Exposición en Madrid

10.000 años de representaciones de la figura humana en 155 piezas

CaixaForum se alía con el British Museum en 'La imagen humana. Arte, identidades y simbología', una exposición que nos adentra en los misterios de las representaciones figurativas a lo largo de los tiempos

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Beatriz Martínez

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Nunca hemos pasado tanto tiempo a solas con nosotros mismos. Acostumbrados a las prisas, en el último año de pandemia no hemos tenido más remedio que mirarnos, que aprender a vernos de otra manera. Quizás por esa razón ‘La imagen humana. Arte, Identidades y Simbolismos’, que ahora se inaugura en CaixaForum de Madrid, tenga más sentido que nunca.

Se trata de la sexta gran exposición que la entidad hace en colaboración con el British Museum y se han reunido 155 obras de la más diversa índole. Hay esculturas, pinturas, filmaciones, dibujos, numismática, fotografía, videoinstalaciones, objetos… que ponen en diálogo diferentes aspectos alrededor del ser humano a lo largo de la historia, y que revelan cómo en cada época se ha representado el culto al cuerpo, a la belleza, la salud y la armonía.

La pieza más antigua que podemos encontrar es un cráneo humano modelado, procedente del antiguo Jericó (hoy Cisjordania), de hacia el 8.000 a. C. y la más moderna, una serigrafía de 2016 del artista iraní Parviz Tanavoli.

La primera sección del recorrido indaga en cómo artistas y tradiciones diversas han querido representar el cuerpo en su forma más perfecta y elevada. Sociedades como las de la Grecia clásica, la India medieval o el Japón de la era moderna, en las que existían unos estándares similares que fueron plasmados en arquetipos culturales que reflejan las normas y las creencias de cada comunidad. Así, podemos ver una escultura romana asociada con Dionisio, del 45 al 25 a. C., o una estatua sepulcral de un funcionario egipcio entre 2.345 a 2.181 a.C.

La fertilidad

No podían faltar las figuras que representan la fertilidad del cuerpo femenino, algunas de ellas procedentes de Irak o de las islas Cícladas griegas. Junto a ellas, se contraponen litografías de Henri Matisse y otras obras contemporáneas de Craigie Horsfield o el artista digital Koya Abe, que expone una revisión radical de ‘Venus del espejo’, de Velázquez.

Una imagen de la muestra.

Una imagen de la muestra. / Máximo García de la Paz

La segunda sección está dedicada al retrato. Abarca estilos que nos llevan del mimetismo al naturalismo idealizado, de la distorsión a la abstracción. Podemos ver la obra expresionista del británico Frank Auerbach ‘Head of Julia’, el melancólico estudio del maestro flamenco Anton van Dyck o el autorretrato natural desnudo e inerte, despojado de identidad, de Ali Kazim. Otras obras representativas dentro de este apartado pertenecen a David Hockney, MichelangeloPistoletto, ÉdouardManet o UtagawaKunimasa.

Muy interesante resulta la tercera parte de la exposición, titulada ‘El cuerpo divino y el cuerpo político’. Por una parte, se explora el uso de imágenes en prácticas religiosas y sagradas, con las representaciones asociadas a diosas, santos, ancestros sagrados y otros seres sobrenaturales. Podemos ver una cabeza romana del dios Apolo en mármol, una figura del dios hindú Visnú, otra de Amón-Ra, un Buda sentado o una Virgen María del siglo XV junto a la obra moderna ‘Black Madonna with twins’, de Vanessa Beercroft.

A su lado, se ahonda en la representación de los gobernantes, monarcas y líderes y de su expresión de poder. Desde faraones de Egipto a una escultura de cuerpo entero de Marco Aurelio o pins de Obama. Por último, se aborda la transformación corporal: la figura humana que se altera para introducirse en el territorio de la fantasía o irrealidad. Posesiones demoníacas, metamorfosis mágicas o cambios de identidad como el de David Bowie convertido en Ziggy Stardust.