Estreno en el Teatro Apolo

Juan Carlos Plaza vuelve a 'La casa de Bernarda Alba'

El veterano director presenta una versión del drama lorquiano "más esencial, escueta y dura" que su puesta en escena de 1984

'La casa de Bernarda Alba', dirección Carlos Plaza

'La casa de Bernarda Alba', dirección Carlos Plaza / Marcos G. Punto

Marta Cervera

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La actividad teatral regresa a Barcelona tímidamente esta semana, adelantándose al arranque oficial de la temporada en septiembre. El Apolo, que esta primavera inició una nueva etapa con la productora madrileña Smedia, empieza con una obra de Federico García Lorca,La casa de Bernarda Alba’, dirigida por el veterano José Carlos Plaza (Madrid, 1943), que vuelve a este drama rural universal con una puesta en escena "más esencial, escueta y dura" que la que realizó en 1984. Hacía muchísimo que Plaza no venía a Barcelona. "Creo que la última vez que estuve aquí con algo fue con el Centro Dramático Nacional con 'Comedias Bárbaras'. No hay relación teatral. Catalunya cierra las puertas a la gente del teatro, Madrid las abre. Todos los catalanes están en Madrid trabajando y nosotros no podemos venir aquí", lamenta.

Catalunya cierra las puertas a la gente del teatro, Madrid las abre. Todos los catalanes están en Madrid trabajando y nosotros no podemos venir aquí

— José Carlos Plaza (director teatral)

Este drama que el autor andaluz acabó dos meses antes de ser asesinado, fusilado al inicio de la Guerra Civil en agosto de 1936, está respaldado por un elenco de actrices con solera. Consuelo Trujillo (la vimos en series como ‘Cuéntame como pasó’ y ‘Hospital Central’ y en películas como 'La novia' y 'Verónica') encarna a Bernarda, intransigente matriarca que impone un estricto duelo de ocho años tras enviudar. La tradición y el miedo al qué dirán marcarán el destino de sus hijas interpretadas por Ana Fernández (Angustias), Marina Salas (Adela), Zaira Montes (Martirio), Ruth Gabriel (Magdalena) y Montse Peidro (Amelia). Rosario Pardo (Poncia, la criada) y Mona Martínez (María Josefa, la anciana madre de Bernarda) asistirán sin poder hacer nada al drama que se avecina en la casa cuando una sus hijas decida tomar las riendas de su destino.

"La obra tiene muchas cosas nuevas que decir viendo esta involución política y social tan tremenda en la que estamos, confirmada con lo que acaba de pasar en Afganistán. Por no hablar de la represión sobre la mujer y la fuerza de la religión en la sociedad. Había que pegar un grito. No podemos girar la cara ante los mismo horrores", afirma el director Jose Carlos Plaza. El montaje, que se estrenó en Alicante esta temporada y ha recalado en varias ciudades y llegará a Madrid en mayo.

Hipocresía e intolerancia

Las 'Bernardas' siguen ahí, advierte. "Bernarda es el fruto de una educación. Cuando muere el marido ella ocupa su lugar con los clichés del hombre: o estás conmigo o contra mí. Bernarda representa la hipocresía de la sociedad, la intolerancia. Sabe que está haciendo daño pero considera que no importa el medio con tal que el fin sea el que quiere, igual que la barbarie del fascismo".

Su visión ahora es diferente a cuando montó la pieza en 1984. Entonces optó por un tratamiento realista donde "hasta el más mínimo detalle de la obra de Lorca estaba en el montaje", recuerda. En la actual producción, en cambio, "todo está reducido a la esencia para tener mayor impacto. He prescindido de todos lo accesorio y eliminando algunos personajes". El teatro y la sociedad han cambiado. "Todo ahora va mucho más rápido. Cualquier explicación en el teatro mata el teatro, de ahí la necesidad de utilizar elipsis y saltos para ir al grano".

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