La realidad trans en cómic

Sara Soler: "Hay muchísima gente en el armario sin saberlo"

La dibujante aragonesa triunfa con el cómic autobiográfico 'Us', donde visibiliza la transición de género de su pareja, que un día le dijo que se sentía mujer

Cómic 'Us' de Sara Soler

Cómic 'Us' de Sara Soler / SARA SOLER

Anna Abella

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A Sara Soler (Barbastro, 1992) se le rompieron unos cuantos esquemas el día en que su pareja le dijo que se había dado cuenta de que era mujer y empezó el proceso para convertirse en Diana asumiendo su realidad trans. Dudas, miedos e incertidumbres poblaron su historia de amor al tiempo que la dibujante aragonesa sintió que debía contar lo que les estaba pasando en un sincero y desenfadado fanzine que no ha dejado de sumar premios desde 2019, el último en el Cómic Barcelona de este año, y que le sirvió de embrión para convertirlo en una novela gráfica de 140 páginas, ‘Us’ (Astiberri), dibujada con el azul y rosa de la bandera transgénero. 

 "Empecé a escribirlo para visibilizar la realidad que estaba viviendo y de la que la gente tenía cero información. Una de las claves de que guste creo que es el tono, que no es frívolo, pero tampoco es un drama, es distendido. Me planteé hacerlo como si se lo contara a un amigo. Y es importante el componente autobiográfico. Todo es 100% real. Eso hace que la gente se dé cuenta de que estas cosas pasan y de que pueden pasarle a cualquiera", explica Soler por teléfono desde su Barbastro natal, donde ha ido a ver a su familia desde la Barcelona donde vive y da clases de cómic en la Escola Joso. 

Cómic 'Us' de Sara Soler

Cómic 'Us' de Sara Soler / SARA SOLER

Ha recibido mensajes de agradecimiento de personas trans y de padres de niños trans. "Me dicen que por primera vez han leído una historia trans que no es un drama y que demuestra que pueden tener una vida feliz -señala-. En las películas y la ficción siempre suele asociarse a la prostitución y las drogas y, claro, ¡no es así!". "También me ha escrito gente en mi misma situación, que de repente su pareja les dice que es trans y no saben qué hacer porque se siguen queriendo. Eso te desmonta. Piensas, ‘¿sigo con ella? ¿no sigo?’", añade quien se consideraba heterosexual. "Porque desde niña nadie te enseña que si te gustan los chicos también es posible que puedan gustarte las chicas. Ni lo piensas. Pero con la transición de Diana me di cuenta de que era bisexual, que me habían gustado también las chicas desde joven, que no era solo que tuviera ‘supersuperamigas’. Hay muchísima gente en el armario sin saberlo".  

La dibujante de Barbastro Sara Soler.

La dibujante de Barbastro Sara Soler. / ASTIBERRI

Poco se ha escrito sobre la realidad trans. El cómic más reciente quizá el conmovedor, también basado en un caso real, ‘Llamadme Nathan’ (Astiberri), de Catherine Castro y Quentin Zuttion. Pero este año, constata, está de actualidad: "El día del Orgullo se centró en personas trans y bi, la serie de la Veneno llegó a mucha gente, la ley trans"… Pero queda mucho por hacer. "Es esencial que se hable de esto en los centros educativos. Los niños no tienen prejuicios. Mi sobrina, de seis años, lo entendió perfectamente. Es bueno que un niño vea que puede pasarle y que el resto lo vea normal. Así no serán tránsfobos ni harán ‘bullying’".  

Los padres de ambas las apoyan, aunque temen que alguien pueda agredirlas por su identidad de género. "En 2019, en un salón de cómic en Alicante coincidimos en el mismo palacio con un mitin de Vox y algunos de sus asistentes se colaron y empezaron a gritar ‘¡Hijo puta maricón! ¡Maricón vete a Francia!’. En ese momento tomé conciencia de que yo podía ser un objetivo de esa gente, que podía darme una paliza si me pillaba con mi pareja por la calle. En nuestro día a día no tenemos miedo, pero cuando ves el discurso de Vox o el asesinato de Samuel te das cuenta de lo jodido que es. Igual que hay países, como Rusia o la Hungría de Orban, a los que ni me acercaré". 

Una persona trans remueve los cimientos de las creencias sobre las que se sustenta la sociedad, conformada por estereotipos y roles

Soler ha optado por un estilo cuqui y un punto manga, radicalmente distinto al más realista de ‘En la oscuridad’ (Planeta Cómic), donde adaptó el relato del secuestro de Antonio Pampliega por Al Qaeda. Ahora trabaja en un proyecto para Estados Unidos sobre un tema de abuso racial por parte de la policía.

Viñeta del autobiográfico 'Us', de Sara Soler.

Viñeta del autobiográfico 'Us', de Sara Soler. / SARA SOLER

‘Us’ transmite empatía, la necesidad de respeto y aceptación y el mensaje de que "da igual el género, lo que importa es la persona". "Una persona trans remueve los cimientos de todas las creencias sobre las que se sustenta la sociedad, conformada por estereotipos y roles muy marcados desde hace mucho. No encaja en la tradición y eso es terrible, porque personas trans han existido siempre -recalca-. No es que quieran cambiar de género, no es voluntario, sino que necesitan hacerlo para tener una identidad con la que sentirse bien. Creemos en el 'vive y deja vivir'". 

Gente maliciosa

Sin embargo, han encontrado a "gente desinformada que no sabe cómo actuar cuando se lo cuentas, que dan un patinazo o te dicen cosas feas por ignorancia". Y también "cantidad de gente maliciosa, maleducada y entrometida que te hace el vacío o te suelta comentarios estúpidos muy conscientes de su mala intención". Queda mucho por normalizar, lamenta.

La polémica del Gran Premio del Cómic Barcelona

Soler ganó el galardón al mejor fanzine en el pasado Cómic Barcelona, el de la polémica tras la concesión del Gran Premio a una carrera al editor y divulgador Antonio Martín, que desató un manifiesto en contra por parte de autores de toda España. "Yo firmé el comunicado cuando vi las razones por las que no debería haber sido premiado y para reivindicar que el premio debería haber sido para un autor. Pensé que deberían rectificarse las bases. Pero las cosas se salieron de madre y la gente empezó a pegarse e insultarse en redes. No creo que los miembros del jurado lo hicieran con malicia sino que pensaban que no era una mala idea. Creo que ahora que Ficomic [la organización del Cómic Barcelona] ha anunciado que está dialogando con los autores y revisando las bases es superbueno", opina la autora.

"El salón es un sitio importante para conectar con el público y no quiero que deje de serlo, no es mi intención boicotearlo. Y si hay una exposición del fanzine estaré encantada. No quiero matar ni dinamitar el salón del cómic, y menos ahora que con la nueva dirección de Meritxell [Puig] he visto cambios sustanciales y de todo tipo para mejor. Es un salón más amigable", valora. 

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