Crítica de cine

Crítica de 'Bill y Ted salvan el universo', un gozoso reencuentro

Alex Winter y Keanu Reeves se muestran cómodos de regreso en la piel de sus personajes

Estrenos de la semana. Tráiler de 'Bill y Ted salvan el universo'

Estrenos de la semana. Tráiler de 'Bill y Ted salvan el universo'. /

Nando Salvà

Nando Salvà

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

'

En tanto que entrega final de una trilogía de culto que inició 'Las alucinantes aventuras de Bill y Ted' (1989) y a la que 'El viaje alucinante de Bill y Ted' (1991) dio continuación, 'Bill y Ted salvan el universo' nos ofrece una última oportunidad de pasar el rato con dos de los imbéciles más noblotes e incansablemente optimistas que el cine ha alumbrado. Han envejecido y ahora tienen que preocuparse por hipotecas, matrimonios y sueños incumplidos, pero el director Dean Parisot no tiene ningún interés en explorar esos cambios; se contenta con ser tan ridícula como las películas previas, avanzar con la misma energía afable y recuperar algunos de los ingredientes narrativos más icónicos de la saga: viajes en el tiempo, cameos de figuras históricas, robots asesinos del futuro, careos de los protagonistas con otras versiones de sí mismos, guitarras invisibles y apariciones de la Muerte, entre otros.

Los actores Alex Winter y Keanu Reeves se muestran cómodos de regreso en la piel de sus personajes y transmiten con facilidad su inmadurez, su mala relación con la mediana edad y su irreprimible amabilidad, y la película no necesita más que eso para compensar una narración a la vez demasiado leve y demasiado atiborrada. Gracias a ellos, y a pesar de los centenares de comedias adolescentes estrenadas en las últimas tres décadas, Bill y Ted siguen siendo una pareja única. Su entusiasmo es contagioso, y su ternura resulta conmovedora.