Crónica

Bad Gyal calienta motores

La catalana interpreta por primera vez en directo los temas de su nuevo EP, 'Warm up', en un concierto íntimo y restringido

Bad Gyal en Casa Seat

Bad Gyal en Casa Seat / Joan Carrión

Ignasi Fortuny

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A los 15 minutos de empezar, a Bad Gyal se le salía el corazón por la boca. Hacía mucho-mucho que no hacía un concierto, en su caso, un derroche de energía más que importante. No hay músculo que pare de moverse ni un segundo cuando sube al escenario. Su agenda, como la de todos, saltó por los aires y ahora tocaba reprender la marcha. Lo hizo la noche del sábado en un concierto restringido en la Casa Seat de Barcelona con unos 70 invitados. Una Bad Gyal íntima pero grande a su vez, pues continuamente ambiciona cosas mayores. Una manera de calentar motores para lo que vendrá en el futuro que, en su caso, es siempre superior al presente. En el horizonte, su aplazado gran concierto en Barcelona, previsto primero en el Sant Jordi Club (el pasado 27 de noviembre) y movido finalmente al Parc del Fòrum en una doble cita en septiembre (días 9 y 10).

Bad Gyal en Casa Seat.

Bad Gyal, acompañada de dos bailarinas, durante su concierto en la Casa Seat / Víctor Julián

En este contexto, una Bad Gyal en formato reducido -pero sin escatimar un gramo de esfuerzo-, acompañada de tan solo dos de sus bailarinas (normalmente el grupo es mayor), interpretó por primera vez en directo los temas de su último EP y primer largo desde que fichó por Interscope, 'Warm up'. Los presentó todos en un 'show' cortito (de unos 40 minutos), en el que también recurrió a cartas ganadoras conocidas ('Jacaranda' y 'Hookah') de su baraja de canciones empoderadoras.

Los temas salieron de su también reducido para la ocasión 'sound system'. 'Pussy', último sencillo antes del lanzamiento de 'Warm up', abrió el bolo. Como el que sigue el ritmo con el pie, Bad Gyal hizo lo propio durante su estribillo con golpecitos con la mano en su pubis. Un paso muy propio -y no se espera menos- de 'el pussy k mana', como se conoce a Alba Farelo desde sus inicios.

Sin pausa, con transiciones rápidas, sin descanso (habló un par de veces para coger aire en una sala calurosa), siguió con 'Judas', 'Gasto', 'Blin blin'...en un espectáculo en el que el baile, por momentos, toma incluso más protagonismo que la música. Y por ello: aplauso merecido para sus dos escuderas.

Tras hacer un llamamiento a la sororidad, acabó con el 'remix' de 'Zorra' (con Rauw Alejandro) para culminar una fiesta corta pero completa -aunque encorsetada por las restricciones de movilidad-, liberadora y tórrida de una ya incontestable diva.