Material radiactivo

El cómic underground barcelonés 'fugado' a Santander regresará para una exposición

El Archivo Lafuente mostrará su formidable colección de la contracultura de la capital catalana en los 70 en una exposición en La Virreina en 2023 o 2024

El fondo tiene miles de dibujos originales y documentos de un episodio que Barcelona no ha sabido apreciar

UNDERGROUND

UNDERGROUND / Archivo Lafuente

Ramón Vendrell

Ramón Vendrell

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El Archivo Lafuente exhibirá su formidable colección de material de la contracultura barcelonesa en el tardofranquismo y la transición en La Virreina en 2023 o 2024, en una muestra comisariada por Valentín Roma, director del Centro de la Imagen municipal. Nada tiene de hiperbólico calificarla de formidable: 2.600 documentos de Nazario, 102 de ellos dibujos originales y casi todo el resto fotografías; 808 documentos de Javier Mariscal, 800 de ellos dibujos originales; 665 documentos de Miguel Farriol, Farry de nombre artístico, 446 de ellos dibujos originales; 150 documentos de su hermano José, alias Pepichek, 87 de ellos dibujos originales; 140 documentos de Antonio Pàmies, 110 de ellos dibujos originales; 200 documentos de Montesol, 184 de ellos dibujos originales...

La última adquisición del Archivo Lafuente en el ámbito del 'underground' barcelonés de la década de 1970 es el fondo del fallecido fotógrafo Salvador Costa: 3.200 fotografías y negativos del autor de 'Punk' (1977), libro gráfico que capturó en tiempo real el nacimiento del motín del imperdible en Londres, y sombra de La Banda Trapera del Río, grupo con el que hizo un trabajo extraordinario al retratarlo relacionado con su apache camarilla y su opresivo entorno, Cornellà.

Formación primigenia de La Banda Trapera del Río retratada por Salvador Costa.

Formación primigenia de La Banda Trapera del Río retratada por Salvador Costa. / Archivo Lafuente

La idea inicial era hacer la exposición en 2023, coincidiendo con el 50 aniversario de la publicación de 'El Rrollo Enmascarado', tebeo fundacional con historietas del núcleo formado por Nazario, Mariscal, Farry y Pepichek, así como colaboraciones de Bordili, Roger, Juan Villafuente, Pàmies, Max y Cifré. Pero la recientemente inaugurada 'La contracultura y el underground en la Catalunya de los 70', una muestra en el Palau Robert comisariada por Pepe Ribas (fundador de 'Ajoblanco') y con aire de trabajo de bachillerato de un alumno que ha echado mano de la colección de revistas y discos de su tío con pasado enrollado, ha cuestionado la idoneidad del año. 2024, cuando Barcelona acogerá la bienal de arte europea Manifesta, se baraja como año un poco más alejado de la cita en curso.

Sea la exposición en 2023 o en 2024, "quizá alguien se abra en canal" en Barcelona cuando se haga, dice José María Lafuente, creador del archivo que lleva su apellido. "Cuesta entender que los artistas hayan conservado durante décadas y décadas obra increíble de un episodio absolutamente barcelonés y ni instituciones ni coleccionistas de la ciudad se hayan acercado a ellos aunque fuera solo para verla", añade Lafuente.

En un polígono

El Archivo Lafuente ocupa la última planta de una nave en el polígono industrial Heras, en las afueras de Santander. Es la sede central del imperio quesero de Lafuente. La obra generada en la Barcelona contracultural es una parte minúscula de un archivo documental de primerísima línea mundial y que arranca con las vanguardias de principios del siglo XX.

El pintor y dibujante madrileño Ceesepe, fallecido en 2018, fue la puerta de entrada de Lafuente a la poderosa cultura marginal de la Barcelona de los 70. Nada raro: Ceesepe, como sus paisanos los fotógrafos Ouka Leele y Alberto García Alix (los tres están muy bien representados en el archivo), era asiduo de una ciudad que entonces se merendaba a la capital de España en materia cultural y persona bienvenida en el piso de la calle del Comercio, 64 donde Nazario, Mariscal y los Farriol vivían y hacían su guerrilla antiautoritaria particular. De la mano de Ceesepe contactó Lafuente con Nazario, "la reina madre" del asunto, y este a su vez le presentó al resto de dibujantes, muchos de ellos alejados del cómic desde hace una eternidad. "No te imaginas lo que guardan los artistas", dice Lafuente. Cierto: parece mentira que tantos originales hayan sobrevivido tanto tiempo.

Ilustración para la portada de 'Nasti de plasti' (1976), de Pepichek.

Ilustración para la portada de 'Nasti de plasti' (1976), de Pepichek. / Archivo Lafuente

Verlos acentúa la sensación de fotocopia que transmite 'La contracultura y el underground en la Catalunya de los 70'; fotocopia tal vez prescindible existiendo el volumen de documentos originales que existe. Ahí están piezas de leyenda: la ilustración de Nazario para la cubierta del número cuatro de 'Rock Comix' (1976), miserablemente robada por Lou Reed para la portada de 'Take no prisoners'; la psicodélica ilustración de Farry para la tapa de 'El Rrollo Enmascarado', decenas de dibujos de Mariscal que prefiguran a Cobi...

Historietas peligrosas

"Me gustaría reeditar 'La Piraña Divina', pero primero quiero consultarlo con mis abogados", dice Lafuente. No por una cuestión de derechos, al fin y al cabo tiene dos ejemplares, los fotolitos y el alucinante original de la portada, sino porque contiene historietas pasadas de vueltas. 'La Piraña Divina' es el tebeo o fancín si lo prefieren con el que Nazario decidió que no pasaba más por el aro del registro y la censura previa, de modo que se lo autoeditó por la cara. La venta clandestina no se hizo de forma tan selectiva como tendría que haberse hecho y la paranoia se instaló en Comercio, 64, provocando a la postre la estampida del cuartel general del Rrollo. No era ninguna broma: ‘El Rrollo Enmascarado’ había sido secuestrado por la autoridad y eso que su edición era legal y su contenido cristiano al lado del de ‘La Piraña Divina’. Finalmente no le pasó nada a Nazario.

'Tuiavii en Barcelona', ilustración de Mariscal de 1977.

'Tuiavii en Barcelona', ilustración de Mariscal de 1977. / Archivo Lafuente

Max es uno de los contados dibujantes del ‘underground’ primigenio de los que Lafuente no tiene nada. Tranquilos: ha establecido contacto con él.

Una historia muy potente

El empresario y coleccionista no compra obra y documentación al buen tuntún. "Esto no funciona en plan ‘¿qué tienes que te lo compro?’ -dice-. A mí lo que me llena no es tener 800 ‘mariscales’. A mí lo que me llena es contar una historia a través de las fuentes originales. Y la historia de la contracultura barcelonesa es muy potente".

El Archivo Lafuente está en avanzadas negociaciones con el Reina Sofía para establecer en la antigua sede del Banco de España en Santander el Centro Asociado Reina Sofía-Archivo Lafuente, que se sumará al Centro Botín y a la cercana sede histórica del Banco Santander, ya en remodelación para acoger la colección de arte de la entidad bancaria.

La Conselleria de Cultura negocia con Gallardo y Beà

Hace poco más de dos años trascendió que el Archivo Lafuente había adquirido un enorme volumen de documentos de la contracultura barcelonesa de los años 70, muy en particular originales de cómic de los autores más destacados del episodio (y mucho más material ha adquirido desde entonces). La directora general de Patrimoni de la Generalitat, Elsa Ibar, se mostró en conversación con este diario preocupada por esa pérdida de patrimonio y anunció que intentarían adquirir obra en la medida de sus posibilidades. A tal efecto se constituyó una Comisión del Cómic y la Ilustración encargada de elaborar una política de adquisiciones. 

No era cháchara. En 2020 la Conselleria de Cultura compró 14 originales de Nazario fechados entre 1976 y 1991 (33.750 euros), siete de Mariscal de 1982 (27.999 euros), dos de Guillem Cifré de 1983 y 1995 (14.950 euros), 17 y un cuaderno de esbozos de Montesol de entre 1984 y 1989 (14.970 euros), 57 de Manuel Soria de entre 1978 y 1982 (10.000 euros) y 18 de Martí de 1988 y 2007 (13.300 euros). Y en estos momentos, revela Ibar, el departamento está en negociaciones con Miguel Gallardo y Josep Maria Beà, entre otros autores, para adquirir obra suya.

En efecto, apenas hay entre las adquisiciones de la Generalitat obra del cómic ‘underground’ de la década de 1970, para empezar porque casi todos los originales ya pertenecen al Archivo Lafuente. Pero de algo ha servido la sacudida que supuso esa ‘fuga’ de joyas del cómic marginal.   

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