Novedad editorial

Festín trovadoresco: Enric Casasses reúne en un volumen todos sus poemas largos

El poeta catalán y Premi d'Honor publica ‘Soliloquis de nyigui-nyogui', que incluye algunos inéditos

Enric Casasses, este miércoles en la entrada del Ateneu Barcelonès.

Enric Casasses, este miércoles en la entrada del Ateneu Barcelonès. / MAITE CRUZ

Anna Abella

Anna Abella

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Un volumen de más de 500 páginas, con 15.000 versos que beben de la tradición trovadoresca, con unas flexibles cubiertas de color rojo y un título, ‘Soliloquis de nyigui-nyogui’, cuyas letras parecen bailar en la portada, reúne ahora todos los poemas largos, narrativos y discursivos, de Enric Casasses (Barcelona, 1951), creados desde 1977 hasta 2020. El poeta, quien poco antes del confinamiento, a finales de febrero de 2020, era reconocido con el Premi d’Honor de les Lletres Catalanes, ya avisaba entonces: "Todo lo que tengo que decir está en lo que he escrito y publicado”. Repasándolo "me he dado cuenta del trabajo que había llegado a hacer con la sensación de que no estaba haciendo nada", comentaba bromeando este miércoles en la presentación del libro, junto a Jordi Cornudella, su editor en Edicions 62. 

La heroína en la Barcelona de los 80

El volumen, dedicado a su amigo y antiguo editor Víctor Compta, es el más extenso que ha publicado Casasses e incluye dos inéditos. Uno, el último, ‘A pes de braços’, escrito en plena pandemia en 2020, solo había podido escucharse en directo, recitado por el propio bardo y con música de Ilia Mayer en el CCCB. El otro, ‘Novel·la de referències’, no había visto aún la luz en ningún formato. Lo escribió en 1988 y estaba destinado a ser el primer capítulo de una novela que empezó pero que nunca terminó. Más recientemente lo ha "rematado" con dos brevísimos apéndices. El cuerpo central transcurre en Ciutat Vella, en una Barcelona con inmigrantes, delincuencia, pobreza y drogas. "En los 80 la heroína era una plaga que afectaba a todas las capas de la sociedad. Este poema era el principio de una historia. Habla de una situación ficticia al 100%, la primera vez que me he inventado personajes. Son un grupo de gente fina, de clase alta, que están tomando una copa de vino y unas rayas de coca mientras ven diapositivas de un fotógrafo que enseñan cómo afecta el caballo en Ciutat Vella", cuenta Casasses, que aclara que no tiene intención de hacer ninguna "novela de verdad".

Destaca Cornudella la capacidad del poeta de "estirar los hilos del pensamiento, de hacer una poesía filosófica, de poemas de ideas sobre cómo está hecho el mundo". Son piezas dispuestas en orden cronológico según fueron escritas y que parten de un patrón medieval, y que como ‘La cosa aquella’ y ‘Plaça Raspall’, añade, "explican historias enraizadas en la vida inmediata donde reconocemos paisajes humanos por los que hemos transitado o hemos tenido cerca". 

Los diacríticos de Fabra

"En el poema largo -especifica Casasses- hay momentos de todo. Es distinto del poema corto, que cada uno parece una joya. Hay momentos de brillantez y otros en los que la lengua se te lleva". Bastante disconforme con "las convenciones de la ortografía" y "las normas que se deciden cambiar", ha decidido saltárselas y mantener los acentos diacríticos haciendo un "elogio de Pompeu Fabra, que con qué gusto, qué gracia y qué sentido los puso". "Solo recordar aquel ‘os pelat’ y el ‘ós pelut’", recuerda. 

En el prólogo y en el último poema, el de 2020, no aparece ninguna mayúscula. "Hasta que no se acabe esta tanda de juicios y de represión política solo escribiré en minúsculas", concluye, combativo, el poeta catalán.