Crítica de música

Mala Rodríguez, un ‘Lujo ibérico’ destilado en Barts

La cantante y rapera acudió al formato acústico, dúo de voz y guitarra, para conmemorar el 20º aniversario de su influyente primer álbum

Un momento del concierto de Mala Rodríguez en la Sala Barts de Barcelona.

Un momento del concierto de Mala Rodríguez en la Sala Barts de Barcelona. / Ferran Sendra

Jordi Bianciotto

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La última ola de las músicas urbanas nos ha recordado que Mala Rodríguez estaba ahí desde mucho antes, y que ya son 20 años los que acumula su álbum de debut, ‘Lujo ibérico’, hecho de rimas de calle, ‘beats’ guerreros y pulsión flamenca. Aniversario que la gaditana (crecida en Sevilla) conmemora ahora con los materiales que puede: un sencillo mano a mano con la guitarrista venezolana María José León que potencia a la Mala letrista, más cantante que rapera, pero con las uñas afiladas, como pudimos observar este viernes en la sala Barts (festival Guitar BCN).

¿Mala Rodríguez, en versión cantautora? Los quiebros melódicos del repertorio, su garganta y su carisma lo permiten, si bien en este ‘Lujo ibérico unplugged’ quedó fuera de foco la Mala total, mayestática y escénicamente dominadora, la del pasado verano en el Fòrum.  Esta se insinuó en un momento arrebatado, cuando se levantó de la silla para soltarse en ‘Tengo un trato’, una sacudida acogida entre vítores. Se abrió paso una Mala más serena, pero con sus aristas líricas, paladeando las sílabas más que escupiéndolas, y dando un sentido hondo a canciones como ‘Especias y especies’, en la que flotan trémulos asuntos familiares, o ‘Yo marco el minuto’, con sus invectivas determinadas (“me hago tirabuzones / con las bombas que me tiran”).

Mala en familia, cantante con sentimiento, propensa al comentario desenfadado en torno a piezas como ‘En mi ciudad hace caló’ (“no sabía que hablaba de sexo anal, era yo bien inocente”) y redondeando el repertorio con citas a canciones de otros discos, como ‘La niña’, esta con cierto desgarro vocal, o la reciente y serpenteante ‘Superbalada’. Pero el mensaje de fondo fue que ‘Lujo ibérico’ es un álbum que queda ahí para siempre, ya sea a lomos de un ‘sound system’ o de una guitarra de cuerdas de nilón. 

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