Discos de la semana

Kings of Convenience y la atronadora suavidad de ‘Peace or love’

El dúo noruego conserva el candor y la sutileza de su sonido acústico en su nuevo disco, el primero que lanza en 12 años

Los nuevos álbumes de King Gizzard & The Lizard Wizard, Los Mambo Jambo, James y Pepe : Vizio, también reseñados

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Rafael Tapounet
Jordi Bianciotto
Ignasi Fortuny
Roger Roca
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Hace veinte años que Kings of Convenience se hicieron notar en la escena pop a base de bajar la voz con aquel álbum titulado ‘Quiet is thenew loud’, sirviendo un bálsamo para los sentidos con sus aromáticas canciones a dos voces y sendas guitarras acústicas en la tradición juvenil de los mismísimos Simon&Garfunkel. Receta que este dúo surgido en la localidad noruega de Bergen se ha dedicado a proteger, mimar y dosificar: un largo silencio, desde 2009, precede a este ‘Peace or love’, obra en la que extrema su concienzuda búsqueda de la sencillez.

Un disco que es, según afirman, es fruto de su empedernido perfeccionismo, ya que han procedido a grabarlo hasta cinco veces a lo largo de cinco años, en otros tantos lugares del mundo, hasta encontrar el justo equilibrio de notas y silencios. Como si el tiempo se hubiera congelado, Erlend Øye (que en estos años ha publicado discos por su cuenta en un registro más vivaz y manejando un mayor instrumental) y Eirik Glambek Bøe (decantado por la vida familiar y la reproducción: tres hijos) retoman su alianza planteándonos en el título una disyuntiva existencial de mediana edad, la necesidad de elegir entre la paz y el amor, la seguridad o la pasión, ya que, por lo visto, que ambas cosas coincidan en la vida de uno es poco menos que un milagro.

Manual de urbanidad

En torno a estos pensamientos, y a las divagaciones sobre relaciones finiquitadas, amistades redentoras y cicatrices del alma (“es la sangre lo que cura la herida”, concluyen en la inquietante ‘Killers’), esparcen Kings of Convenience su tapiz de canciones hilado con primor.

Ensamblan sus voces con exquisita urbanidad desde el tema de apertura, ‘Rumours’, bastándose con ellas y con las guitarras, si bien dispensan aquí y allá otros recursos sonoros, como el violín que asoma en la animada ‘Rocky trail’ (el primer ‘single’, acompañado de un videoclip super-cuqui) o la discreta caja de ritmos que subraya el sensual balanceo de ‘Fever’.

En ‘Catholic country’ (compuesta con el grupo folk británico The Staves), como en la envolvente ‘Angel’, cuelan una cadencia de bossa nova con vistas a la ‘batida’ de guitarra del maestro João Gilberto y dan juego a su amiga Leslie Feist. Voz sensible que acompaña también al dúo en la meditabunda ‘Love is a lonely thing’.

Es posible que estas canciones de Kings of Convenience, como las anteriores, acaben siendo rematadamente blandas para ciertos oídos, pero si uno les da la oportunidad puede verse enredado en su magia serena, y percibir su eco una vez ya han dejado de sonar. ‘Peace or love’ es menos lineal de lo que cabría imaginar (y temer), y el paso del tiempo no ha hecho más que dar la razón al dúo cuando, dos décadas atrás, nos decía que expresarse con suavidad puede ser, en el mundo moderno, el más pertinente golpe de efecto.

Otros discos de la semana

El segundo álbum que la prolífica banda australiana publica en 2021 (¡y estamos en junio!) constituye otro gozoso giro de guion en una carrera marcada por la aversión a las ataduras estilísticas y la búsqueda constante. Stu Mackenzie y los suyos aparcan las guitarras eléctricas y los experimentos microtonales para entregar una radiante colección de viñetas de pop de sintetizador que lo mismo suenan a Panda Bear que al 'Temporary secretary' de McCartney. Accesible sin renunciar a la complejidad. Puro verano. - Rafael Tapounet 

La banda del saxofonista Dani Nel·lo sigue dándole vueltas a un gumbo de rock and roll, surf, rhythm and blues y, en general, todo lo que tenga sabor a una América que ya fue, entre imaginada y soñada, y que tiene regusto a diversión y peligro. Invocan esos salvajes años 50 a pelo, sin trampas. Saxo rabioso, guitarra, contrabajo y batería a bocajarro, grabados al natural. Y cuando dan en el blanco, como en 'Baraba Cumbero' o 'Un disparo al agua', los Mambo Jambo hacen un estruendo fabuloso. - Roger Roca

Al final, James ha resultado ser (con The Charlatans) el grupo más constante de la urbe ‘Madchester’, que en los 90 prendió la mecha de un pop de guitarras listo para la 'rave'. La tropa de Tim Booth desarrolla un esbelto clasicismo en este álbum rico en filigranas melódicas y 'crescendos' invasivos, con mucha fibra de sintetizador y estribillos corales, ahora con la producción del avezado Jacknife Lee (Snow Patrol, U2). Atención a los recovecos líricos de 'Beautiful beaches' o 'Isabella'. - J. B

El dúo granadino desarrolla en su tercer álbum su vanguardia estilística, hipnotizante y electrizante. Fluctúan por varios sonidos (rap, reggaeton, flamenco...) consiguiendo un empaque realmente genuino. El disco se presenta de manera original: cada uno de sus 14 temas representa una hora del día y su estado de ánimo. Y más allá de sus ritmos, que te trasladan a un verano con todo lo apetecible, están acertados en las líneas: rimas ingeniosas y divertidas. - Ignasi Fortuny

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