Alan McGee, la revolución del sonido

Creation Records. Sin este sello discográfico creado por Alan McGee en 1983, el rock británico y alternativo de los 80 y 90 hubiera sido otra cosa. Publicaron discos de Primal Scream, My Bloody Valentine, Slowdive, The Jesus and Mary Chain, Teenage Fanclub, The House of Love y The Weather Prophets, entre otros.

Muchos sonidos novedosos, todos a la vanguardia del pop del momento seis o siete años antes de que cristalizara otra revolución, la del 'britpop' representado por Blur, Suede, Pulp y Divine Comedy. De hecho, otra de las bandas-estandarte del 'britpop', Oasis, publicó sus cuatro primeros discos en Creation.

McGee tuvo el buen ojo para atisbar el éxito en propuestas muy innovadoras. Por ejemplo, Primal Scream, cuya obra maestra, Screamadelica' (1991), es una de las mejores producciones de Creation: McGee apadrinó esta arrolladora obra, que mezcló rock, house, dance, dub y sicodelia, después de pasar una temporada en Manchester deleitándose en los clubes de acid house.

Primal Scream estuvieron en Creation hasta el año 2000. Su líder, Bobby Gillespie, había sido batería de The Jesus and Mary Chain, otro grupo que le debe mucho a McGee. Él fue quien vio el potencial que tenían sus suaves melodías pop ensuciadas por distorsiones e interferencias eléctricas, se convirtió en su representante, les consiguió un buen contrato con una discográfica importante y acabó editándoles un disco años más tarde.

"No tengo talento pero soy resolutivo, hago que las cosas sucedan"

— Alan McGee

Otro hito de Creation fueron My Bloody Valentine y sus murallas de sonido, efectos, pedales y lírica de guitarras. McGee definía al líder de esta banda, Kevin Shields, como un pionero sónico, aunque no entendía que necesitara dos semanas para mezclar una sola canción.

En la nómina de este escocés nacido en 1960 han estado también finos (Felt) e irónicos (The Jazz Butcher) estilistas pop. McGee también sucumbió al encanto trash de una banda norteamericana, The Cramps, a quienes publicó 'Flame job' (1994), otro ritual de rock pantanoso de serie B a cargo de Poison Ivy y Lux Interior.

McGee pasó su adolescencia en el Glasgow gélido y sombrío de los 70. El glam rock, primero, y el punk, después, le salvaron la vida. Ha sido un devoto del alquimista Aleister Crowley. Tocó (mal) el bajo en una incipiente banda, trabajó de revisor del ferrocarril, sufrió agorafobia y empezó Creation gracias al plan de subsidio empresarial aprobado por Margaret Thatcher, mediante el cual cada uno de los tres socios de la compañía cobraba 40 libras a la semana. De ahí a llenar estadios con Oasis. "No tengo talento", decía, "pero soy resolutivo, hago que las cosas sucedan".