Estreno en el Tívoli

'Fariña', el musical: "Una fiesta impresionante que produjo una resaca enorme"

Tras su éxito televisivo, llega a Barcelona una aplaudida producción gallega dirigida por Tito Astorey y protagonizada por cinco actores y músicos que se desdoblan en más de 50 personajes

fariña

fariña / Jordi Cotrina

Marta Cervera

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Para el actor y director gallego Tito Asorey 'Fariña' empezó siendo un magnífico libro del periodista Nacho Carretero, después una exitosa serie donde participó interpretando a Pedro Durán, el abogado de los narcos, y ha terminado siendo un éxito teatral dirigido por él con el que este fin de semana aterriza en el Teatro Tívoli de Barcelona. El montaje llega procedente de Madrid con buenas criticas. Se trata de una producción gallega con mucho ritmo y personajes, un auténtico un desafío para sus polivalentes intérpretes: Marcos Pereiro, María Vázquez, Sergio Zarraeta, Víctor Duplá, Cristina Iglesias y Xosé A. Touriñán. Todos cantan, tocan instrumentos y representan más de una decena de personajes cada uno en una obra intensa que combina humor, música y drama.

"Aunque los hechos que narra son de hace décadas, 'Fariña' habla en realidad de nuestro presente. Ayuda a entender cómo empezó en España algo que no ha desaparecido, el mundo del narcotráfico y de la corrupción", comenta Asorey. "Todos conocemos a alguien que ha tenido problemas con las drogas, ya sea en los 80, los 90 o ahora". Las proyecciones y la música en directo contribuyen a crear un juego lleno de dinamismo, explica. "En 'Fariña' se mezclan elementos del musical con el teatro contemporáneo y el teatro documental". La adaptación teatral está firmada por José L. Prieto y Nacho Carretero. 

Del tabaco a la droga

La obra narra cómo se introdujo el narcotráfico en Galicia, una zona que ya tenía experiencia con el contrabando de tabaco. "Con 1.500 kilómetros de costa, los recovecos que tiene y las rías, hay casi un determinismo geográfico para que explicar lo sucedido", opina el director, que nació en Orense pero reside en Santiago de Compostela. Ello, unido a la "connivencia entre gobernantes y quienes introducían el tabaco primero y la droga después", hizo que Galicia se convirtiera en una gran puerta de entrada de la cocaína en España y Europa. "El montaje es una fiesta escénica. Refleja ese universo loco que se vivió en Galicia en aquellos primeros años de entrada de la droga. Cuando el dinero llegaba a lo grande y se dejaba notar". Entonces quienes manejaban el cotarro derrochaban en lujo. Las adicciones, la violencia y las muertes cambiarían aquel paisaje. Ahora todo es mucho más discreto. Todos disimulan aunque de tanto en tanto vuelvan a ser noticia cuando se localiza un submarino cargado de droga.

"Lo más complejo fue decidir el enfoque, optar por prescindir de miradas individuales y de explicar la historia de un determinado personaje. En realidad el protagonista es Galicia. Esta es una creación más paisajista. Permite al público asimilar lo que fue aquel viaje: una fiesta impresionante que produjo una resaca enorme". Un fresco donde muchas partes son en gallego, que aparece en pantalla subtitulado.0

Las 'regeifas', una especie de batalla de gallos poética y humorística, mucho más antigua que el 'free style' del rap, es uno de los elementos que destacan en la banda sonora de 'Fariña'. "Hacemos desde música a capella o muchos otros estilos. Y aunque tocamos la batería, la guitarra y el bajo e intentamos que todo sea lo más orgánico posible, hay pasajes en los que la música está grabada porque es imposible llegar a todo", confiesa Sergio Zarraeta, que además de participar como intérprete se ha encargado de la banda sonora del espectáculo. "No es un musical al uso", resalta. El hilo conductor es una canción de Novedades Carminha: 'Que mal vai ter?'. "¿Qué tiene de malo? sería la traducción. Es una canción que explica lo que muchos pensaban cuando se metieron en esto pensando que tampoco podía ser malo si les daba de comer". Eran otros tiempos. Las adicciones, la violencia y la muerte que rodean el mundo de la droga no estaban aún a la orden del día.

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