Crítica de música
Nouvelle Vague, refrescante frivolidad en Barts
El grupo voló desde París para desplegar en el festival Guitar BCN sus irónicos asaltos a los hitos de la new wave y el pos-punk en clave de bossa nova
Jordi Bianciotto
Periodista
Jordi Bianciotto
Vamos viendo cómo ciertos conciertos de artistas internacionales son posibles. El primer requisito es que ellos quieran hacerlos, sometiéndose a los tests pertinentes y reduciendo operativos logísticos: así nos visitó este miércoles el quinteto francés Nouvelle Vague, con sus cinco integrantes, el ‘tour manager’ y dos técnicos, cediendo al promotor el despliegue de producción y viajando punto a punto, sin dar forma a una gira.
Se trataba de recuperar, en el marco del festival Guitar BCN, el concierto de su gira de 15º aniversario suspendido un año atrás. Emociones vivaces en Barts (aforo de 450 personas), como transmitió Mélanie Pain después de abrir la sesión apelando a The Cure, New Order y Ramones con sus conocidas maneras de bossa nova frugal y ‘cool’. “Oh, la, la! Estamos ‘embarrassées’, ¿embarazados?”, improvisó graciosamente, “porque no podemos hacer ningún concierto en Francia. Solo en Barcelona” (y en Murcia, donde se les espera este viernes, de donde volarán de vuelta a París).
Hardcore de arte y ensayo
Nouvelle Vague se tomó en su día esta gira como un regreso al punto de partida, a la irónica tergiversación acústica de los clásicos del pos-punk y la new wave, convirtiéndolos en artefactos ligeros y un poco perversos bajo el influjo de la bossa nova. La guitarra de Olivier Libaux imprimió los cálidos acordes sobre los que Pain y Élodie Frégé combinaron sus voces con gestualidad teatral. Trío asistido por un batería y un teclista, el colíder Marc Collin, propenso este a la textura sesentera en ‘Too drunk to fuck’, un intento de llevar el hardcore de Dead Kennedys al imaginario de una banda sonora de Godard.
Concierto con inflexiones insinuantes, como el psychobilly de The Cramps ‘Human fly’, y algunas canciones propias con sustancia, como esa bossa canónica llamada ‘La pluie et le bon temps’, que podría marcar un camino a seguir. Porque, si bien la pandemia le ha permitido ganar tiempo, Nouvelle Vague tiene todavía pendiente decidir qué quiere ser de mayor.
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