Fiesta audiovisual

Eurovision 2021: "¡El rock & roll nunca muere!"

El voto de los telespectadores fue un terremoto que provocó un vuelco en la clasificación y permitió el triunfo de la poderosa banda italiana Måneskin

El éxito de 'Zitte e buoni' puso en evidencia las ansias colectivas de fiesta, alegría y apertura tras un año de drama, temor y reclusión

Italia gana Eurovisión

Italia gana Eurovisión

Carles Savalls

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"¡El rock & roll nunca muere!" Son las palabras que Damiano David, vocalista de la banda italiana Måneskin, gritó en el escenario del Ahoy Arena de Rotterdam tras recoger el premio que les acreditaba como ganadores del Festival de Eurovisión 2021. El público les aupó a lo más alto, porque en la primera parte de la votación, la de los jurados profesionales, Italia había quedado cuarta, a 61 puntos del medio tiempo 'Tout l’univers' del suizo Gjon’s Tears, que lideraba hasta ese momento. Pero el voto de los telespectadores fue un terremoto que provocó un vuelco en la clasificación parcial; un aluvión de puntos para 'Zitti e buoni', el rock descarnado de los transalpinos, que ponía en evidencia las ansias colectivas de fiesta, alegría y apertura tras un año de drama, temor y reclusión. Italia ganaba con su crítica a la hipocresía social, a los chismes gratuitos; con sus guitarras eléctricas, sus tatuajes, su alto voltaje y su estética 'seventies'.

Y si el rock & roll goza de buena salud, el Festival, también. Lo decía el mismo Damiano David en la rueda de prensa posterior a su victoria: “Eurovisión no es ninguna cursilada; es un certamen enorme que, además, muestra la música que se hace en toda Europa”. Una audiencia de 180 millones de telespectadores en todo el mundo. En España arrasó, siendo el programa más visto del día pese a la pérdida de público respecto a los dos años anteriores: 4.071.000 millones de televidentes y un 29,4% de cuota de pantalla, que se elevó al 34,1% durante las votaciones. El Festival ha sobrevivido el parón obligado del año pasado a causa de la pandemia de la covid-19. En aquel momento, los organizadores del certamen ya avisaron: “¡Volveremos con más fuerza que nunca!”. Eurovisión, además, ha rubricado esta semana una franquicia de su fórmula televisiva con la NBC norteamericana, de manera que los Estados Unidos estrenarán en 2022 un Festival de canciones en que competirán sus 50 estados, sus cinco territorios de ultramar y la capital del país, Washington DC.

Logística anti-covid

Este año, Eurovisión se enfrentaba al reto de inventarse toda una logística que hiciera posible el Festival con público cuando todavía no se ha dado el carpetazo definitivo a la pandemia. Y lo ha superado con nota. El certamen ha marcado el camino a seguir en la organización de eventos multitudinarios en plena fase de desescalada sanitaria. El show formaba parte del programa de investigación Fieldlab Events, creado a instancias del Gobierno y el sector del espectáculo de los Países Bajos. Su objetivo es contrastar la efectividad de todas las medidas de prevención que se han aplicado estos días en Rotterdam, que de momento excluyen a grupos de riesgo, como personas mayores de 70 años, pacientes con patologías respiratorias crónicas y los que estén siguiendo un tratamiento de diálisis, entre otros. Los resultados ahora los analizarán técnicos de las Universidades de Breda y de Delft.

Hasta el pasado jueves, en Eurovisión se habían realizado 24.400 tests desde el 6 de abril, día en que empezaron a llegar al Ahoy Arena los técnicos de construcción del escenario. Sólo 16 dieron positivo: el 0,06%; personas que nunca antes habían estado en el recinto o que sí que habían accedido a él pero mucho tiempo antes. Por tanto, la organización asegura que no se ha detectado ninguna infección por contacto directo en el marco del Festival. Ahora hay que esperar el resultado del rastreo a los espectadores que asistieron a la final del sábado, quienes, no obstante, accedieron al Ahoy Arena certificando estar libres de infección con un test rápido de, como máximo, 24 horas antes del show.

El desastre (enésimo) de España

Seis años consecutivos en el pozo. El sábado, tan sólo votaron a España desde 2 países: los jurados de Bulgaria (4 puntos) y el Reino Unido (2). El público, cero. Desde el año 2000, España sólo ha terminado seis veces entre los 10 primeros y desde el segundo lugar de 1995 con Anabel Conde, nunca ha superado la barrera de los 100 puntos. Un pobre currículum que ha enardecido las críticas de los fans españoles del evento hacia TVE. Los ánimos se caldearon en el momento que Blas Cantó hizo su primer ensayo en Rotterdam y mostró cómo iba a ser su puesta en escena. Acabado el Festival, TVE desconvocó la tradicional atención a los medios que conceden los representantes españoles para valorar el resultado, que esta vez iba a ser vía Zoom.

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