Feminismo

El ensayo '¿Cerró usted las piernas?' radiografía la violencia contra las mujeres

Las periodistas Marta Jaenes y Rosa Márquez recogen testimonios y reflexionan sobre la cultura de la violación

Marta Jaenes y Rosa Márquez

Marta Jaenes y Rosa Márquez

Beatriz Martínez

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Marta Jaenes y Rosa Márquez estrenaron hace dos años en Netflix ‘¿Qué coño está pasando?’, un documental que servía para testimoniar el momento en el que se encontraba nuestro país con respecto a las reivindicaciones feministas a través de un mosaico de voces se repasaban algunos temas fundamentales de las agendas públicas y mediáticas como la prostitución, la pornografía, los vientres de alquiler, los techos de cristal y, en definitiva, la lucha por la igualdad dentro de una sociedad que sigue manteniendo unas estructuras heteropatriarcales.

Durante su investigación se dieron cuenta de que había una cuestión fundamental que, de alguna manera, vertebraba toda la cuarta ola feminista y que merecía un análisis particular y pormenorizado: la violencia hacia las mujeres.

El Me Too a nivel internacional o el caso de la Manada habían supuesto un punto de inflexión y provocado una reacción social como nunca se había visto. La ley del silencio se había roto y muchas mujeres se atrevieron a relatar los casos de abuso que habían sufrido gracias al 'hastag' promovido por Cristina Fallarás #Cuéntalo. De las redes sociales se pasó al activismo en las calles y las mujeres salieron en masas a denunciar y luchar por sus derechos.

Ahora Marta Jaenes (periodista especializada en igualdad y políticas sociales) y Rosa Márquez (periodista, escritora y documentalista) vuelven a unir sus fuerzas en el ensayo ‘¿Cerró usted las piernas?’ (Ediciones B) en el que reflexionan en torno a la violencia machista y la cultura de la violación. El título hace referencia a una pregunta que le hizo una jueza en 2016 a la víctima de una agresión sexual.

Cuestionamiento de la mujer

“Hay gente que se sorprende de que esto ocurriera hace solo cinco años, pero es parte del cuestionamiento constante al que está sometido la mujer”, cuenta Marta Jaenes. “La relación de las leyes y las agresiones sexuales es muy conflictiva, porque siempre se ha puesto el foco en seguir juzgando la moral de la víctima. Todavía se escucha aquello de, si una mujer lleva minifalda o está borracha está buscando que la agredan, y eso está arraigado en el pensamiento colectivo por culpa de la perversión de la mirada machista”, continúa Márquez.

Uno de los capítulos se llama precisamente ‘Solo sí es sí’. Comienza con un testimonio anónimo cuyo relato se asemeja a la violación que narraba Michaela Cole en la serie ‘Podría destruirte’. En realidad, muchos episodios de agresión sexual tienen un patrón parecido, sobre todo aquellos en los que la línea del consentimiento parece difusa.

Por eso las autoras ponen de manifiesto la importancia de sentar referentes, de contar con testimonios con los que las mujeres que han sufrido violencia de género puedan sentirse identificadas. Puede que sea a través de Internet o en horario de máxima audiencia como en el caso de Rocío Carrasco, todo suma. “Cristina Fallarás y Lucía Lijtmaer nos hablaron de la importancia de la primera persona para el activismo. Cada testimonio es valioso porque además de denunciar una situación concreta ayuda a las demás mujeres para que puedan identificarla si les ocurre, porque las fórmulas de machismo se han vuelto cada vez más sibilinas y sofisticadas y en ocasiones cuesta reconocerlas, hay que estar alerta con eso”, dice Rosa Márquez.

El origen del odio

Las autoras también dedican una parte fundamental de este ensayo a analizar las raíces del odio y la violencia contra las mujeres desde un punto de vista histórico y cultural. Desde el rapto de las sabinas a la película de Gaspar Noé ‘Irreversible’ y la forma en la que se legitima de la objetualización de la mujer para ejercer sobre ellas el abuso. “Se ha erotizado la violación en el arte, el cine y la literatura porque siempre veíamos la sexualidad desde el punto de vista masculino, desde los ojos de los hombres. Ahora empezamos a vernos representadas en las ficciones, en las historias que se cuentan y tiene que ver con que las mujeres empiezan a tener poder en algunos campos creativos”, dice Marta Jaenes.

Rosa Márquez cita para terminar al, por otra parte misógino, Arthur Schopenhauer. “Aunque sea un 'señoro' tiene una frase que me gusta mucho: “Toda verdad pasa por tres fases. La primera es ridiculizarla, la segunda es una oposición violenta y la tercera, aceptarla como algo natural”. Así que será cuestión de tiempo, porque la verdad está de nuestro lado”.