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Peter Brook regresa a la infinidad de Shakespeare en 'Tempest Project'

El nonagenario director teatral vuelve al Bardo de Avon con una lección sobre el arte de interpretar en el Lliure

Peter

Peter / Alice Btazzit

Marta Cervera

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A sus 96 años, el maestro Peter Brook está contento de regresar a Barcelona para estrenar en la ciudad 'Tempest Project', una revisión de la última obra de Shakespeare, que ya había montado antes de forma diferente. "Nunca puedes decir ante una pieza de inmensa calidad como son las de Shakespeare: '¡Ah, lo encontré!'. Es estúpido que alguien diga haber visto la interpretación de un 'Hamlet' perfecto. Quien crea haber dicho la última palabra sobre la interpretación de una obra no solo es un idiota, sino un fascista y un criminal. Uno ha de ser respetuoso con lo desconocido", señaló este miércoles en La Pedrera, donde ofreció una rueda de prensa que acabó cuando se sintió cansado. Brook, que ahorra sus energías al máximo y va en silla de ruedas, llegó a Barcelona procedente de Montpellier, donde hace poco asistió a la presentación de esta obra que el viernes, el sábado y el domingo se representará en el Teatre Lliure de Montjuïc.

Un momento del montaje de Peter Brook, 'Tempest Project '

Un momento del montaje de Peter Brook, 'Tempest Project ' /

El hombre que renovó la escena con obras tan singulares como 'El Mahabharata' (1985), epopeya india de doce horas de teatro con intermedios incluidos, y que convirtió el Mercat de les Flors en espacio escénico por primera vez con su montaje 'La tragedia de Carmen' en 1983 siempre ha buscado ir a lo esencial, en la vida y en el teatro.

Brook, cuya curiosidad no tiene límites, ha desarrollado un estilo propio, inconfundible, lleno de poesía y profundidad. "Shakespeare es un misterio, nunca hallarás la versión definitiva", ha dicho en alguno de sus libros el autor de muchos ensayos como 'El espacio vacío' (1968), 'La calidad de la misericordia' (1995), una reflexión sobre el perdón en las obras de Shakespeare, y 'Actuando de oído' (2019), su obra más reciente, donde reflexiona sobre la música y el sonido.

La magia del vacío es quizá una de las razones por las que quisimos montar esta 'Tempestad' reducida

En su nuevo proyecto, tal vez su último Shakespeare, vuelve a trabajar con actores de diferentes nacionalidades y culturas, aunque menos de lo habitual a causa de la pandemia que ha dificultado la movilidad de veteranos artistas con los que suele trabajar. Aun así Próspero, el protagonista de 'La tempestad', es un actor formado en la tradición del teatro británico de origen africano, Ery Nzaramba. Sylvain Levitte, Paula Luna, Fabio Maniglio, Luca Maniglio y Marilù Marini completan un reparto bastante joven. "Esta versión de 'La tempestad' surgió a partir de varios talleres de los que emergió una obra más corta, más accesible y espero que igual de conmovedora", dijo su fiel colaboradora y codirectora en este trabajo, Marie-Hélène Estienne. "La magia del vacío es quizá una de las razones por las que quisimos montar esta 'Tempestad' reducida", reconoció Brook.

La resonancia

"Me interesa la resonancia, algo difícil de explicar pero que se puede experimentar. Shakespeare es un gran autor y un poeta, por eso cada palabra tiene un sentido evidente. Pero en cada frase de Shakespeare hay cosas que no se explican", señaló con un hilo de voz este admirado explorador del teatro, renovador del género en el siglo XX.

'Tempest Project' es como una lección de teatro porque permite ver la manera de trabajar de Brook, que no descarta subir a escena en algún momento de la función. "La obra habla de la tempestad que cada uno de los personajes lleva dentro y que debe calmar. Pero el tema principal de la obra es la libertad". Un tema que resuena en todas las épocas. "Esta obra es también un homenaje a Jean-Claude Carrière", ha reconocido Estienne, recordando al actor y guionista fallecido el pasado febrero, a quien Brook animó a convertirse en traductor y dramaturgo para trabajar los textos del grupo cuando a principios de los 70 se instalaron en el teatro Bouffes du Nord, en París. Buscaban un lenguaje "más accesible y ligero", algo que empezó a poner en práctica con 'Timón de Atenas', un Shakespeare poco conocido entonces. "Lo esencial aparece siempre cubierto por lo que no es. Veía traducciones consideradas como obras maestras que no funcionaban para mí. Quise purificarlas, por eso animé a Carrière a emprender otro camino para hacerlas más simples", señaló Brook.

De entre todo lo que ha cambiado en el teatro gracias a él, si de algo se siente orgulloso es de "apoyar a los jóvenes". "Los hay por todas partes y hacen servir otras formas instalativas y nuevas maneras de entender el teatro. Mi hija Irina, por ejemplo, pero también otros actores que ahora están en la compañía como el mexicano Héctor Flores o Alexander Zeldin, que fue mi ayudante". Y añadió: "Si alguna vez me siento orgulloso de alguna cosa es cuando me meto bajo la ducha y me saco de encima todo el peso de la arrogancia", dijo el director, cuya última obra vista en Barcelona fue una versión de 'La flauta mágica' ('Une flûte enchantée'), de Mozart, en 2011, en el Mercat.

Para alguien que empezó a hacer teatro de Shakespeare en casa a los 8 años con un teatrillo cuyas figuras había recortado él mismo, seguir redescubriendo los clásicos tras casi un siglo de vida es todo un acontecimiento.

Homenaje en la Filmoteca

Coincidiendo con la representación de 'Tempest Project' la Filmoteca de Catalunya acogerá un ciclo para mostrar lo mejor de la trayectoria de Brook como cineasta. A partir de este jueves se proyectarán 'Moderato Cantabile' (1960), 'Lord of the flies' (1963), 'The Mahabharata' (1989), en versión larga de cinco horas y media y 'Marat-Sade' (1967). "Todas han sido obras que han marcado y que servirán para mostrar no solo a Peter Brook como un hombre de teatro sino como un cineasta", ha destacado Esteve Riambau, director de la Filmoteca. La selección pareció encantar al maestro que, si el cuerpo aguanta, promete acudir a algún pase para rememorar viejos tiempos.

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