Crítica de teatro

La larga noche del Bataclan

'#PuertasAbiertas', de Emma Riverola y dirección de Abel Folk, triunfa en el Romea con el incuestionable gancho de Cayetana Guillén Cuervo

puertas abiertas Ayoub El Hilali  Abel Folk y Cayetana Guillen Cuervo

puertas abiertas Ayoub El Hilali Abel Folk y Cayetana Guillen Cuervo

José Carlos Sorribes

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La noche del 13 de noviembre de 2015. Una fecha marcada a fuego en el corazón de los parisinos. Fue la de la cadena de atentados que segaron 130 vidas en la capital francesa, 90 de ellas en la sala Bataclan durante la celebración de un concierto de rock. Esas largas horas de terror le han servido a la periodista y articulista de EL PERIÓDICO, y también novelista, Emma Riverola para llevar al universo teatral su mirada. Bajo el título de #PuertasAbiertas ha estrenado, con grandes compañeros de viaje, su primera obra en el Romea. Difícil encontrar un mejor sitio para hacerlo.

El texto de #PuertasAbiertas sedujo a un veterano de la escena como Abel Folk. Así, cogió el timón de la dirección y convocó a una actriz tan reconocida como Cayetana Guillén Cuervo al frente del reparto. Es esta una obra de dos personajes, una mujer madura y un joven de origen árabe -interpretado por Ayoub El Hilali-, que se encuentran en casa de la primera la noche de los atentados. Ella abre las puertas de su domicilio -siguiendo el hashtag #portesouvertes que fue viral durante aquellas horas tan traumáticas en la capital francesa-, a alguien que se queda en la calle después de que la policía cierre las salidas de la ciudad y el transporte público.

Dos visiones del mundo

Dos desconocidos, por lo tanto, se ven cara a cara a lo largo de esa noche, la de Bataclan. Tendrán tiempo de sobras para conocerse, para confidencias, para mostrar dos visiones del mundo y confrontar sus realidades. Con una actriz del empaque de Guillén Cuervo, siempre firme en escena, su compañero mantiene el tipo pese a cierto encorsetamiento corporal. Transmite, eso sí, la pesada losa vital de un enigmático joven de quien nada acabamos de saber con total certeza, pese a que nos desmenuza un agitado periplo personal. Una trayectoria propia de esta época en la que tanto se desconfía del desconocido, sobre todo si es alguien que huye en busca de una mejor vida. La islamofobia, el miedo al otro, sobrevuelan siempre sobre la obra.

Es uno de los múltiples temas que aborda #PuertasAbiertas. La pieza va adquiriendo tantas ramificaciones (no falta una alusión a la violencia machista, por ejemplo) que llegan a ser excesivas, ya que fuerzan los diálogos alimentando lo narrativo más que lo teatral. Ligero pecado de debutante este el de intentar contar muchas cosas. Pero el montaje marcha a buen ritmo porque no faltan toques de humor entre tanto drama, porque Cayetana es mucha Cayetana y porque Folk lo hace discurrir por un terreno ágil. Ni unos efectistas movimientos coreográficos detienen su marcha. También ayuda el espacio glamuroso y conceptual de un gran escenógrafo como Paco Azorín. Fuerte ovación del público y emoción de los intérpretes al saludar, sobre todo de Ayoub El Hilali. El mejor epílogo posible.