Crítica de música

El Quartet Casals, invitado de lujo de la OBC

La OBC programa una obra de John Adams con el conjunto catalán a modo de solista invitado

El Quartet Casals, con la OBC en el Auditori

El Quartet Casals, con la OBC en el Auditori / May Zircus

Pablo Meléndez-Haddad

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La temporada de la OBC propuso un programa con obras que fueron revisadas por sus creadores en diversas ocasiones, ofreciendo una de ellas en su versión definitiva y otra en la primigenia. La velada comenzó con ‘Absolute Jest’ (2012) del estadounidense John Adams, que podría considerarse como un pequeño concierto para cuarteto de cuerdas y orquesta ya que utiliza la clásica formación camerística como solista ante el ‘ripieno’. La obra del compositor de óperas como ‘Nixon in China’ o ‘Doctor Atomic’ expone su adscripción al minimalismo al trabajar células y fragmentos de manera repetitiva para tejer su urdimbre, tomando motivos musicales de diversas obras de Beethoven –desde sonatas a sinfonías– como fuente de inspiración.

Una OBC dúctil y variada en instrumentación –incluso con piano y celesta– se dejó llevar con comodidad por Nuno Coelho desde el podio, quien supo concertar con flexibilidad este ‘Absolute Jest’ que hay que llevar con ‘metrónoma’ autoridad, pero teniendo al Quartet Casals como ‘solista’ se garantizaba el feliz resultado al que se llegó. El Casals se movió en total simbiosis con la orquesta mostrando agilidad y acción de conjunto en una obra que fue muy bien recibida sobre todo por el sector más joven del público a tenor de las entusiastas ovaciones finales.

Sonido a gloria

Después de esta tormenta sonora, el Casals interpretó el ‘Vivace’ del ‘Cuarteto de cuerda Nº 16 en Fa, Op. 135’ (1826) de Beethoven, como contrapunto ideal a la obra de Adams y en el que sobresalen ciertas características que vinculan al genio de Bonn con las raíces del minimalismo, ya que posee una estructura basada en motivos que se repiten, aunque, claro está, todos con su respectivo desarrollo y variaciones. Por cierto, el sonido del Quartet Casals en la sala grande del Auditori sonó a gloria: parecía incluso amplificado.

Esta interesante propuesta de programación continuó con la ‘Sinfonía Nº 5 en Mi b, Op. 82’ (1915) de Jean Sibelius. Es la más popular de las concebidas por el compositor finlandés y fue escrita para celebrar su 50º cumpleaños, día que fue declarado fiesta nacional en Finlandia, algo impensable hoy en día en cualquier país occidental absorto en el consumismo y dando la espalda a sus héroes culturales. Sibelius escribió la obra en 1915 y la retocó un par de veces para plasmar el resultado definitivo en 1919, pero la OBC optó por la primera versión. Está claro que el maestro Coelho sabe motivar al conjunto catalán, el cual le respondió con brillo y eficacia ofreciendo una degustación sabrosa, con una excelente llegada al final del primer movimiento. Muy bien los trémolos del arranque de la última parte, así como el canto de las trompas, con un buen equilibrio entre cuerdas y vientos.