Figura central

Joan Chamorro, el artífice de la Sant Andreu Jazz Band: estrella por un día

El Festival de Jazz de Barcelona dedica su 'retrato de artista' al impulsor de un insólito proyecto artístico y pedagógico

Joan Chamorro

Joan Chamorro / Ferran Sendra

Roger Roca

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"Yo estaba rodeado de gente que tocaba mucho. Y yo tocaba muy poco", dice Joan Chamorro cuando habla de sus inicios en la escena del jazz de Barcelona. En el argot de los músicos, "tocar mucho" es tocar muy bien. Destacar, brillar. Riguroso, aplicado, como músico nunca le faltó trabajo, pero quizá sí autoestima. "Me sentía menos, el patito feo. Luego he aprendido que eso es ridículo. Que no hace falta ser el mejor ni el más moderno. Que tienes que hacer tu camino con seriedad y rigor pero también disfrutar, que eso es importantísimo, hasta encontrar una voz". Y su voz ha sido la Sant Andreu Jazz Band, el insólito proyecto artístico y pedagógico al que se ha entregado en cuerpo y alma durante los últimos quince años y que ha convertido a ese antiguo secundario del jazz en una figura central de la música del país.

Chamorro, saxofonista, contrabajista, director de 'big band', pedagogo y descubridor de talentos, es el protagonista del 'retrato de artista' del 53 Voll-Damm Festival de Jazz de Barcelona, lo que significa que tiene cinco conciertos distintos a su nombre. "Pero podrían haber sido diez más, porque tengo muchas cosas interesantes entre manos", asegura Chamorro. No es un farol. Tampoco ego. Maneja un montón de proyectos, todos vinculados a la Sant Andreu. El primero de ellos, este viernes en Barts, donde reunirá a la docena larga de músicos y músicas que han grabado discos propios bajo el paraguas de la Sant Andreu, y que en muchos casos, han hecho carrera. "La historia de Andrea Motis es bestial, claro. ¿Quién iba a pensar que tocaría en festivales de todo el mundo o que vendería más discos que nadie? O el caso de Rita Payés con su madre".

Todos y todas

Hay muchos más nombres, no tan populares pero con trayectorias sólidas: la saxofonista Eva Fernández, el trompetista Joan Mar Sauqué, la contrabajista Magalí Datzira. En total, por la Sant Andreu han pasado ya setenta alumnos. Aunque llamarlos alumnos se le hace raro. "Al fin y al cabo, yo toco con ellos", dice. Los tiene contados porque en uno de los conciertos del festival, el 10 de diciembre en el Palau, tocarán todos y todas. En otro, juntará a una de sus solistas más prometedoras, la cantante y violinista Èlia Bastida, con el veterano saxofonista norteamericano Scott Hamilton, una autoridad en materia de jazz clásico. El 17 de noviembre en el Palau, Andrea Motis estrenará en Barcelona un proyecto junto a varios guitarrista. Y para cerrar esta carta blanca que le propone el festival, Chamorro se reencuentra con otro solista de categoría, Scott Robinson, en una concierto de saxos barítonos en el que también incluye a una de sus discípulas, Alba Esteban. 

El contacto directo con músicos de primer nivel es uno de los alicientes que Chamorro propone a los miembros de la Sant Andreu. "Tener 14 o 15 años y pensar que tú también puedes estar allí es importante, forma parte de la pedagogía, te ayuda a creer en ti. A mi me pasaba todo lo contrario y con ellos intento que no sea así. Que estudien sin sufrir por ser los mejores, sino con alegría. Todo eso ha sumado y ha hecho que el proyecto se mantenga". A la Sant Andreu no le faltan vocaciones, y eso que ya no es la única banda de jazz de esta naturaleza. "A nivel de conciertos nos resentimos, claro, pero es una alegría ir a Manresa y encontrarte con una 'big band' de jóvenes que suena de la hostia". Hay otra en Las Canarias y otra más en Sedaví, Valencia. "En Italia tienen una 'big band' calcada a esta, porque me pidieron que fuera a explicarles cómo montarla. En México, exactamente igual. Me enorgullece haber sido un poco punta de lanza en esto”.  

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