Entrevista

Ramy Essam: "Habrá otra revolución y tenemos que estar preparados"

Barnasants invita a actuar en Cotxeres de Sants al cantante y compositor de 'Irhal', himno de la revolución egipcia de 2011, que fue torturado y logró huir del país

El músico egipcio Ramy Essam.

El músico egipcio Ramy Essam.

Nando Cruz

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Coincidiendo con el décimo aniversario de las Primaveras Árabes, el festival Barnasants invita al cantante Ramy Essam a actuar en Cotxeres de Sants. Essam compuso en la plaza Tahrir de El Cairo ‘Irhal’, la canción que se convertiría en himno instantáneo de la revolución. Días después fue torturado y en 2014 huyó del país. Diez años después, hace balance de lo ocurrido en la Primavera Egipcia de 2011.

¿Cómo fue su infancia en Mansoura?

Pasaba el día jugando a fútbol y sobreviviendo a la violencia de la calle. Compartía habitación con mi hermano mayor y él ponía rock occidental a todas horas. Me enganché al oír el primer disco de Linkin Park. Tenía 17 años. Descubrí a Nirvana, Rage Against The Machine, Korn… Y empecé a tocar la guitarra.

¿Cómo decide dar un carácter político a sus canciones?

A los 20 años, varios sucesos personales me hicieron abrir los ojos. Empecé a escribir canciones políticas, pero en Mansoura me costaba mucho encontrar locales donde actuar. Alguna vez hasta me cortaron el sonido a medio concierto. Mis letras eran demasiado políticas. En 2010 hice tres conciertos en El Cairo y fueron muy bien. Vinieron a verme entre 200 y 300 personas a cada uno. Faltaba un año para que estallase la revolución, aunque eso no podía ni imaginarlo.

¿Recuerda cómo y dónde compuso ‘Irhar’?

En Mansoura, oyendo los cantos de protesta de la gente al principio de la revolución, pensé que estaría bien convertirlos en canción; poniéndoles melodía serían más poderosos. Tres días después, llegué a El Cairo, y en la plaza Tahrir, rodeado del ambiente de las protestas se me ocurrió la melodía y el ritmo. Fue el 31 de enero. La canté por primera vez el 1 de febrero después de un decepcionante discurso de Mubarak en el que ignoró las demandas de la calle.

Cuando la cantó en la plaza, nadie la conocía.

Nadie, pero, al mismo tiempo, todo el mundo conocía la letra porque estaba formada por tres eslóganes de protesta muy populares esos días. Yo solo añadí una frase. La canté una vez y la gente se sumó automáticamente. Fue mágico.

Pronto la canción empezó a traerle problemas.

Dos semanas después de la caída de Mubarak, el ejército arrestó a unas 200 personas. A mí me dieron un ‘trato especial’. Sabían que era el autor de la canción. Miles de personas han sido torturadas en Egipto. Ocurre constantemente.

¿Cuándo decide huir de Egipto y porqué?

Cuando los militares tomaron el control del país, mi música pasó a estar prohibida en la radio. Quien la pinchase perdía su trabajo. Y desde mitad de 2013 no podía tocar en ningún sitio. Pero el mayor problema es que iba a cumplir los 28 y a esa edad has de hacer el servicio militar. Se me hizo saber con distintas amenazas que al entrar en el ejército mi vida como soldado sería una pesadilla.

¿Vive seguro en Finlandia?

No pueden detenerme, pero sí acosarme de otros modos. En 2018 cancelaron mi pasaporte. Y lo peor: en Egipto han detenido a colaboradores y amigos.

Esto último ocurrió a raíz de su canción ‘Bahala’.

Era una sátira artística para criticar el régimen político, concienciar a la gente y generar debate antes de las elecciones. Tuvo 20 millones de visitas. Pero el poeta Galal El-Behairy, autor de la letra, y el director del videoclip, Shady Habash, fueron detenidos. Galal debería salir en libertad este julio tras más de mil días de cárcel. Shady murió en prisión debido a una negligencia médica. Y siete personas más cuyo nombre no puedo mencionar también fueron arrestadas.

¿Cantará ‘Irhal’ y ‘Balaha’ en Barcelona?

Nunca canto ‘Balaha’ debido a lo que ha sucedido. Tal vez pueda algún día. Por ahora, nunca lo he hecho. ‘Irhal’ la canto si hay muchos egipcios en la sala.

Diez años después, ¿qué balance hace de la Primavera Egipcia?

Si pudiese volver atrás, invertiría más esfuerzos en generar unidad. No trabajamos suficiente cómo seguir juntos pese a nuestras diferencias. Tampoco llegamos a elegir, ya no un líder, pero al menos un consejo. Cuando tomas la calle y sientes que tienes todo el poder del mundo no piensas que mañana puedes perderlo. Por lo tanto, hay que usarlo cuanto antes. Y no teníamos experiencia.

Nadie tiene experiencia en diseñar revoluciones.

Además, la mayoría de gente no puede mantener una protesta en la calle mucho tiempo porque necesita dinero para vivir. Egipto sufre un gran déficit educativo y, visto en perspectiva, también hubiese sido clave hablar más con la gente más pobre; asumir que no entendían al 100% lo que ocurría y podían ser engañados fácilmente por los medios. Perdimos la conexión con ellos.

¿Cuándo cree que cambiará la situación en Egipto?

No creo que ocurra pronto, pero tenemos que prepararnos y trabajar para estar listos cuando llegue la próxima ola. Porque llegará. La dictadura está llevando la presión al límite y la gente no aguantará mucho. La pregunta es: ¿estaremos preparados cuando llegue ese día para no repetir los mismos errores?

Su esperanza, dice, son las nuevas generaciones.

Sin duda. No paro de recibir mensajes de chicos de 13 y 14 años hablándome de libertad y de un Egipto mejor. ¡Yo nunca pensé en esas cosas hasta los 21!

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