Entrevista

Joana Serrat: "Me molesta que se politicen las lenguas"

La cantautora de Vic da un paso al frente en ‘Hardcore from the heart’, un álbum grabado en Texas con prestigiosos músicos en el que funde ecos del género ‘Americana’ con sonidos pop ensoñadores y que ha obtenido una notable repercusión internacional 

Joana Serrat, fotografiada en Barcelona

Joana Serrat, fotografiada en Barcelona / Joan Mateu

Jordi Bianciotto

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

En el concierto de preestreno del disco, en el Blues & Ritmes de Badalona, dijo que venía de una “bajada a los infiernos” tras la grabación del álbum anterior, ‘Dripping Springs’ (2017), en la localidad tejana del mismo nombre. ¿A qué se refería?

Al duelo en el que me encontré después, tras constatar que la vida que había pensado que podía tener no era posible. Tuve la sensación de pertenecer a aquel lugar, pero al volver me di cuenta de que no era así. Hubo un punto de orfandad, de no encontrar mi sitio. Me vi en una situación nueva, y de ahí surgieron las reflexiones sobre qué es para mí una relación romántica, cómo encajas en la vida, y afloraron los fantasmas de cuando estaba en la veintena. Todo se tambaleó.

¿Había llegado a pensar en quedarse a vivir en Dripping Springs?

Sentí una ilusión, un poco naíf, de pensar que quizá allí habría una oportunidad para mí. Pero solo si no hubiera querido perseverar en mi carrera hubiese podido tener allí una vida. Habría sido poco inteligente.

Con su carrera enfocada internacionalmente, publicando en un sello británico, Loose, ¿no habría sido bueno quedarse en Estados Unidos?

Israel (Nash, productor de ‘Dripping Springs’) me dijo: “Joana, tienes que estar contenta con lo que has conseguido, porque puedes venir aquí, grabar discos, tocar aquí y allá, ir avanzando poco a poco, pero en tu casa ya tienes un nombre, y una vía de acceso a Europa”. Lo ideal habría sido compaginar y pasar épocas allá y aquí, pero eso era una pequeña utopía.

Así que ‘Hardcore from the heart’ es un disco que surge de la desilusión.

Del destierro. Toqué el paraíso. No soy religiosa, pero Dripping Springs era el Edén.

El título del disco está prestado del libro de la sexóloga Annie Sprinkle. ¿Cuál es la metáfora?

La pornografía nos puede hacer sentir incómodos, pero en lugar de no mirarla, podemos aprender de ella para conocernos más y acercarnos a la verdad. Esa experiencia me removió y me hizo tener fantasías y deseos que no quería sentir, pero debía abrazarlas. El disco debía ser explícito. He dicho lo que tenía que decir, sin ni siquiera pensar en cómo podía afectar a terceras personas, o a mí misma.

Este es el álbum menos ‘Americana’ que ha hecho.

Hubo el propósito de no repetir fórmulas. Di un paso atrás como productora y hablé mucho con Ted (Young) del concepto del álbum, de los espacios y los ambientes. No quería pensar en géneros, sino en lo que necesitaba la canción. Y si nos íbamos más al pop, o al dream-pop, pues adelante.

Esas capas de guitarras hacen pensar en el ‘shoegazing’ de los 90. ¿Cocteau Twins?

Hay una parte de mí que conecta con ese estilo, aunque a Cocteau Twins los descubrí un poco tarde. El grupo ‘shoegazer’ que más he escuchado es Slowdive, y he seguido mucho a Neil Halstead. De adolescente escuché mucho a Sonic Youth, sobre todo ‘Washing machine’, del que me flipaba el tema ‘The diamond sea’, donde había todo ese espacio. La Velvet también me marcó mucho. Y ‘Time out of mind’, de Dylan, con ese eco que transmite.

Estratégicamente, ¿no es conveniente ser asociado a una etiqueta precisa, como ‘Americana’?

Veo que sigo formando parte de ella y que ese género también se mueve. ‘Circuital’, de My Morning Jacket, para mí es ‘Americana’, pero hay bastante pop ahí, y reverberación, espacios… Como Band of Horses.

Interviene Jesse Chandler, de Mercury Rev y Midlake, que aporta toda clase de teclados, como el Moog y el ‘mellotron’.

¡Y el 'glockenspiel'! Trajo bastantes juguetes. A principio pensé que igual no funcionaría, pero encajaron con el concepto de Ted, homogéneo, apartado del rock clásico, sin solos de guitarra, sumando elementos y conformando capas como en un cuadro.

Su disco ha obtenido excelentes críticas en prestigiosos medios anglosajones, como ‘Uncut’. ¿Siente que es una persona valiente, yendo a grabar discos a Estados Unidos, abriéndose camino?

La gente me lo dice, y a mí no me lo parece. Lo veo normal. Hago lo que quiero hacer, lo intento al menos, y si me pego un batacazo, pues ya lo probaré de otra manera. Sí que creo que tengo una fortaleza, aunque las cosas me afectan mucho, y debo trabajar duro para que no me afecten.

¿Aconseja a quien empiece en la música en Catalunya a cantar en inglés?

Yo no aconsejo nada en general. Cada cual debe ser honesto en este terreno, pensando qué quiere hacer y qué espera, si hacerse un nombre en Catalunya, o llegar a España… Lo que me molesta es que se politicen las lenguas y se nos mezcle a los artistas con esta cuestión. Yo hablo cada día en catalán y defiendo mi lengua, y para mí cantar en inglés es una cuestión artística y estilística.

¿Le han reprochado no cantar en catalán?

Sí, hay un poco de run-run, cuando yo creo que las explicaciones no hay que pedirlas a los artistas sino a las personas con responsabilidades directas: en la calidad de la lengua de la televisión y la radio públicas, por ejemplo. Me molesta que se desvíe la atención.

¿‘Hardcore from the heart’ la llevará por los escenarios internacionales?

Tengo conciertos con la banda de cara a otoño en Holanda y en Escandinavia. En Estados Unidos, lo ideal sería una gira abriendo para algún artista destacado. Ojalá con la pandemia el afán por ir a conciertos no se haya perdido. Me da miedo que ir a conciertos y festivales sea ahora una moda. ¿Cuánta gente habrá perdido la rutina en todo ese tiempo?

Suscríbete para seguir leyendo