ESTRENO DE CINE

'Hijos del sol' retrata el desarraigo infantil en Irán

La película denuncia la situación de explotación laboral a la que se ven sometidos los niños de la calle en Irán

Majid Majidi se acerca a este problema a través de un dispositivo en clave picaresca con mucho corazón

Fotograma de la película 'Hijos del sol'.

Fotograma de la película 'Hijos del sol'. / El Periódico

Beatriz Martínez

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A Majid Majidi siempre le ha interesado el mundo de la infancia, por eso, buena parte de sus películas se ha centrado en ella de una u otra forma. En 1997, 'Niños del paraíso' alcanzó una gran resonancia internacional y fue nominada a los Oscar como mejor película internacional. La historia de un pequeño que pierde los zapatos de su hermana y no se atreve a contárselo a sus padres se convirtió en una metáfora de la niñez desvalida en el Irán del momento. 

Ahora vuelve a retomar el tema en 'Hijos del Sol (Sun Children)', película que presentó en el pasado festival de Venecia y que se encarga de radiografiar la situación de vulnerabilidad de la infancia en su país a través de tres niños que recorren las calles buscándose la vida y que resultan presas fáciles para ser corrompidos y explotados. 

El protagonista se llama Ali, es huérfano de padre y su madre se encuentra ingresada en un hospital psiquiátrico. Al igual que sus compañeros, pertenece a una generación arrasada por el desarraigo después de que las drogas terminaran arrebatándoles a sus progenitores. 

“Es un tema muy grave en Irán, que va en aumento y que genera una crisis muy profunda”, cuenta el director a través de zoom. “Ataca a la clase social más pobre e irremediablemente termina afectando a los niños”. 

'Hijos del Sol (Sun Children)' se encarga de evidenciar todas las miserias a las que han de enfrentarse este grupo de personajes y también de retratar problemas como el de la inmigración de la comunidad afgana y la situación de extrema fragilidad en la que se encuentran. Pero, además de ser un filme de denuncia, Majid Majidi también quiere homenajear a estos niños a través de una historia de aventuras como si se tratara de una especie ‘Los Goonies’ en Irán. Así, la pandilla se verá inmersa en la búsqueda de un tesoro escondido bajo un cementerio al que solamente se puede acceder a través de los sótanos de un centro educativo dedicado a los niños desfavorecidos. Así que allí terminarán, buscando en el subsuelo pero, también, aprendiendo en clase. 

Los niños como tesoro

“Yo creo en el poder transformador de las nuevas generaciones. El verdadero tesoro de esta película son los niños, un tesoro mucho más valioso que cualquier recurso natural como el petróleo. Se les está privando de la educación, y de esa manera el círculo vicioso se perpetúa. Hay que romper con esa cadena de esclavitud para que la sociedad tenga esperanza”. 

Majidi apostó por actores naturales para trasmitir verosimilitud. Hizo más de 3.000 audiciones a lo largo de cuatro meses y terminó eligiendo a verdaderos niños de la calle, como Shamila (Zahra) y su hermano (Aboulfazl), inmigrantes en la película y en la vida real.

“Para mí los niños no son un simple instrumento. Son una fuente de inspiración porque aportan pasión, originalidad, imaginación. No me cansaré nunca de filmarlos, de divertirme con ellos en el set, porque siento gran respeto por su sensibilidad y delicadeza, por su autenticidad”.