Maestro de la danza

Cesc Gelabert vuelve al Mercat con 'Framing time'

Cesc Gelabert.

Cesc Gelabert.

Marta Cervera

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Para el premiado Cesc Gelabert bailar es como respirar, algo natural y necesario para su cuerpo. Hace un siglo a nadie se le hubiera ocurrido que una persona de 68 años podría protagonizar un solo de danza. Pero Gelabert, que en la época de Franco tenía que arrancar clavos del suelo para no hacerse daño al bailar, ha contribuido a derribar muchas barreras. Está "ilusionado" con la recuperación de 'Framing time', que de viernes a domingo interpretará en el Mercat de les Flors. Precisión y poesía a partes iguales logran un equilibrio mágico en esta pieza que se estrenó en el Baryshnikov Arts Center (BAC) de Nueva York en 2018 y se vio en el Grec de 2019.

Mijaíl Barishnikov, estrella del ballet clásico a quien la danza contemporánea y el teatro han permitido reinventarse ha impulsado 'Framing Time', hipnótica obra donde la danza de Gelabert interactúa con la música minimalista de Martin Feldman (1926-1987) 'Triadic Memories'. La partitura estará servida en directo por el pianista Pedja Muzijevi y el iluminador Burke Brown ha diseñado una escenografía cambiante a base de bombillas que se encienden y se apagan. La intensidad de la luz se combina con la de los movimientos repetitivos tanto del piano como del bailarín. Tempos elásticos y sutil cromatismo marcan una pieza meditativa difícil de interpretar y llena de refinamiento. "Yo no tengo la partitura conmigo. He tenido que memorizarlo todo e interiorizarlo para poder sentirme libre y ejecutar los movimientos sin pensar, dejándome llevar", destaca el veterano intérprete que debe impregnarse de ese sonido que reverbera sin fin.

La música de Feldman toma cuerpo a través de este espectáculo que el pianista Pedja Muzijevi compara con un fantástico encuentro que permite descubrir sensaciones nuevas. "Es un lenguaje diferente donde se combina música, luces y movimiento. No es lo mismo exponerte a obras de Mozart o el 'Lago de los cisnes' que dejarte llevar por algo diferente, una espacio en blanco donde tienes las posibilidad de experimentar". Una abstracción cambiante, llena de capas y de detalles que cada cual interpreta a su manera. Una propuesta singular opuesta a la urgencia del mundo actual.

"Es una pieza emocional y mental. Es introspectiva pero soy capaz de compartirla porque el público que está en todo momento en mi conciencia"

— Cesc Gelabert

El trabajo ha sido complicado pues la música minimalista de Feldman está llena de repeticiones y continuas variaciones. Sin embargo el desafío es ideal para alguien como el coreógrafo barcelonés con un variado catálogo de obras en solitario a sus espaldas que son pura arquitectura corporal. "Es una pieza emocional y mental. Y, aunque es introspectiva, a diferencia de cuando empecé ahora soy capaz de compartirla porque el público que está en todo momento en mi conciencia", explica el coreógrafo barcelonés, decano de la danza contemporánea catalana. Es la primera vez que retoman la pieza tras el covid y no será la última pues también la llevarán a los Teatros del Canal de Madrid. Después, le esperan otros proyectos en el extranjero. Entre ellos, remontar este otoño en Berlín una obra de Gerhard Bohner (1936-1992), coreógrafo alemán con quien colaboró.