Fiebre olímpica en la cultura

¿Cómo se filman unos Juegos Olímpicos?

Las películas oficiales sobre cada uno de los Juegos Olímpicos conforman un género en sí mismo. Ninguna supera ‘Olimpiada’, la impactante filmación de los Juegos berlineses de 1936 a cargo de Leni Riefenstahl 

Fotograma de 'Olimpiada', de Leni Riefenstahl.

Fotograma de 'Olimpiada', de Leni Riefenstahl. / LOTHAR RÜBELT

Quim Casas

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En cualquier escuela de cine con una asignatura dedicada al documental, la película de Leni Riefenstahl ‘Olimpiada’ (1938), crónica de los Juegos Olímpicos de Berlín de 1936, es de visión obligatoria. El filme responde a una ideología concreta, la del Tercer Reich, y enfatiza el heroísmo atlético, pero el talento desparramado en su filmación del esfuerzo humano en las distintas competiciones, la belleza de ese mismo gesto al correr o saltar –con el empleo del teleobjetivo y la imagen aletargada en el salto de altura o el lanzamiento de jabalina, o los encuadres inverosímiles para capturar los saltos de trampolín en la piscina–, han marcado toda una forma de visualizar el deporte.

En el documental olímpico está primero ‘Olimpiada’. Y luego están todas las demás. Hay planos de Hitler y los ministros del Reich, y del público enardecido con las gestas de sus atletas, pero también los hay de Jesse Owens, el gran triunfador de unos juegos que, si no fueron los mejores de la historia, sí dieron la mejor de las películas. Riefenstahl aparece en el prólogo como la bailarina desnuda de imagen velada.

Múnich 1972

En cuanto a calidad, le seguiría, aunque no de cerca, ‘Visions of eight’ (1973), recién editada a todo lujo por Criterion. Ocho realizadores de diversos países, entre ellos Milos Forman, Arthur Penn, Claude Lelouch, Mai Zetterling, Kon Ichikawa y John Schlesinger, registraron de manera muy estilizada las diferentes pruebas de la Olimpiada de Múnich-1972, más recordada por el atentado palestino que por las medallas cosechadas.

Forman se encargó por ejemplo de la prueba del decatlón y Penn filmó los saltos de pértiga. En el fragmento de Schlesinger se habla un poco de la masacre, y hay espacio también para la derrota: Lelouch, el director de ‘Un hombre y una mujer’, captura las reacciones de los que pierden en la competición. La banda sonora es de Henry Mancini, que combina con precisión su sonido más cóctel 'lounge' con el esfuerzo dramático.

Saura y Barcelona-92

Filmar cada uno de los Juegos Olímpicos se ha convertido en una tradición cinematográfica. La película oficial de los de Barcelona-1992, ‘Maratón’, llevó la firma ágil de Carlos Saura, que capturó los deportes como empezaba a filmar los palos del flamenco. También está muy bien ‘Las olimpiadas de Tokio’ (1965): la realización del filme sobre Tokio-1964 fue confiada a Kon Ichikawa, prestigiado por ‘El arpa birmana’ (1956), y repetidor en ‘Visions of eight’, que le dio un toque intimista.

‘Olimpiada de México’ (1969) tuvo como director a un nadador profesional, Alberto Isaac, y un considerable esfuerzo de producción para filmar a lo grande México-1968. Dos importantes cineastas mexicanos, Paul Leduc y Felipe Cazals, participaron como ayudantes de dirección.

Pero el cine siempre vuelve a los juegos de Múnich. Un buen documentalista como Kevin MacDonald reconstruyó de nuevo el ataque terrorista en ‘Un día de septiembre’ (1999), y logró entrevistar al único superviviente del comando palestino que perpetró el asalto, Jamal Al Gashey.

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