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Ovnis en España: los 5 avistamientos más famosos

España ha sido, desde siempre, territorio caliente en cuestiones ufológicas. Coincidiendo con el avance del 'New York Times' sobre el inminente 'informe ovni' del Pentágono, recordamos 5 episodios históricos de avistamientos de objetos voladores de origen desconocido en territorio español

Imagen del presunto ovni visto en Canarias en 1979

Imagen del presunto ovni visto en Canarias en 1979 / Guillermo L. Lijtmaer

Julián García

Julián García

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El 6 de marzo de 1826, el ‘Diario de Cádiz’ informaba del avistamiento en Campo de Criptana (La Mancha) de una resplandeciente “tinaja puesta boca abajo que descendía con una ráfaga de humo considerable”. Desde tiempo inmemorial se ha hablado de fenómenos en los cielos de origen desconocido, incluidos episodios bíblicos como la inquietante rueda de Ezequiel, pero el incidente de la tinaja volante es, seguramente, el primer ‘caso ovni’ documentado en la prensa española. Desde entonces, se han registrado cientos, quizá miles, de incidencias con extraños objetos voladores y presuntas criaturas venidas de otro mundo, que acreditan a España como territorio caliente en cuestiones ufológicas.

Entre 1992 y 1999, el Ejército del Aire recopiló, ordenó y desclasificó toda la documentación relativa a “avistamientos de fenómenos extraños” ocurridos en el espacio aéreo español entre 1962 y 1985. Desde 2016, esa información está disponible en la biblioteca virtual del Ministerio de Defensa. Es un material apasionante sobre algunos de los episodios más conocidos de la ufología española, como el legendario expediente 620806, primer avistamiento documentado y desclasificado, sucedido en la base aérea de San Javier, en Murcia, el 6 de agosto de 1962, cuando un oficial de vuelos observó un “potente lucero sobre el Monte Cabezo a 500 metros de altura”. Un hecho que se repetiría dos veces más, los 7 y 13 del mismo mes, y que el Ministerio de Defensa ha considerado, hasta día de hoy, como un “fenómeno no explicable".

Coincidiendo con el avance del 'New York Times' sobre el inminente 'informe ovni' del Pentágono, hemos querido bucear en el ilimitado fondo de armario de la ufología en España y recordar cinco grandes episodios de avistamientos de objetos voladores que, décadas después, siguen envueltos en el más fascinante de los misterios. 

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El platillo volante de Balazote

En 1947, el piloto norteamericano Kenneth Arnold popularizó el término 'flying saucer' (platillo volante) al referirse con ese término a los nueve artefactos que avistó desde su avioneta mientras sobrevolaba el monte Rainer, en el estado de Washington. Eso sucedía el 24 de junio, apenas una semana antes del memorable incidente de Roswell, Nuevo México, en el que presuntamente se estrelló un platillo volante y que fue el punto de partida de la ufología actual y de toda suerte de teorías conspirativas sobre la posible presencia de cadáveres de origen alienígena entre los restos del ovni: el Area 51, el mutismo gubernamental, los hombres de negro, la tecnología inversa, todas esas cosas de alto voltaje paranoico.

Portada del 'Roswell Daily Record' sobre la caída de un platillo volante en la localidad de Nuevo México, en 1947

Portada del 'Roswell Daily Record' sobre la caída de un platillo volante en la localidad de Nuevo México, en 1947 / El Periódico

Curiosamente, los mismos días en que todo eso sucedía en Estados Unidos, el periódico ‘Albacete’ informaba sobre un grupo de vecinos que aseguraban haber sido testigos del paso de un “platillo volante”, según relata el divulgador Iker Jiménez en su imprescindible manual ‘Encuentros. La historia de los O.V.N.I. en España” (EDAF, 2003). Los asombrosos hechos sucedieron en la comarca manchega de Balazote y, según parece, varios campesinos se dirigieron a la redacción del diario a explicar que habían visto un aparato oscuro, “parecido a un sombrero hongo”, atravesando varias localidades sobre las siete de la tarde con un “vuelo lento y silencioso”. 

Un par de semanas después, seis personas aseguraron haber visto en Azpeitia (Guipuzcoa) el paso de un disco muy brillante que emitió unos flashazos que hicieron que “todos los valles se iluminaran como si fuera pleno día”. Durante los años siguientes, se disparó hasta la locura la sucesión de avistamientos en España; algunos de ellos, pavorosos, como el del humanoide gigante vestido de negro supuestamente aparecido en Garganta de la Olla (Cáceres), un ser tenebroso con extremidades parecidas a patas de chivo cuya visión habría provocado la muerte de un cabrero, horrorizado.

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El ovni que colapsó Madrid (y Ummo)

El 5 de septiembre de 1968, sobre las seis de la tarde, un objeto volador no identificado se posó sobre el cielo de Madrid. El ingenio, con forma de globo, flotaba a gran altura, inmóvil e iluminado. “Todo Madrid lo vio. La fiebre de los OVNI ha llegado a Madrid”, tituló algún diario de la capital con gran alarde tipográfico.

Según la crónica de 'ABC', “el objeto, de forma campaniforme y sin movimiento aparente, fue observado durante dos horas por miles de personas”. Repentinamente, y tras provocar un atasco morrocotudo en la Gran Vía, el ingenio desapareció por la Casa de Campo sin dejar rastro. Fue imposible saber qué era, quizá un globo meteorológico; quizá el reflejo de un satélite artificial. “En los centros competentes no ha sido posible obtener ninguna información”, afirmaba, taxativo, el rotativo. Los radares que rodeaban Madrid (Barajas, Torrejón, Robledo de Chavela o Paracuellos de Jarama) no detectaron nada en el cielo ni pudieron precisar la identidad del objeto, aunque el portavoz del Observatorio de Meteorología de Madrid lo tenía claro: “Indudablemente, se trata de un ovni”.

Platillo volante del planeta Ummo en San José de Valderas, Madrid, en 1967

Platillo volante del planeta Ummo en San José de Valderas, Madrid, en 1967 / El Periódico

El avistamiento causó honda conmoción al tener lugar lugar en plena efervescencia del ‘caso Ummo’, que durante los años 60 y 70 apasionó tanto a fanáticos de lo ufológico como a profanos del tema. El origen de Ummo fue el supuesto aterrizaje de un ovni en el barrio madrileño de Aluche, el 7 de febrero de 1966, algo que se repetiría año y medio después en la localidad de San José de Valderas. Los ovnis en cuestión se decía que eran tripulados por ummitas, seres avanzados social y tecnológicamente que procedían del planeta Ummo, situado en órbita alrededor de la estrella enana roja Wolf 424, según habrían explicado ellos mismos a través de una vasta relación epistolar y telefónica que mantuvieron con habitantes seleccionados del planeta Tierra, especialmente españoles y franceses.

El ‘caso Ummo’, analizado en profundidad en el magnífico libro de Eduardo Bravo ‘Ummo. Lo increíble es la verdad’ (Autsider Comics, 2019), dejó pronto de ser una modesta historia de ovnis y alienígenas para derivar en un abracadabrante híbrido de sociología tardofranquista, experimentos biológicos, nazis fugados del Reich y sectas captadoras que, finalmente, se reveló como un fraude maquinado por José Luis Jordán Peña, vicepresidente de la Sociedad Española de Parapsicología. “Es un experimento que hice para estudiar la credulidad del hombre, pero se me fue de las manos”, afirmó.

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El incidente del misil Poseidón

Uno de los casos más asombrosos de avistamiento de ovnis es el conocido como el incidente del misil Poseidón de Canarias. El 5 de marzo de 1979, miles de personas observaron en el horizonte unas extrañas nubes en formación anular. Justo al anochecer, las nubes se transformaron en líneas zigzagueantes naranjas y amarillas, de cuyo interior saldría disparado un punto de luz que soltaba un chorro que se dilataría hasta formar una campana luminosa gigantesca.

Primera fase del fenómeno luminoso en Canarias, en 1979

Primera fase del fenómeno luminoso en Canarias, en 1979 / Guillermo L. Lijtmaer

El espectacular fenómeno celestial, que ya se había registrado, aunque con menor intensidad, en 1976, pudo ser observado desde casi todas las islas del archipiélago canario, incluso desde África y las costas de Cádiz. El avistamiento, por supuesto, enardeció a los apasionados de la ufología en España, todavía en ‘shock’ tras el estreno, en marzo de 1978, de ‘Encuentros en la tercera fase’, de Steven Spielberg. “Esto no es ningún fenómeno meteorológico. Es simplemente un ovni”, aseguró el meteorólogo Mariano Medina, en aquel tiempo voz irrefutable de la ciencia desde su atrio en Televisión Española. 

Varias décadas después, los expertos sostuvieron que la anomalía vista en 1979 y 1976 no era de naturaleza alienígena sino fruto del lanzamiento de misiles de tipo Poseidón C-3 desde submarinos nucleares norteamericanos. No pensaron lo mismo, por supuesto, los defensores de la vía extraterrestre, que consideran el episodio canario como la prueba visual más rotunda vista nunca sobre un ovni.

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El 'caso Manises'

Sin duda, el mayor hito de la larga historia de avistamientos de ovnis en España. El 11 de noviembre de 1979, un avión Super Caravelle de la desaparecida compañía TAE volaba desde Salzburgo (Austria) hasta Santa Cruz de Tenerife tras haber hecho escala en Palma de Mallorca. Cuarenta millas al nordeste de Valencia, el piloto Francisco Javier Lerdo de Tejada y el copiloto Ramón Zuazu observaron unas inquietantes luces que se dirigían hacia la aeronave. 

El comandante solicitó información pero ni el radar militar de Torrejón de Ardoz ni el centro de control de Barcelona pudieron dar una explicación del fenómeno. El objeto llegó a colocarse a apenas 200 metros del avión. “¡Lo tenemos cada vez más cerca!”, gritó el comandante. Temiendo una colisión en vuelo, acabó solicitando un aterrizaje de emergencia en el aeropuerto de Manises.

Avion Super Caravelle de la compañía aérea TAE

Avion Super Caravelle de la compañía aérea TAE / El Periódico

Un caza Mirage F-1 pilotado por el entonces capitán Fernando Cámara despegó de la base aérea de Los Llanos (Albacete) para intentar identificar las luces. El Mirage acometió una peligrosa persecución del objeto luminoso, que parecía responderle a cada movimiento e, incluso, provocarle interferencias en su instrumental de vuelo. Después de hora y media de carrera, y debido a la falta de combustible, el caza se vio obligado a regresar a Los Llanos sin resultado alguno.

Varios años después, un estudio de la Fundación Anomalía, entidad creada en Santander en 1996 para promover el estudio racional de los ovnis y otras anomalías científicas, concluyó que el 'incidente Manises' fue provocado por las llamaradas de las torres de combustión de la refinería de Escombreras, junto a Cartagena. "He visto cientos de veces las llamas de Escombreras desde el aire. Y yo sé muy bien lo que vi”, respondería, airado, Fernando Cámara, hoy coronel retirado y experto en la investigación del fenómeno ovni en el programa ‘Cuarto Milenio’.

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De Montgat a Montserrat

Una noche de 1979, Luis José Grifol estaba en su casa de Montgat viendo un capítulo de ‘Los Roper’ cuando sintió una extraña sensación de urticaria en todo el cuerpo. La sangre le hervía y, preocupado, salió a refrescarse a la terraza. Alzó la vista al cielo y atisbó unas luces que se desplazaron hasta desaparecer por el horizonte. A los pocos días el hormigueo volvió y el fenómeno de las luces también se repitió. "Me di cuenta de lo que ocurría: había una relación entre la sensación y las luces que se movían por el cielo", explicaría Grifol en una entrevista a ‘El País’ en 1983. A partir de entonces, las visiones, supuestos contactos telepáticos y avistamientos de ovnis se sucederán sin freno en la vida de Grifol.

Tanto es así que desde aquella lejana experiencia personal de 1979 en Montgat, Grifol organiza visitas a la montaña sagrada de Montserrat para avistar señales pretendidamente extraterrestres, o lo que él denomina “naves trazadoras” que surcan los cielos de un lado a otro de la gran montaña catalana del misterio. En el 80% de las reuniones, que tienen lugar el día 11 de cada mes (en homenaje al día y la hora del 'caso Manises'), “ocurre algo”, asegura Grifol, para quien los extraterrestres no vienen, sino que están: “Son nuestros inmediatos superiores, ángeles que velan sobre nosotros, como perros pastores que cuidan el rebaño humano”.

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