Crítica de cine de 'Despierta la furia': venganza y furgones blindados

Guy Ritchie no es un cineasta de los que consideraríamos muy originales, más allá del efecto sorpresa que causó en su momento un título como 'Snatch. Cerdos y diamantes'. 'Despierta la furia' es el remake de la película francesa 'Le convoyeur', y su tema musical en bucle y crescendo parece directamente extraído de un filme de Christopher Nolan. Pese a ello, este 'thriller' de acción y venganza tiene una considerable solidez: se beneficia de una estructura temporal hacia delante y hacia atrás menos forzada que en su anterior película, 'The gentlemen: Los señores de la mafia'; una definición de personajes directa y escueta y una serie de secuencias violentas planteadas y rodadas a la medida del actor protagonista, Jason Statham, que para esto funciona a la perfección.

Más sombrío y estoico que Chuck Norris, Steven Seagal, Jean-Claude van Damme y otros héroes del 'action film' de décadas pasadas, con más clase que ellos, aunque tampoco sea un dechado de virtudes expresivas, Statham ha sabido enderezar su trayectoria con productos más que dignos realizados por directores que intentan dejar un sello personal. De hecho, ya había intervenido en tres películas de Ritchie, entre ellas 'Snatch. Cerdos y diamantes'.

'Despierta la furia' igual no es la mejor propuesta ni de Ritchie ni de Statham -por momentos, aquí, más cerca de Charles Bronson que de nadie-, pero cumple con creces lo que se propone desde el primer momento, haciendo buena una modalidad dentro del cine policíaco de estas características, el de los atracos a furgones blindados, con largo recorrido desde los años 40.