Muestra para tiempos de pandemia

El Cruïlla afronta su hora de la verdad

El festival abre este jueves en el Fòrum de Barcelona su edición más compleja valiéndose de un dispositivo de test de antígenos preparado por cribar a 25.000 personas cada día durante tres jornadas

Preparación de la zona del CCIB donde se realizarán los cribajes masivos del festival Cruïlla

Preparación de la zona del CCIB donde se realizarán los cribajes masivos del festival Cruïlla. /

Jordi Bianciotto

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Todo a punto para el Cruïlla, el festival que, a lo largo de tres jornadas, se dispone a erigirse en el escaparate de música en directo más importante no ya del país sino de Europa en este segundo verano de pandemia. Tomando nota de todas las incidencias víricas de estos días, respirando hondo y, sobre todo, tratando de cuidar cada detalle, la muestra del Fòrum, con artistas como Kase.O, Two Door Cinema Club, Manel, Sopa de Cabra o Morcheeba, activa este jueves un protocolo inédito para cribar a 25.000 personas diarias con tests de antígenos, valiéndose de un meticuloso despliegue sanitario desplegado a las puertas del festival, en el Centre de Convencions Internacional de Barcelona.

En este complejo están ya instalados los 200 ‘boxes’ que acogerán a los asistentes, en los que operarán 100 enfermeros y 200 auxiliares de enfermería, así como seis médicos para atender a los futuribles positivos. El público desplazado se encontrará, a partir de este jueves a las 15.00 horas, a la entrada del CCBI (en la plaza de Willy Brandt), con un control de temperatura (si supera los 37,5 grados, no podrá acceder) y, acto seguido, el acceso a 80 carriles para someterse al test. Iniciará ahí un circuito preparado para absorber a 4.200 personas por hora, repartidas de modo escalonado, con subidas y bajadas calculadas de la afluencia cada cuarto de hora para mantener a raya el riesgo de aglomeración. Se calcula que hacerse el test representa unos dos minutos y medio. Por todo ello, el festival pide a los asistentes que acudan a hacerse la prueba a la hora que hayan reservado en la web, con la antelación razonable de unos minutos, no más. El procedimiento deberá realizarse cada día en el que se vaya a asistir al festival.

Sistema sin 'apps'

El test se vinculará a la pulsera ‘cashless’, con la que el Cruïlla trabaja desde hace años, evitando así el uso de aplicaciones como la que, la semana pasada, dio problemas en la primera jornada del Vida Festival. Una vez hecha la prueba clínica, cada asistente se desplazará al recinto del Fòrum, aun sin saber el resultado, que le será comunicado en un cuarto de hora vía correo electrónico y en la cuenta personal de la web. Otro modo de saberlo será proceder a entrar en la muestra, ya que los empleados que validen la pulsera leerán el resultado del test. Si sale positivo, ya no podrá entrar, será atendido por un equipo médico y se le devolverá el importe de la entrada.

El toque de atención que estos días dio el ‘conseller’ Josep Maria Argimon respecto al uso de la mascarilla en los festivales con test de antígenos tiene como respuesta un énfasis en este punto por parte del Cruïlla, que dispondrá a 40 empleados (personal de la muestra, no de una empresa de seguridad) para vigilar que todo el mundo la lleve puesta fuera de las zonas de restauración. También se establecerán barreras en las zonas frontales de los escenarios para que no se pueda acceder con bebida o comida.

Un cribaje útil

El dispositivo de los tests tiene un coste de un millón de euros, un tercio del cual lo asume el público (8,5 euros de sobrecoste al día; 15 euros para el abono de las tres jornadas), y el festival espera que otro 20-25% lo cubra la aportación pública. Está en camino una solicitud de subvención a Cultura. “Esperamos que se otorgue”, suspiraba este miércoles el director del Cruïlla, Jordi Herreruela, que destacó la importancia del cribaje de una franja de edad, la representada en el festival, “entre los 25 y los 45 años”, que “a la administración se le está escapando”. Población, sobre todo, que se sitúa “entre la salida de la universidad y ser padres, que es complicada de cribar, y que además es el colectivo con más asintomáticos y en el que en estos momentos está siendo más afectado por la pandemia”.

Por ello, Herreruela estimó que el Cruïlla podía ser “un aliado en el cribaje de esas edades”, recordando que el test de antígenos “es casi infalible para detectar a quien te puede contagiar”. Se prevé que el festival detecte a entre 350 y 400 positivos en tres días, lo cual representaría “una propagación de 3.500 a 5.000 casos”. Para el director, “todo eso hace pensar que podemos frenar la pandemia con la música”.

Nunca Jordi Herreruela se había visto hablando de protocolos sanitarios, y no de música, en la víspera del festival, pero así es esta insólita edición, en la que otro foco de preocupación y seguimiento diario ha sido, y sigue siendo, la inclusión en el programa de artistas internacionales. Los del Reino Unido son los que más quebraderos de cabeza han causado, dada la cuarentena impuesta en ese país (que causó días atrás la cancelación de Editors, imposibilitados para confinarse dados sus compromisos en la grabación de un disco), y de ahí vienen Two Door Cinema Club y Morcheeba, hoy por hoy confirmadísimos. “Este Cruïlla es extremadamente difícil, pero va a ser histórico por muchos motivos, e importante para quienes lo vivan y para Barcelona”, reflexionó Herreruela. “Lo recordaremos el resto de nuestras vidas”.