El libro de la semana

Crítica de 'Consumits pel foc': una fábula animal sobre la amnesia y la ignorancia

Jaume Cabré se divierte en esta novelita narrada con oficio y personajes de circunstancias

L autor de  Consumits pel foc   Jaume Cabre  7 d abril del 2021 (horitzontal)  Cedida a l ACN per Proa ACN

L autor de Consumits pel foc Jaume Cabre 7 d abril del 2021 (horitzontal) Cedida a l ACN per Proa ACN / ACN / Proa

Valèria Gaillard

Valèria Gaillard

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Jaume Cabré revisa el mito de Ícaro en su última novela, 'Consumits pel foc', que también presenta un homenaje a la imaginación y a la capacidad del lenguaje para nombrar —u ocultar— las cosas y atrapar llamaradas de vida que se consumen como las mariposas nocturnas abrasadas por la luz. Seguramente las imágenes propias de ciencia ficción de animales invadiendo los espacios urbanos durante el confinamiento no han dejado indiferentes a los escritores.

Y resulta curioso ver a jabalíes protagonizar los relatos más dispares. Por ejemplo, Mathias Enard, en su último trabajo 'El banquete anual de la Cofradía de Sepultureros', les hace salir a escena cuando pone a girar la rueda de las reencarnaciones. En un registro realista que está en las antípodas de Cabré, en la novela de Enard los jabalíes se comportan como los animales instintivos que son, y viven para comer y copular. En el caso de 'Consumits pel foc' encontramos a un pequeño jabalí huérfano, Godallet, que habla, reflexiona y observa el mundo con los ojos bien abiertos. Con la mirada lírica que recuerda su cuento infantil 'Mariona i la Menjanits' (2017), Cabré se pone en la piel de este inocente jabalí (hijo de Lotta) que se expresa con anglicanismos —wanted, birdie, fairway, green...— y contempla la luna mordida "como si un jabalí de los que vivían en el cielo hubiera devorado una buena mitad".

Ismael sin ballena

La historia de Godallet confluye con la del personaje humano del que sólo sabemos —y no con seguridad— que se llama Ismael, como el protagonista de 'Moby Dick', Godall de apellido. Es un niño marcado por el rechazo del padre, que lo culpa de la muerte de la madre. Sin embargo, tiene las neuronas ágiles y se le dan bien los idiomas por lo que, contra todo pronóstico (pasa por un centro juvenil) termina siendo profesor de literatura española y latín en una Academia. Pero lo expulsan cuando en clase escribe en la pizarra un poema de Josep Carner.

Desorientado, se empieza a ver con una antigua vecina y cuando la relación parece despegar tiene un encuentro fortuito que desencadena el naufragio de este Ismael sin ballena (o sea, sin ideales, ni 'hybris'), una historia de intriga vodevilesca en la que las palabras y los nombres de personajes literarios —sacudidos por la amnesia y también la ignorancia—, se mezclan con unas costuras no exentas de humor.

Dejando atrás reflexiones de altos vuelos sobre el mal, como en un 'Jo confesso' (2011), o sobre la vulnerabilidad del hombre en la miseria de la guerra de' Les veus del Pamano' (2004), Jaume Cabré se divierte en esta novelita narrada con oficio, cierto, pero con personajes de circunstancias, una fábula que también aborda, ya en el “Explicit”, el tema de la transmisión del legado y la renovación que se produce de forma natural cuando la joven generación—no importa de qué especie— asume la responsabilidad de seguir abriendo camino con nuevas historias.