Reanimación de la música en directo

Apolo reabre tras 15 meses de cierre

Meritxell Neddermann encabeza este viernes una programación de conciertos de aforo reducido, que incluye a artistas como Smoking Souls, Delaporte y Duquende con Chicuelo

Meritxell Neddermann

Meritxell Neddermann

Jordi Bianciotto

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Vuelve Apolo, de un modo discreto y tratando por ahora de recomponer las piezas extraviadas en estos casi 15 meses de cierre forzoso, pero reiniciando el sistema con la vista puesta en un horizonte que comienza a abrirse. Será la cantante y pianista Mertixell Neddermann la encargada de subir la persiana, este viernes, de la sala de Nou de la Rambla con la presentación, por fin, del disco 'In the backyard of the castle', que publicó hace algo más de un año y que debía presentar en ese escenario la temporada pasada.

Este concierto, encuadrado en el festival Guitar BCN, es el primero que Apolo acoge (dejando a parte el ensayo clínico del pasado diciembre) desde aquel miércoles 11 de marzo de 2020, en que actuaron los grupos valencianos Prozak Soup y Cactus.  Vendrá seguido de otros dos, los del grupo de mestizaje electrónico La Sra. Tomasa (este sábado, a cargo del club Caníbal y el ciclo Sala CAT) y el dúo pop acústico Ciao Marina (domingo, Guitar BCN).

De momento, solo se pone en marcha la sala 1, y la actividad se circunscribirá a los fines de semana, con actuaciones cerradas de artistas como Smoking Souls (5 de junio), Delaporte (6), Duquende y Chicuelo (10), Conchita (11) y Ciclonautas (19). Se trata, sobre todo, de conciertos que se han ido reprogramando tras las sucesivas suspensiones a lo largo del último año.

Asientos distanciados y sin barras

No podemos hablar todavía de una vuelta en toda regla a la actividad, remarcan los responsables de Apolo, porque los aforos siguen siendo muy restringidos (entre 250 y 300 asistentes con asientos distanciados) y, tan o más grave, no está permitido poner a funcionar las barras y el servicio de consumiciones, motivo principal por el que muchas salas siguen sin abrir. Pero es un paso adelante “para que comience a arrancar la maquinaria”, apuntan, esperando que entrado el verano sea posible trabajar en condiciones más holgadas.