Entrevista

Caïm Riba: "Superar un cáncer ha reforzado mi manera de ser"

El excomponente del trío Pastora e hijo de Pau Riba lanza ‘Llunes de Plutó’, su álbum más vitalista, que presenta este viernes en formato de trío en el CAT, concierto al que siguen los de Fornells de la Selva (sábado) y Tarragona (domingo)

Caim Riba

Caim Riba / Ricard Cugat

Jordi Bianciotto

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Un disco más extrovertido que los anteriores. ¿De dónde sacó ese ánimo más optimista?

Todo me llevó a querer hacer algo más vital. ‘Nararai’ (2017), me pilló con un desamor y una separación, y con un panorama de la industria musical cada vez más complicado. Te vas quedando chafado y decidí que, aunque fuera con pocos medios, debía recuperar la alegría. Sufrí una operación ‘heavy’ y me convenía pensar en lo positivo.

Ha superado un cáncer.

De próstata. Me lo tomé con filosofía, pero viví un tiempo con incertidumbre, mientras me hacían las pruebas. Fue en abril de 2019. Pero el cáncer no me ha girado la cabeza, más bien superarlo ha reforzado mi manera de ser, mi tendencia a no amargarme y a valorar las cosas.

Actitud resumida en la canción ‘Em sembla bé’.

No es que todo me parezca bien, pero representa una actitud. Nunca me ha gustado pasarme el tiempo quejándome, pensando cómo me gustaría que fueran las cosas.

En este disco están menos presente sus raíces familiares que en ‘Nararai’ y en ‘A 306 km’ (2014).

En el primero había una melancolía por Formentera, donde nacimos mi hermano y yo. En ‘Nararai’ hice el tema ‘Mare’, y he dedicado canciones a mi hija pequeña, a la mayor… Me falta hacer algo para el niño.

En mi adolescencia veía a mi padre y al personaje, andando descalzo y todo eso, y ahora tenemos poca relación y sigo sin ver que sobrepase ese personaje

Y para su padre.

Aquí hay un guiño en ‘Voldria’, cuando dice que “les orenetes ja fan niu als meus cabells”, y algún detalle más.

Al patriarca Riba no le agradaba demasiado Pastora. ¿Le gusta más este disco?

Él nos decía que teníamos que dar carnaza a los medios, cuando yo hubiera preferido que dijera que le gustaba lo que hacía su hijo y ya está. En mi adolescencia veía a mi padre y al personaje, andando descalzo y todo eso, y ahora tenemos poca relación y cuando nos encontramos sigo sin ver que sobrepase ese personaje. Vive un poco de él. Pero, respecto al nuevo disco, él participó en un vídeo donde la gente decía qué representa para ellos ‘Un dia perfecte’, y dijo que admiraba de mí “el preciosismo”.

¿Se identifica con esa observación?

Tiene razón. Me gusta la amabilidad en el sonido. Me cuesta expresar la agresividad sonora.

Hablar de Plutón representa evadirte muy lejos

Ambos parecen compartir cierta imaginería cósmica. ¿Qué tiene Plutón para usted?

Es un planeta más pequeño que nuestra luna, y lo han degradado y el pobre ya no es ni siquiera eso, y está ahí, en los confines del universo. Hablar de Plutón representa evadirte muy lejos.

Es cantautor y es pop, y en el disco recupera la electrónica. ¿Se ve ‘rara avis’ en la escena catalana?

Ya me pasaba con Pastora, donde me desprendí del estigma de ser hijo de Pau Riba al cantar en castellano y en un sello que estaba en Madrid. A veces pensaba “a ver si entro en alguna escena”… Siempre he sido un poco disperso y ecléctico. La electrónica es parte de mi idiosincrasia, desde que descubrí a Underword y Orbital, y ahora he querido recuperarla sin complejos. Hoy ha pasado a ser normal en las producciones. ¿Por qué debería abandonarla precisamente ahora?

Dolo Beltrán, la que fue cantante de Pastora, decía a este diario que Lola se ha convertido en Remedios y que ya no busca follón. ¿Se siente igual de lejos de aquella etapa?

Sí, pero la siento mía. Hemos hablado alguna vez de retomar el grupo, y no hace mucho, el pasado verano. Pastora no llegó a separarse, pero con el último disco, ‘Una altra galàxia’, la comunicación con la compañía era cada vez más lejana, Pauet (Riba) lo había dejado y Dolo, me sabe mal decirlo, pero no me seguía mucho. Me sentí poco apoyado.