Veto del Ayuntamiento de Gijón

La tauromaquía, un debate eterno

Ilustres, artistas o personajes de la cultura, de Jovellanos a Sabina, han mostrado su apoyo o rechazo a los toros,

Plaza de toros de Gijón

Plaza de toros de Gijón

Sergio García

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La drástica decisión del Ayuntamiento de Gijón de no continuar con la Feria de Begoña se ha convertido en una noticia de alcance internacional y en el último episodio en torno a un debate de la tauromaquia del que se lleva hablando en España desde hace siglos. Una controversia que lleva instalada mucho tiempo en el país y que siempre ha generado posturas contundentes, ya sean a favor de la celebración de corridas de toros o en contra de las mismas desde distintos ámbitos de la política, la cultura y la propia sociedad civil. Una y otra postura han tenidos a destacados nombres liderando sus respectivas causas.

Uno de los personajes ilustres que expresaban su rechazo fue Melchor Gaspar de Jovellanos, que consideraba que “la lucha de toros no ha sido jamás una diversión, ni cotidiana ni muy frecuentada, ni de todos los pueblos de España, ni generalmente buscada y aplaudida”. En su “Memoria para el arreglo de la policía de los espectáculos y diversiones públicas y sobre su origen en España”, el prócer manifestaba que la tauromaquia “empezó a ser mirada por algunos como una diversión sangrienta y bárbara” y lo tildaba de “feroz espectáculo”. Otro de los detractores de las corridas el autor Leopoldo Alas Clarín, que en algunas de sus obras evidenciaba su repulsa a la “mal llamada fiesta nacional”.

El Premio Nobel Santiago Ramón y Cajal, incluso, llegó a aseverar que “me enorgullezco de no haber figurado nunca entre la clientela especial de las corridas de toros”. Mientras, en su novela “Insolación”, la autora Emilia Pardo Bazán escribía: “Sale a relucir aquello de las tres fieras, toro, torero y público; la primera, que se deja matar porque no tiene más remedio; la segunda, que cobra por matar; la tercera, que paga para que maten, de modo que viene a resultar más feroz”. O Miguel de Unamuno, que aseguraba: “No creo que trajera trastornos de ninguna clase la supresión de las corridas y sí muchos beneficios”.

No obstante, la historia también ha aportado figuras que se posicionaron a favor del arte de Cúchares. Uno de los personajes más renombrados fue Francisco de Goya, apodado en algunos sectores como “el de los toros” y que publicó en 1816 una serie de grabados llamada “La tauromaquia”. Por su parte, el poeta Federico García Lorca, en una entrevista concedida meses antes de ser asesinado en 1936, declaraba que “el toreo es probablemente la riqueza poética y vital mayor de España, increíblemente desaprovechada por los escritores y artistas debido a una falsa educación pedagógica que nos han dado”. “Los toros es la fiesta más culta que hay hoy en el mundo”, afirmaba el andaluz. También el filósofo José Ortega y Gasset señalaba que “la historia del toreo está ligada a la de España, tanto que, sin conocer la primera, resultará imposible comprender la segunda”. Fuera de España, un gran aficionado de la fiesta taurina era Gabriel García Márquez. “Si es el toro de lidia tan noble como lo pintan, probablemente y a pesar de las tradicionales consecuencias, nadie sea más aficionado a la fiesta brava que el toro mismo”, sostenía el escritor.

En los últimos años también son célebres algunas frases de cantantes como Joaquín Sabina. “El que no quiera ir a los toros, que no vaya. Y que se dejen de tocarnos los cojones, que hay cosas más importantes”, compartió el artista, un ejemplo más en un debate que que sigue abierto con la misma división de opiniones de siempre.

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