Entrevista

Dolo Beltrán: “Lola se ha convertido en Remedios y ya no busca follón”

 

La cantante y actriz, exPastora, lanza su segundo álbum en solitario, ‘Moonlight’, de sonoridad electrónica y orientado a las pistas de baile, al tiempo que cultiva su faceta de actriz y debuta en la poesía con el libro ‘Mentre perds el món de vista’

Dolo Beltrán

Dolo Beltrán / Ferran Sendra

Jordi Bianciotto

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Un disco que apunta al baile y a la noche, realidades tan lejanas estos días.

Las canciones se grabaron antes de la pandemia, y es cierto que ahora la situación es distinta, pero estoy segura de que llegará un momento en que esto cambiará, ¿no? Estos temas reflejan el momento dulce en el que estoy. El mensaje es que ya tengo una edad pero que eso no significa no tener un espacio en el mundo. El disco habla mucho de eso, porque yo soy una madre tardía, tengo 46 años y un niño de cuatro, pero soy muy vital, me gusta ir de fiesta y reivindico las ganas de bailar, y de no apalancarte, y de trabajar.

El título, ‘Moonlight’, sugiere una noche más romántica que frenética.

Soy muy fan de ‘Luz de luna’, la serie de los años 80, de Bruce Willis y Cybill Shepherd, y Flavio y Muly [el dúo ParísTexas, productor del álbum] han utilizado muchos sonidos que me recuerdan las atmósferas de aquellos episodios. Aquella cosa del saxo, con mucho ‘reverb’… Al pensar en el título se me ocurrió ese, y en castellano me sonaba a tienda de incienso, así que decidí ponerlo en inglés.

Un idioma en el que no canta.

Con Pastora hice ‘Feel the magic’, y he hecho pruebas, en Londres y en Nueva York, con productores de allí, pero tengo un acento salchichero. Con ese título quise aludir a la naturaleza de la noche: la luna iluminando flores abiertas y despiertas.

Su mundo electrónico está enraizado en los sonidos de finales de los 90 y los primeros 2000. ¿Contó con ParísTexas para que lo llevaran a otra parte?

Quería salir un poco del sonido de esa época e ir a algo más actual. Ahora estoy escuchando cosas del sello Kompakt, como Gui Boratto. Y el tema ‘500 noches’ tiene un bajo muy trap. Una cosa que he aprendido con ellos es a ‘chopear’: coger la voz y transformarla, duplicarla, aplicarle efectos, de forma ya no es una voz, sino un instrumento. Es maravilloso, todo un arte. Pero los referentes del álbum son muy amplios y se remontan hasta Sade. En otro tema, ‘Barna 98’, hay un pequeño homenaje a la época en que trabajé en locales como La Terrrazzza.

¿Qué hacía en el club?

Pues llevaba un chiringuito que era independiente, en el que hacía zumos naturales y pagaba a la sala el 10% de las ganancias. En una noche me podía sacar una pasta y entonces al día siguiente igual no iba. Bueno, era un trabajo, porque yo siempre me he pagado los estudios, cuando hacia teatro o iba al Taller de Músics.

En ‘Barna 98’ dice: “Yo no sé por qué me fui de Barna / Allí nadie sabía si salía o si entraba”. Vive desde hace unos años en Arenys de Mar. ¿Añoranza del anonimato de la ciudad?

Hay momentos en que sí, aunque ahora no volvería. Me fui por los alquileres, porque llegó un momento en que era insostenible. Por el precio de un piso en Barcelona ahora tengo una casa con jardín, y bajo y voy a comer pescadito fresco a la playa. Eso es calidad de vida.

En los créditos del disco hay un nombre familiar: Quimi Saigi, piano.

El hijo de Toni Saigi, ‘Chupi’, que fue el teclista de Els Pets. Yo fui ‘llufa’, corista, de Els Pets durante un tiempo corto; igual hice ocho conciertos con ellos. Debía tener 22 años.

En su vida, la música se cruza con el teatro: este jueves estrena ‘La millor nit de la teva vida’, de Jordi Silva y con dirección de Miquel Murga, en el Gaudí. ¿Diría que separa esas distintas facetas más que antes? La Dolo de Pastora, en los conciertos, era un poco actriz.

Es verdad. Ahora, cuando estoy en el escenario cantando estoy muy relajada, porque soy yo misma, mientras que en el teatro soy un personaje. Son responsabilidades diferentes. Esta obra es una iniciativa del Ayuntamiento de Sant Boi. Yo soy de allí. El año pasado, cuando comenzó la pandemia, decidieron ayudar a la cultura produciendo una obra de teatro con gente de Sant Boi. Parecía que quedaba en el aire, pero aquí está. Es una comedia muy divertida, y el Gaudí es un escenario tipo ring de boxeo, rodeado de público, y nunca he actuado en un sitio así.

Y ahora hay otra Dolo, la autora de poemas: debuta con el libro ‘Mentre perds el món de vista’.

Forma parte de una colección de libros de poemas ilustrados, hechos por cantantes y músicos: Clara Peya, Xarim Aresté, Adrià Salas (La Pegatina)… Empecé a escribirlos y entonces nos confinaron. Me dediqué a ello durante aquellos meses, con un compromiso diario. Quise concebirlo como un álbum de fotos, un objeto que está muy olvidado, en el que en lugar de imágenes tienes poesías que reflejan un momento, como si estuvieras leyendo la vida de alguien. Cuando te hacen una foto, en el momento de posar y cuando suena el ‘clic’, siempre sonríes y pierdes el mundo de vista. Por eso se titula así el libro. Ha sido un trabajo muy intenso: 150 páginas de poemas, ¡como escribir veinte discos de golpe!

¿Dónde queda aquella Dolo que cantaba ‘Lola’ hace ya 18 años?

Lola se ha convertido en Remedios, como dice la canción ‘500 noches’: “Llámame Remedios / Lo malo te lo quito de en medio”. Es una canción de amor que habla de la maternidad. Después de casi 20 años, Lola ya no busca follón: lo tiene en casa.