NOVEDAD DISCOGRÁFICA

Pablo Ferrández, entre Rusia y España

El aclamado violonchelista ha esperado seis años para grabar 'Reflections' donde conecta la música de Rachmaninov, Falla, Granados y Casals

ICULT PABLO FERRANDEZ FOTO KRISTIAN SCHULLER

ICULT PABLO FERRANDEZ FOTO KRISTIAN SCHULLER / KRISTIAN SCHULLER

Marta Cervera

Marta Cervera

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Ha tardado muchos años el cotizado violonchelista español Pablo Ferrández (Madrid, 1991) en volver a grabar. Pero la espera ha valido la pena. 'Reflections' (Sony Classical) es una maravilla donde este virtuoso del violonchelo explora la conexión entre la música rusa y la española junto al pianista Denis Kozhukhin. Ambos se conocen desde su etapa en la Escuela Superior Reina Sofía de Madrid y han colaborado diversos conciertos. Su compenetración es tan impresionante como la profundidad, belleza y sentimiento que imprimen a las obras de Sergei Rachmaninov, Manuel de Falla y Enrique Granados. El disco abre y cierra con dos piezas en solitario de Ferrández: 'Zdes'Khorosho', una bella pieza de apenas dos minutos de Rachmaninov y 'El cant dels ocells' que popularizó el legendario Pau Casals, su ídolo. Aunque suele tocarla como propina en casi todos sus conciertos, Ferrández nunca la había grabado en disco en solitario. "Sé que Casals y Rachmaninov tocaron juntos pero desconozco la fecha y el lugar. Lástima que no quedara grabado", lamenta el músico que toca un stradivarius de 1696.

Sin clichés

Este álbum es un reflejo de sus principales influencias, la música española que lleva en la sangre y la rusa que aprendió a amar con su profesora Natalia Shajovskaya. "La idea del disco surgió a partir de la 'Sonata para piano y chelo' de Rachmaninov, que me encanta. Después elegí piezas de contemporáneos suyos que encajaran pero que no fueran las típicas. Quería huir de clichés y retratar la atmósfera romántica de esos años", comenta el músico que incluyó la 'Oriental', de Granados y la 'Nana' y la 'Asturiana', de Falla.

Él, que ha tocado con las mejores orquestas y directores, desde Mehta a Dudamel y los conjuntos de violinistas como Anne-Sophie Mutter y Gidon Kremer, tenía claro qué buscaba. "Quería que sonara orgánico. Por eso el orden de los temas era muy importante y el sonido, también", asegura, perfeccionista hasta la médula. "No es lo mismo mi manera de escuchar que la del técnico de sonido. Y quería que sonara exactamente como yo la oigo", precisa. Para ello, no dudó en dedicarle tiempo a todos los detalles de la grabación realizada con 13 micrófonos. "Tardé en encontrar el ajuste que buscaba. Al final hasta yo mismo me senté en la mesa de mezclas". Quería un control total de la grabación. "El proceso fue muy largo pero muy bonito. Me llevé todas las tomas. Me llevó horas escucharlo todo y seleccionar, lo que no es fácil".

El virtuoso músico que hace cantar su impresionante stradivarius, cuenta que no tenía prisa alguna en entrar en un estudio de grabación. "Han pasado seis años entre mi último álbum y éste. Dije que no a muchas propuestas porque tenía claro que si hacía un disco debía ser en las mejores condiciones". 'Reflections' se grabó en los estudios Teldex de Berlín durante cinco intensos días, con Jakob Händel, el mismo ingeniero de sonido del tenor Jonas Kaufmann y del pianista Lang Lang. "Fue un lujo", afirma.

Tiene muchas ganas de presentar el álbum en directo, pero de momento, mientras eso no sea posible aprovecha su tirón en las redes sociales para transmitir su pasión por la clásica. Basta ver Instagram. "Mucha gente opina sin conocerla pero el confinamiento ha ayudado a descubrirla porque hoy es muy fácil hacerlo a través de Instagram y de otras redes sociales. Hay gente que también se ha animado a tocar un instrumento viendo videos 'online'", comenta Ferrández, aficionado a colgar videos. "Para mí es un 'hobby', me gusta hacerlo. La idea del artista encerrado en su torre está pasada de moda. Hoy todo está más interconectado. Tocamos para que nos escuche el público. Sin ellos no somos nada".

TEMAS