Obituario

Luis Alonso, el arquitecto emprendedor

Siempre en constante evolución y reinvención, abogaba por la promiscuidad funcional en los edificios, la flexibilidad y mezcla de usos

El arquitecto Luis Alonso, en una imagen de archivo en la terraza del Hotel Ohla de la Via Laietana, en Barcelona.

El arquitecto Luis Alonso, en una imagen de archivo en la terraza del Hotel Ohla de la Via Laietana, en Barcelona.

Juli Capella

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Los arquitectos tienen cierta fama de longevos, su pasión constructiva les suele animar a prolongar su carrera profesional y vital. Pero esta vez, la carrera de Luis Alonso ha terminado de forma súbita a los 66 años. Nacido en 1955 en Madrid, de familia conquense, estudió en la Escuela Técnica Superior de Barcelona, y justo al acabar la carrera se asoció con Sergi Balaguer. Ambos se conocían por su afición al atletismo, y desde entonces comenzaron una gran carrera de fondo arquitectónica que ha sufrido ahora este duro percance.

Alonso era un avezado deportista y gran aficionado a los maratones. Los había corrido en 14 ocasiones, en diversas ciudades del mundo. Pero no podrá correr el siguiente. Como Filípides, el mítico soldado griego que corrió desde la ciudad de Maratón hasta Atenas para comunicar la victoria sobre los persas, y que, al llegar y dar la notica, cayó desfallecido debido a la fatiga. Él lo ha hecho en Santiago de Chile, donde residía desde 2009. Fue a dormir la noche del jueves tras resolver sus asuntos profesionales y ya no se levantó. Su aorta cedió y su corazón se paró. Estaba en plena forma, sin enfermedades previas y chequeaba a menudo su salud. Deja a su mujer Denise y dos hijos, Laia y Nacho, también arquitecto. Tenía previsto volver a instalarse de nuevo en Barcelona en apenas 20 días.

Junto a su socio han levantado un gran despacho profesional, que llegó a tener 120 empleados, y que ha ido extendiendo su red de servicios desde Barcelona hacia diversas ciudades de todo el mundo, especialmente en Suramérica, Colombia y Chile, donde pudieron cobijarse tras la crisis de 2008. Sus inicios estuvieron ligados al tema deportivo, como responsables del Club Arsenal, el primer Metropolitan y Duet, del que eran también accionistas. Pero posteriormente fueron diversificando sus servicios hasta alcanzar prácticamente todas las tipologías: vivienda, equipamientos, sanidad, ocio y entretenimiento, hostelería, oficinas, etc. Cabe destacar en su carrera diversos proyectos desarrollados en colaboración con el arquitecto británico Richard Rogers, el centro comercial Arenas en Barcelona, la Hyatt Regency Tower, en Hospitalet de Llobregat, y la cava Protos en Valladolid. Entre sus proyectos más recientes destaca la Torre Bacatá de 250 metros de altura en Bogotá y el estadio de atletismo de Andorra.

Alonso era un personaje afable, positivo y optimista. Siempre en constante evolución y reinvención. Abogaba por la promiscuidad funcional en los edificios, la flexibilidad y mezcla de usos, y consideraba al arquitecto como un “abrelatas” económico a través de la construcción. Se quejaba de la falta de incentivos de las instituciones hacia las empresas de arquitectura y era reticente a la labor de los organismos profesionales; intentó optar a la presidencia del Colegio de Arquitectos de Catalunya en 2010. Era miembro de Arquitectos por la Arquitectura.

Su socio Balaguer, dos años mayor, está desolado ante el final abrupto de lo que ha sido “un matrimonio profesional de 42 años y cerca de 700 criaturas”. Y cuenta que los inicios no fueron fáciles, rememora como “los domingos nos acercábamos a las urbanizaciones donde la gente acudía a comprar parcelas y les ofrecíamos hacerles el proyecto”, recordando así el carácter siempre emprendedor de Luis. Ahora su objetivo es mantener la estructura del estudio, con importantes proyectos en marcha, y dar paso a la siguiente generación de colaboradores para que vayan cogiendo las riendas. 

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