Iniciativa estudiantil

¿Qué se puede hacer en los quioscos en desuso de la Rambla de Barcelona?

Alumnos de Elisava presenta el proyecto 'Recuperem els Quioscos de la Rambla', que plantea nuevas vidas para los puestos cerrados del paseo más emblemático de la capital catalana

proyecto elisava uso quioscos la rambla de barcelona

proyecto elisava uso quioscos la rambla de barcelona / Elisava

Antonio Porras

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Desde un refugio para acoger y ayudar a víctimas de violencia machista hasta un espacio de protesta y 'confesiones' para los más jóvenes. Estas son solo dos de las más de 40 propuestas que los alumnos de primero de Elisava, la Escola Universitària de Disseny i Enginyeria de Barcelona, han presentado este viernes para brindarles una nueva vida a los puestos de flores en desuso que ocupan la Rambla.

Este proyecto, 'Recuperem els Quioscos de la Rambla', forma parte de la campaña 'Baixa la Rambla', impulsada por el Ayuntamiento de Barcelona y que tiene como objetivo que los habitantes de la capital catalana puedan volver a disfrutar del paseo más emblemático de la ciudad, que en los últimos años se ha visto muy afectado por la masificación turística.

Talento joven para provocar

"La reforma [municipal de la arteria] plantea que la ciudadanía recupere la Rambla a diferentes niveles", ha declarado Danae Esparza, jefa de estudios de Elisava. "La Rambla es uno de los puntos identitarios de la ciudad y es importante que cuente con espacios de reunión en los que se celebren la diversidad y la actividad cultural, en especial en momentos como el actual en el que están creciendo las agresiones machistas y homófobas. Debe de ser un espacio público por y para la gente".

La exposición de los diferentes proyectos se ha realizado en las propias floristerías en desuso situadas delante de la Boqueria, espacios cedidos por el ayuntamiento de la ciudad.

Durante toda la mañana, se han presentado proyectos como 'The Lighthouse', que actuaría como 'punto lila' para atender y asesoras a víctimas de violencia machista; 'Oído Cocina', que acogería talleres culinarios de comida tradicional catalana, o 'El Confessionari', un espacio de protesta para que los más jóvenes manifiesten sus inquietudes.

En total, una cuarentena de propuestas que tienen como objetivo el impulso de la ciudadanía y "un llamamiento a la interacción, la diversidad y la cultura". Por el momento, según Esparza, este proyecto servirá "para provocar e inspirar con el talento de nuestros jóvenes para ver qué se puede hacer con estos espacios y abrir el debate".