Salir de la pandemia

La cultura resucita en Nueva York, Londres y París tras un año en el hoyo

Las tres grandes capitales culturales del planeta empiezan a desplegar poderosas programaciones tras meses y meses de cierre absoluto o casi

yayoi kusama

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Begoña Arce
Idoya Noain
Irene Casado Sánchez
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Aunque pueda sonar a chiste de mal gusto, España ha sido un oasis cultural durante la pandemia. Una vez pasado el confinamiento y pese a las restricciones de aforo obligadas por la crisis sanitaria mundial, teatros y auditorios han mantenido una actividad observada con asombro no exento de envidia por el resto del planeta. En Europa, por ejemplo, solo Rusia y Luxemburgo han mantenido programaciones de espectáculos en directo; en el resto de países europeos el apagón de los 'shows' en vivo de cualquier tipo ha sido absoluto. Y otro tanto ha sucedido en Estados Unidos. Todo está empezando a cambiar con el avance de la vacunación y el retroceso del coronavirus.

En Nueva York al menos han estado abiertos desde hace un tiempo los museos; con severas restricciones, hay que decir. Pero en Londres y París, ni eso; solo muy recientemente han comenzado a resucitar. Pero de qué manera. No en balde hablamos de las tres grandes capitales culturales del mundo. Incluso la música y el teatro llaman a la puerta para regresar en esas ciudades, de cuya vida cultural ofrecemos un repaso.

'Mural', la mayor obra de Jackson Pollock, en el Guggenheim de Nueva York.

'Mural', la mayor obra de Jackson Pollock, en el Guggenheim de Nueva York. / El Periódico

Nueva York: Bruce Springsteen, los Medici, Pollock y Cézanne

Suena la música dentro y fuera, el arte se derrama más allá de las paredes de los museos, las carcajadas resuenan en los clubs de comedia, la ciudad ha ganado nuevos espacios públicos (aunque la policía ha empezado a cerrar no sin crear polémica Washington Square a las 10 de la noche) y aunque habrá que esperar al 14 de septiembre para esperar a que se levanten todos los telones de Broadway, algunos como Bruce Springsteen vuelven antes (el día 26 de junio, solo para vacunados con Pfizer, Moderna y Janssen). Los neoyorquinos además han recuperado en Central Park el Summerstage y este agosto tendrán su cita con Shakespeare en el parque.

Aunque aún cerca del 46% de la población de la ciudad no ha recibido ni una dosis de la vacuna se han levantado ya prácticamente todas las restricciones y la vida cultural florece de nuevo tras el año de la pandemia, igual que las obras de Yayoi Kusama reunidas bajo el título 'Cosmic nature' que hacen del Jardín Botánico del Bronx uno de los destinos obligados este verano.

Museos como el MoMA, con los imanes estivales de Cézanne y Alexander Calder, y el Metropolitan han empezado a registrar sus mayores números de asistencia en un año. Vuelven, recibidas como una bendición, las colas para entrar a ver la instalación de Alex Da Corte en el tejado del Met o la exposición de Alice Neel, a la que darán el relevo en julio la dedicada a los Medici y una que subrayará el trabajo de mujeres tras tras la cámara fotográfica.

Es también el verano de Jackson Pollock, de quien el Guggenheim exhibe hasta el 30 de agosto 'Mural', su mayor obra; de KWAS en el Brooklyn Museum; y de Julie Mehretu (hasta el 8 de agosto) en el Whitney, muy cerca de donde se encuentra Little Island, el parque flotante que es la última contribución privada a los espacios públicos de la ciudad y que se puede visitar gratuitamente, reservando una entrada si se piensa ir a partir de las 12 del mediodía.

Instalaciones de arte público salpican decenas de manzanas en el parque de Riverside, han reconvertido la plaza del Lincoln Center en una pradera verde (gracias a la instalación 'The green', de Mimi Lien) y Madison Square Park en el 'Bosque fantasma' ideado por Maya Lin. Y 2021 será también, de nuevo, el verano de la cultura en los parques.

A Central Park vuelve, con aforo más limitado este año y un reparto de las entradas gratuitas esta vez digital, Shakespeare in the Park, en esta ocasión con una versión de ‘Las alegres comadres de Windsor’ con un reparto totalmente negro. Y es también el parque donde el alcalde, Bill de Blasio, ha encargado a Clive Davis que organice un megaconcierto para el 21 de agosto. El cartel aún no se conoce pero el productor, que está trabajando ya con Live Nation, quiere incluir a "ocho estrellas icónicas" en esa cita de tres horas que podrán ver en vivo 60.000 personas, con la mayoría de entradas gratuitas y el 70% reservadas para quien se ha puesto la vacuna, una audiencia que tendrá un espacio separado del de los no inoculados.

Los amantes del audiovisual también tienen citas. Pueden ir a la nueva tienda dedicada a Harry Potter o, a cambio de 45 dólares, disfrutar de la 'Friends experience'. Otra opción es coger una bici o el metro, que vuelve a funcionar 24 horas, y acercarse a Queens para sumergirse en el Museum of the Moving Image en el proceso creativo de Stanley Kubrick que permitió que surgiera ‘2001. Una odisea del espacio’ o en el universo de los Muppets, los teleñecos, en otra exposición dedicada a Jim Henson. IDOYA NOAIN

Una de las piezas de David Hockney exhibidas en la Royal Academy.

Una de las piezas de David Hockney exhibidas en la Royal Academy. / El Periódico

Londres: Hockney, Matisse, la maravillosa Alicia y ópera

Está siendo un despertar lento, pero la vida cultural comienza a revivir poco a poco en Londres. Las restricciones sanitarias no permiten aún eventos masivos y el Gobierno deberá decir si les da luz verde el 21 de junio, algo que está más y más en duda. Incluso sin grandes festivales en los parques hay mucho de que disfrutar este verano. Los museos han abierto de nuevo y poder pasear por sus salas tiene un efecto liberador y hasta terapéutico. 

En la Royal Academy el octogenario y siempre joven David Hockney descubre con sus ojos y un iPad los colores de la primavera en Normandía, la región del norte de Francia a la que se marchó en 2019, y donde había comprado una pequeña casa del siglo XVII. A su edad Henri Matisse ya había pasado años inmovilizado a causa de una larga enfermedad, realizando lo que llamaba “pintura con tijeras”, unos recortables a modo de collage llenos de gracia y expresividad. Algo similar podría decirse de la alegre obra de Hockney, que se sirve del iPad y de una aplicación llamada Brushes para describir en un centenar de trabajos el paisaje de árboles florecientes y prados verdes que contempló recluido durante la pandemia.

En la Royal Academy está también Tracey Emin, en un registro muy diferente, con una muestra dedicada a su fascinación por el pintor nórdico Edvard Munch, el autor de 'El Grito'. Emin, de vuelta estos días después de un gravísimo problema de salud, ha reunido una veintena de piezas inspiradas por Munch, en las que evoca la soledad, el dolor, la pérdida. Sus trabajos son como siempre, y más aún ahora, emotivos, viscerales y dicen mucho de su vida personal.

Más lúdico y sobradamente mágico es el mundo de 'Alicia en el país de las maravillas' al que invita a entrar el museo Victoria & Albert. Los visitantes pasan por una fabulosa experiencia, transitando una recreación de escenarios de aquel viaje en clave creado por Lewis Caroll: dobles corredores, falsos espejos, laberintos. Una fiesta.

En la Tate Modern es posible estudiar más de un centenar de modelos de escayola que empleó August Rodin, habitualmente conocido por sus inmortales esculturas en mármol y bronce. El desnudo masculino 'L'Age d'airain' abre la exposición. 

Quienes estén interesados en la moda o la realeza británica pueden ver ahora en el Palacio de Kensington el vestido de boda que luciera la Princesa Diana hace 40 años en la catedral de San Pablo.

Los teatros siguen desgraciadamente cerrados casi todos, pero la ópera reinicia las representaciones con cautela en Covent Garden. 'La bohème', 'Don Giovanni' y 'Rigoletto' están programadas para este verano. El retorno más señalado para los amantes de la música clásica, tras la dolorosa suspensión el año pasado, es el de los Proms, del 31 de julio al 11 de septiembre. En el Royal Albert Hall actuarán 30 orquestas, en 52 conciertos, con un programa que, según los organizadores, "promete ser una celebración de la música en vivo, a una escala no vista desde antes de la pandemia". BEGOÑA ARCE

Obra de René Magritte marcada por Auguste Renoir, en el museo de l'Orangerie.

Obra de René Magritte marcada por Auguste Renoir, en el museo de l'Orangerie. / El Periódico

París: inmersiones en Dalí y Gaudí, ciencia & arte y Magritte

El pasado otoño, cuando la segunda ola de coronavirus avanzaba de manera inexorable por todo el territorio francés, los bares, cafés y restaurantes cerraron sus puertas, pero no fueron los únicos, los museos y monumentos también echaron el cierre. París quedó despojada de su ocio y su cultura, elementos esenciales de su 'raison d’être'. Desde el 19 mayo, fecha de la entrada en vigor de la primera fase de la “vuelta a la normalidad”, las pinacotecas parisinas recuperaron el pulso con variopintos programas que prometen satisfacer a su ávido público.

Tras casi de siete meses de sequía cultural, una experiencia inmersiva parece una opción ideal para olvidar, al menos de manera temporal, la crisis sanitaria y todas sus secuelas. Consciente de ello, el Atelier des Lumières de París apuesta por una vuelta al ruedo a lo grande con las obras de Salvador Dalí y Antoni Gaudí en su cartelera y con la música de Pink Floyd como telón de fondo. 

Bajo el título 'Dalí, el enigma sin fin', la exposición repasa las creaciones del maestro catalán a lo largo de su prolífica carrera a través de una producción audiovisual proyectada en una sala de 1.300 metros cuadrados y 10 metros de altura. Tal experiencia llega acompañada de 'Gaudí, arquitecto de lo imaginario', una exhibición de diez minutos que rinde homenaje al genio de la arquitectura a través de un recorrido por sus construcciones catalogadas como Patrimonio Mundial de la UNESCO. Desde el parque Güell hasta la Casa Batlló, pasando por la Casa Milà y la Sagrada Família, el viaje es alucinante.

Apostando por una muestra más tradicional pero igual de alentadora, el Museo d’Orsay reabrió sus puertas con una exposición titulada 'Los orígenes del mundo', un repaso al descubrimiento del mundo natural en siglo XIX combinando la ciencia y el arte. De la mano de elefantes, jirafas y rinocerontes, entre otros animales, plantas y destinos exóticos, la muestra busca mostrar la fascinación de los artistas frente a los grandes descubrimientos de la época. Una propuesta con numerosas referencias a nuestros días, incluida la obra 'Después del diluvio' de Filippo Palizzi, en la que bajo un arcoíris, tigres, leones e hipopótamos amanecen aturdidos en un nuevo mundo. Así se sentirán muchos en esta fase de desescalada tras más de un año de restricciones para contener la pandemia.

Y dejando de lado el siglo XIX, el Museo de l’Orangerie se sumerge en el siglo XX con la figura excepcional del surrealismo René Magritte. La pinacoteca parisina propone un recorrido por la obra del artista belga desde una perspectiva tan particular como desconocida: la influencia de Auguste Renoir en sus ingeniosas producciones. 

Tampoco podía faltar una propuesta del Museo Pompidou. En su programa de reapertura, el centro de arte contemporáneo rinde homenaje a las artistas. 'Ellas hacen la abstracción', así se titula la exhibición que reúne las obras de más de cien mujeres artistas desde el origen de la abstracción hasta la década de 1980, con el objetivo de revalorizar una importantísima aportación artística que durante años careció de visibilidad o reconocimiento.

Con esta agenda, París parece dispuesta a compensar el vacío y la pesadumbre que acompañaron los largos meses de parón cultural. IRENE CASADO

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