctima, sino uno contra la propiedad de su marido", explica el director

Matt Damon a 'El último duelo'.

Matt Damon a 'El último duelo'.

Nando Salvà

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Ridley Scott dio el salto de la publicidad al cine con su ópera prima, ‘Los duelistas’ (1977), que le abrió las puertas de Hollywood y, en consecuencia, pocos años después le permitió dirigir títulos hoy clásicos como ‘Alien: el octavo pasajero’ (1979) y ‘Blade Runner’ (1982). Más de cuatro décadas y decenas de ficciones después, el británico vuelve a escenificar un enfrentamiento a muerte en 'El último duelo', y reproduce así su inclinación natural por las recreaciones históricas; de hecho la nueva película nos traslada a la Normandía de finales del siglo XIV, periodo inmediatamente anterior a la era de las Cruzadas que el director exploró en ‘El reino de los cielos’. "La gente suele preguntarme por el proceso de documentación que sigo a la hora de recrear épocas pasadas, y mi respuesta siempre es la misma: no sigo ninguno", confiesa Scott. "Tanto en ese como en otros aspectos de mi carrera, siempre me he guiado por la intuición; de hecho, ni siquiera fui a la escuela de cine. Y no me ha ido mal".   

‘El último duelo’ se basa en el libro de no ficción homónimo que el crítico literario Eric Jager publicó en 2004 y en el que exploró el combate a muerte que enfrentó a Jean de Carrouges y Jacques Le Gris, amigos gradualmente convertidos en rivales, después de que la mujer del primero acusara al segundo de haberla violado; las páginas de Jager, en concreto, se centraban en explorar una práctica judicial -la resolución de disputas legales a través de enfrentamientos que acababan con un ganador y un cadáver- que desapareció del país justo después de aquella pelea librada con lanzas, caballos, espadas y puñetazos. De adaptarlas a la pantalla se han encargado los actores Matt Damon y Ben Affleck, en la que ha sido su primera colaboración como guionistas desde ‘El que el indomable Will Hunting’ les proporcionó el Oscar en esa categoría hace casi 25 años. "Cuando Matt me llamó para invitarme a trabajar con él, en ningún momento me planteé la posibilidad de rechazar la oferta, en buena medida porque disfruté muchísimo cuando lo dirigí en ‘Marte’ (2015)", recuerda Scott acerca de su involucración en el proyecto. "Después de esa llamada tardaron solo seis semanas en mandarme el guion, y me sorprendió muchísimo. Generalmente, cuando alguien te hace una propuesta como esa tardas alrededor de 10 años en volver a oír hablar de ella".

Estructura en tres partes

La película, también coescrita por Nicole Holofcener, presenta una estructura narrativa dividida en tres partes que se corresponden con otros tantos puntos de vista. A la manera de ‘Rashomon’ (1950), el crimen y los hechos que lo precedieron son relatados en tres ocasiones, cada uno de ellas desde la perspectiva de uno de los implicados: Carrouges (Damon), un tipo tosco, envidioso e inepto tanto para las relaciones sociales como para las íntimas; Le Gris (Adam Driver), apuesto, seductor y muy trepa; y Lady Marguerite (Jodie Comer), prisionera de una sociedad en la que las mujeres no eran consideradas como seres humanos sino como objetos para dar placer a los hombres y hornos para cocinar bebés. "Una de las cosas que más me sorprendieron acerca del caso es que, según las leyes de la época, la violación era considerada no un delito de violencia contra la víctima, sino uno contra la propiedad de su marido", recuerda Scott. "Así de institucionalizada estaba la cosificación de la mujer".

Cuando el cine retrata el pasado a menudo lo hace para hablar del presente, y es inevitable asumir que ‘El último duelo’ usa los maltratos sufridos por Marguerite como un espejo de los que las mujeres siguen sufriendo en la actualidad para sugerir que, en realidad, las cosas no han cambiado en todo este tiempo. Y puesto que fueron los abusos cometidos por figuras como Harvey Weinstein lo que acabó convirtiendo a Hollywood en epicentro de movimientos feministas como el #MeToo, resulta tentador suponer que hasta cierto punto la película forma parte de un proceso de expiación por parte de la industria. "A decir verdad, esa no ha sido nuestra intención al hacerla", matiza el director. "Pero si haberla hecho sirve para plantear cuestiones al respecto me parece perfecto; y si sirve para responder alguna de ellas, tanto mejor". 

Scott está a punto de cumplir 84 años, pero nadie lo diría a juzgar por su agenda. En solo un mes estrenará en España ‘La casa Gucci’, que recrea el asesinato del magnate de la moda Maurizio Gucci a manos de un matón contratado por su exesposa, y el año que viene tiene previsto rodar tanto ‘Kitbag’, un biopic sobre Napoleón protagonizado por Joaquin Phoenix, como la secuela de ‘Gladiator’ (2000). "No sé trabajar de otra manera, en todo momento necesito saber qué proyectos me esperan al menos durante el próximo año y medio; de otro modo mi agenda corre el riesgo de llenarse de periodos en blanco. Y eso me resulta insoportable". 

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