Jan Fabre será llevado finalmente a los tribunales por "acoso sexual"

El artista multidisciplinar y hombre de teatro Jan Fabre, un creador que ha trasladado su arte por toda Europa, desde Venecia a París, sera llevado a los tribunales de Amberes por "atentado al pudor" y "acoso sexual", según ha anunciado este lunes la fiscalía de la ciudad flamenca donde está radicada su compañía. Las acusaciones al artista belga se remontan a septiembre de 2018, a raíz de la campaña #Me Too. Unos 20 excolaboradores, en su mayoría mujeres, de su compañía de danza y espectáculos Troubleyn denunciaron en una carta abierta haber sido sometidos a presión psicológica, "humillación" e incluso chantaje sexual.

La Auditoría del Trabajo de Amberes, un departamento  de la fiscalía especializado en conflictos laborales abrió por entonces  una investigación sobre el caso. La decisión se tomó el lunes después de casi tres años de investigaciones: Jan Fabre tendrá que dar explicaciones ante el juzgado penal sobre estas acusaciones de las que siempre se ha defendido con firmeza.

El artista de 62 años está citado a comparecer por "violencia" y "acoso sexual en el trabajo" contra "12 empleados", así como "atentado al pudor", según un comunicado de la Auditoría del  trabajo, sin precisar la identidad de las presuntas víctimas. Una primera audiencia procesal está programada para el 21 de septiembre. Después se fijará un calendario para el juicio, lo que no implicará necesariamente una comparecencia del interesado.

Artista proteico

El coreógrafo, autor, artista visual y director de teatro Jan Fabre ha sido considerado desde los años 80 como uno de los artistas más proteicos y vanguardistas de su tiempo. También es conocido por su arte de la provocación. Un ejemplo fue la disculpa que en 2012 tuvo que realizar tras una actuación que mostraba un "lanzamiento de gatos" en Amberes, lo que resultó un perjuicio físico para los animales. Sus detractores lo acusan de provocación gratuita, en montajes que han evocado muy gráficamente la sangre y la orina, o una masturbación en el escenario.

En un texto, publicado en septiembre de 2018 en la página web de la revista en neerlandés especializada en arte, ‘Rekto: verso’, estos exempleados y becarios de Troubleyn denunciaron actitudes sistemáticas de "acoso" por parte del artista flamenco. Los 20 cofirmantes afirmaron que "la humillación era el pan de cada día" dentro de la empresa. Explicaron que Jan Fabre solía invitar a los artistas a su casa con algún  pretexto laboral, y luego intentaba un "acercamiento sexual".

"En mi casa nunca"

"Nunca tuve la intención de intimidar o herir a las personas psicológica o sexualmente", afirmó en ese momento Fabre en su derecho a réplica en la misma publicación. "No he obligado a nadie a hacer cosas que estén más allá de sus límites", argumentó. En junio del 2018 cuando se presentó un estudio universitario que afirmaba que una de cada cuatro mujeres del mundo de la cultura ha sufrido acoso sexual no deseado en el trabajo, Fabre respondió en el canal flamenco VRT: "en mi casa, nunca".  Y añadió: "En nuestra empresa, a lo largo de 40 años, nunca ha habido el menor problema.

Interesado por los temas de la muerte, la religión o la ciencia, el artista plástico ha expuesto en la Documenta de Cassel, la Bienal de Venecia, el Louvre y el Museo Hermitage de San Petersburgo, sin olvidar las principales galerías de Europa. En 2002, cubrió el techo del Salón de los Espejos del Palacio Real de Bruselas con 1,4 millones de élitros de escarabajos con reflejos azules y verdes, uno de sus logros más conocidos. Cerca de 40 de sus esculturas en vidrio transparente y polvo de hueso se exhibieron durante la edición 2017 de la Bienal. También en Venecia, su reinterpretación de la Piedad de Miguel Ángel –en la que el rostro de María es sustituido por una calavera y el cuerpo de Cristo, por el del artista flamenco - también hizo correr ríos de tinta en el 2011.