Estrenos de cine

Crítica de 'Charlatán': remedios contra lo incurable

Agnieszka Holland contempla alternativamente el ascenso y la caída de Jan Mikolášek, curandero que alcanzó notoriedad en la Checoslovaquia de los años 30 y 40

Estrenos de la semana. Tráiler de 'Charlatán'

Estrenos de la semana. Tráiler de 'Charlatán' /

Nando Salvà

Nando Salvà

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Jan Mikolášek fue un curandero que alcanzó notoriedad en la Checoslovaquia de los años 30 y 40 gracias a su supuesta capacidad para sanar a sus pacientes a base de remedios naturales, o simplemente posando sus manos sobre ellos o echando un rápido vistazo a sus muestras de orina. También fue un homosexual en una época y un lugar en los que serlo era una ofensa criminal, y un hombre celoso de su propio poder por encima de todo lo demás. En su nueva película, Agnieszka Holland contempla alternativamente el ascenso de su protagonista y su caída, cuando su excéntrico comportamiento y sus ideas se convirtieron en una molestia para el régimen comunista.

La directora polaca se esfuerza por dotar cada escena de un intenso dramatismo, aunque los periódicos saltos temporales tienden a diluir el impacto del relato. Entretanto, y a pesar de su título, ‘Charlatán’ no pretende sugerir que Mikolášek fuera un fraude; en realidad, pronunciarse acerca de ese misterio le importa menos que plantear cuestiones relacionadas con la fe, la lealtad y la libertad de expresión. Sin embargo, se echa de menos cierta hondura a la hora de discutir la naturaleza de las prácticas del ‘doctor’. Similarmente, también sus demonios internos son abordados con cierta superficialidad; la película rehuye el tipo de enfoque hagiográfico habitual en los biopics de Hollywood, pero también renuncia a una exploración de la psicología de Mikolášek suficientemente significativa como para invitar a una reflexión relevante sobre el impacto de las convulsiones políticas en las tribulaciones personales.